Si hay un alpinista que se pueda identificar con la imagen de duro amante de lo invernal ese es Tomasz Mackiewicz. El polaco cumplirá su quinto invierno consecutivo en el Nanga Parbat, intentando cumplir su sueño de realizar la primera invernal al penúltimo ochomil que queda por ser ascendido en la estación más fría del año. Tenacidad, perseverancia y adaptación al medio son tres de los apelativos que se podrían usar para definir el carácter alpinístico de Mackiewicz, que acostumbra a realizar expediciones larguísimas, aprovechando prácticamente desde el primer día del invierno en diciembre hasta los últimos en marzo. Es siempre uno de los primeros en subirse a la montaña y el último en bajarse de ella.
Esta temporada no va a ser una excepción. De hecho, Tomasz Mackiewics ya está en pleno proceso de aclimatación en Pakistán. Viajó en solitario a Islamabad el pasado 12 de noviembre y diez días más tarde se encontraba ya en Lattabo, el enclave donde se sitúa el campo base del Nanga Parbat por la vertiente del Rupal. Su estrategia este año es sensiblemente diferente a la que utilizó el año pasado, cuando viajó a Pakistán el 1 de diciembre junto a sus compatriotas Marek Klonowski, Jacek Teler, Pawel Dunaj, Michal Obrycki y Michal Dzikowski.
Su intención es realizar una aclimatación concienzuda durante lo que queda de otoño para llegar en plenitud de condiciones al inicio de la temporada invernal el 21 de diciembre, cuando se reuniría con sus compañeros de expedición Daniele Nardi y Elisabeth Revol al otro lado de la montaña. En esta ocasión, lo intentará por la vertiente Diamir, a diferencia de los años anteriores. Sus planes pasan por realizar ascensiones de aclimatación en solitario al Rupal Peak (5.642 m) y al vecino Laila Peak (5.971 m).
Sus cuatro intentos anteriores
Tomek Mackiewicz se estrenó en el Nanga Parbat invernal en el invierno 2010-2011, haciendo cordada con su compatriota Marek Klonowski en la primera expedición bajo el nombre de Justice for All. Era su primera experiencia ochomilística y, en su intento por la ruta Kinshofer, se vieron superados por las condiciones meteorológicas y el riesgo de avalancha. Alcanzaron una cota máxima de 6.000 m (C1) antes de decidirse por la retirada a finales de enero.
El invierno siguiente 2011-2012, Tomasz Mackiewicz y Marek Klonowski regresaron a la vertiente Diamir otra vez. Aquel año coincidieron con Simone Moro y Denis Urubko, y todos coincidieron en que la ruta Kinshofer presentaba unas condiciones imposibles. El dúo polaco se rindió a la evidencia y abandonó sin haber podido apenas progresar en la montaña.
Seguramente escarmentados por los dos años consecutivos de malas condiciones en la vertiente Diamir, en el invierno de 2012-2013 los polacos decidieron saltar al lado del Rupal y lanzar su tercer intento al Nanga Parbat invernal a través de la ruta Schell. Mackiewicz y Klonowski tiraron de paciencia y avanzaron lentos pero seguros a lo largo de la estación hasta un ataque final, llevado a cabo por Tomek Mackiewicz en solitario, que lo llevó hasta una altitud de 7.400 metros, la segunda mayor altura alcanzada en la historia de los intentos invernales al Nanga Parbat. Sólo sus compatriotas Krzysztof Pankiewicz y Zbigniew Trzmiel habían conseguido llegar más arriba, hasta los 7.700 m y 7.800 m respectivamente, en su ataque por la ruta Kinshofer en 1997.
El año pasado, Tomasz Mackiewicz y Marek Klonowski se rodearon de un grupo de alpinistas y amigos formado por Jacek Teler, Pawel Dunaj, Michal Obrycki y Michal Dzikowski para regresar a la vertiente Rupal. Allí volvieron a coincidir con Simone Moro, que esta vez iba acompañado de David Göttler y Emilio Previtali. Todos colaboraron para avanzar por la ruta Schell y en el tercer intento de cima, David Göttler y Tomasz Mackiewicz lograron alcanzar los 7.200 metros, la tercera mayor altura de la historia invernal de la montaña. Mackiewicz todavía lanzó un intento más a la montaña, que casi terminó en tragedia cuando una avalancha arrastró a Pawel Dunaj y Michal Obrycki unos 500 metros, aunque pudieron ser rescatados. Tomek todavía se quedó algunos días más en el Nanga Parbat, disfrutando de la soledad y recuperando los campamentos.
Este hombre es incombustible, le deseo mucha suerte. Dicen que la paciencia es la madre de todas las ciencias. Animo y suerte!