ENTREVISTA

Sergi Mingote: “Asumimos un riesgo bastante alto para alcanzar la cima del Dhaulagiri”

El catalán detalla la última y extenuante jornada de la ascensión al Dhaulagiri, su séptimo ochomil, en la que Lhakpa Temba Sherpa llevó la iniciativa.

Sergi Mingote en el Dhaulagiri
Sergi Mingote en el Dhaulagiri
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El pasado jueves 3 de octubre Sergi Mingote holló la cima del Dhaulagiri, el séptimo ochomil que asciende en menos de 5 meses. Un paso más en su proyecto de los 14 ochomiles en 1.000 días que llegó después de una dura y larga jornada entre el C3 (7.250 m) y la cima (8.167 m), en un camino de ida y vuelta.

¿Cómo fue la ascensión? En un principio las condiciones no parecían demasiado buenas.
La decisión de ir para arriba la tomé ya en el campo 2, pensé que no podíamos colar en esa corta ventana de buen tiempo. Es cierto que hacía viento pero nos decían que venía de suroeste, por lo que a priori, solo nos daría en la arista y en la parte final. Nadie tenía claro si iba a salir bien.

“Monté la tienda y descansé unas dos horas y media antes del ataque final”

Así que salisteis para el campo 3….
Sí, fue un día muy duro porque el compañero con el que repartía el peso de la tienda tuvo que darse la vuelta. Además, el C3 es un lugar incómodo, donde ventea mucho y cae mucha nieve, así que no es fácil hacer las plataformas. Me tocó darme una buena paliza. Monté la tienda y descansé unas dos horas y media antes del ataque final.

¿Cómo se desarrolló el día de cima?
Salí un poco más tarde que el resto de compañeros y la traza se había tapado. Tuve que ir abriendo huella hasta que empecé a cogerles después de unas trez horas, primero al búlgaro Atanas [Skatov] y Sanu Sherpa, después a Juan Pablo Mohr, a otro alpinista griego que se dio la vuelta… Esa fue la primera parte, de unas cinco horas, con bastante desgaste y muy de cabezonería. Fue la más segura porque encontré alguna cuerda, aunque había bastante viento.

“En la salida directa a la cumbre principal nos equivocamos y nos fuimos a la parte más vertical del corredor”

¿Cómo continuaste?
Después venía una segunda parte, también de otras 5 horas, que fue la más fría de todo. Estaba empezando a amanecer e íbamos llegando a la travesía, donde había mucha nieve acumulada. Esa zona es bastante expuesta porque no había ninguna cuerda.

¿Y la tercera?
Allí es donde nos encontramos a JP [Mohr] con Lhakpa [Temba Sherpa] y otros sherpa [Phurtenzi Sherpa, ambos del equipo de Carlos Soria] y empieza el tramo de más compromiso. Allí, en la salida directa a la cumbre principal nos equivocamos y nos fuimos a la parte más vertical del corredor. Allí Lhakpa hizo un trabajo increíble.

“Lhakpa asumió un riesgo impresionante, demostrando de qué pasta están hechos”

Los sherpas tuvieron un papel muy importante en la ascensión, ¿no?
Sí, sobre todo Lhakpa. Yo mismo vi como se encaramaba en los últimos 10 metros de corredor, muy verticales (90°), y tuvo que romper un trozo de cornisa por donde todos pasamos después. En uno de los pioletazos se resbaló pero por suerte no le pasó nada. Asumió un riesgo impresionante, demostrando de qué pasta está hecho. Tuvo un papel súper fundamental.

¿Cómo os equivocasteis?
Yo me guiaba con el InReach, pero esta vez no le hice caso. Me situaba la cima a 400 metros en línea recta en dirección suroeste, pero seguimos recto. Fue un problema porque nos metimos por una parte todavía más complicada y en la que Lhakpa tuvo un par de resbalones. Llevaba muy poca cuerda para fijar así que solo pudo poner unos 7 metros. En esa zona también se resbaló Moeses [Fiamoncini].

“Me encontré a Moeses cuando bajaba y estaba en una situación bastante crítica”

¿Qué le ocurrió?
Me lo encontré cuando ya bajaba, a unos 100 metros de la cumbre, y estaba en una situación bastante crítica. Había tenido una caída en la parte de la travesía, antes de llegar a la arista. Me explicó que se frenó en una pequeña repisa que luego también cedió, cayendo un poco más. Era una zona bastante peligrosa porque no había ninguna cuerda fija. En mi opinión, allí habría que ponerla porque si no te puedes ir 1.000 metros para abajo.

¿Se lesionó?
Le entró nieve en el mono, en las manos y en los pies. Le dije que tenía que llegar como fuera hasta donde estaba yo para poder bajar y así lo hizo. Lo pasó muy mal en el descenso, tuvo hipotermia y otros problemas porque iba muy tarde. Desde el campo base se lo llevaron a Katmandú, donde le están tratando congelaciones de primer grado.

“Pudimos llegar a la cumbre, pero arriesgamos”

Como figura en el informe de Eberhard Jurgalski, la cumbre del Dhaulagiri a veces no es fácil de identificar.
Tuve un poco de dudas, pero entonces vi que salía una media estaca del suelo y debajo me encontré una bandera. Hablando con Sito [Carcavilla], del equipo de Carlos Soria, deduje que debía ser de Boyan Petrov, el último que estuvo allí [en 2017]. Pudimos llegar a la cumbre, pero no te diré que no arriesgamos. Hacía bastante tiempo que en un ascenso no vivía 16 horas de tanta intensidad. Me ha parecido una montaña muy exigente.

Comparada con los seis ochomiles que has ascendido anteriormente, ¿cómo lo sitúas?
Es una montaña muy arisca, que te invita muy poco a subir porque el tiempo es bastante inestable, acumula mucha nieve y tiene una última jornada muy dura, tanto a nivel físico como técnico. Igual no es tan expuesta como la parte baja del Nanga Parbat, pero tiene un montón de factores que la hacen muy exigente y que explican porqué muchos compañeros han tenido que venir aquí varias veces para intentar la cumbre.

“Sentía que me encontraba bien, aunque visto con perspectiva asumimos un riesgo bastante alto”

¿Ha merecido la pena correr el riesgo?
En esto del riesgo, pienso que vale la pena siempre que la historia acaba bien. Es decir, que lo sabes después, en el momento se trata de hacer valoraciones frías. En mi caso sentía que me encontraba bien, aunque visto con perspectiva asumimos un riesgo bastante alto. Es cierto que la cumbre no es lo más importante, pero también que algún riesgo tienes que correr porque son montañas que nunca te ponen todo de cara. Siempre hay momentos complicados.

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