La mejor escalada de un alpinista puede ser una ascensión fracasada… Así fue en el caso de Jeff Lowe, Jim Donini, George Lowe y Michael Kennedy quienes -en 1978– tuvieron que retirarse cuando, tras 20 días de escalada, se encontraban a unos 150 metros de la cima del Latok 1 (7.145 m.).

Pasaron 26 días en la pared (con comida para 16 días), en los que estuvieron seis días bloqueados por tormentas. Cuando llevaban cien largos en estilo cápsula por la arista norte y 20 días en la pared, Jeff se sintió mal y se vieron obligados a realizar un descenso épico de 85 rápeles (y travesías) que les llevó seis días con mal tiempo.
En aquella época una escalada de esta magnitud y dificultad técnica nunca había sido intentada en estilo ligero.
Cuarenta años después la ruta seguía sin haber sido completada a pesar de haber sido intentada por casi 30 expediciones, algunas formadas por muy alpinistas muy conocidos. Ninguna de ellas había alcanzado el punto donde Jeff, George, Jim y Michael se retiraron en 1978. Hasta el punto que Jeff Lowe definió la ruta como “el negocio que dejó pendiente la última generación”.
En 2018, la ruta volvió a ponerse de actualidad con la escalada de su arista norte (sin cima) por los alpinistas rusos Alexander Gukov y Sergey Glazunov, y posterior rescate de Alexander tras el accidente mortal de su compañero Sergey. Seguida pocos días después por la segunda ascensión del Latok 1 (la primera realizada en su mayor parte por la vertiente norte) por el inglés Tom Livingstone y los eslovenos Luka Stražar y Aleš Česen.
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