Rubén Díaz ha sido noticia varias veces en los últimos años por su faceta bloquera. Con la colchoneta, ha resuelto problemas de extrema dificultad, e incluso llegó a proponer 8C para su primera ascensión de Kemena en la cueva de Almenara (aunque recientemente Nacho Sánchez ha opinado que para él es 8B+) el pasado mes de febrero. Un encadenamiento que lo situó entre la flor y nata del búlder del país.
Sin embargo, sus orígenes como escalador se encuentran ya en la cuerda, según explicó en la entrevista realizada por Desnivel.com entonces. Así pues, tampoco es de extrañar que, a la que ha vuelto a ponerse el arnés y a atarse, haya conseguido buenos resultados, transfiriendo a la vía con cierta facilidad el estado de forma obtenido haciendo búlder. Concretando, Rubén Díaz se ha anotado la repetición de Celedon Txiki 8c+/9a en La Hoya de Leze, en Ilarduia.
La vía en cuestión, que lo sitúa como uno de los escaladores más polivalentes del país, recibió la primera ascensión en 2011, de la mano de otro ejemplo de la polivalencia, Iker Pou. La primera repetición también lleva un nombre ilustre, el del no menos polivalente Dani Andrada. Su cadena sería visitada después por el malogrado Mikel Ziarrusta.
Pero Celedon Txiki no es la línea definitiva, sino una primera parte de un proyecto mayor, llamado Celedón, que Iker Pou también terminaría resolviendo en septiembre del año pasado proponiéndolo de 9a+. Y en el que David Gambús firmaría su primera vía en el grado unas semanas después. Rubén Díaz lamenta que la temporada en la zona ya se haya acabado con la llegada del frío, pero asegura que estará atento a los partes meteorológicos para regresar a la línea e intentar completar Celedón en cuanto el tiempo lo permita.
Llevabas un buen tiempo dedicado casi en exclusiva al búlder, ¿qué te ha hecho cambiar de idea y volver a atarte?
Fred Nicole, Klem Loskot, Chris Sharma, Dave Graham, Iker Pou, Adam Ondra… Los grandes referentes pasados y presentes tienen un denominador común: la polivalencia y capacidad para aprovechar cualquier terreno en cualquier lugar. Y esta es la llave que conduce a un abanico enorme de posibilidades para que disfrutar de muchas más experiencias sea posible. No es que quiera seguir el camino de los anteriores, porque sinceramente me importan un pepino. Valoro infinitamente más a un trabajador de una cadena que cuando termina su jornada laboral coge el colchón o se ata la cuerda. Pero no hay más ciego que el que no quiere ver y, dada la posibilidad que tienen los primeros de viajar durante tantos años a través del globo abarcando lo mejor de cada sitio, es una formación personal impresionante. Y en la medida en que pueda, esto es lo que voy a hacer.
¿Qué te motivó a enfrentarte a Celedon txiki?
Me motivan todos aquellos lugares espectaculares con un grupo reducido de grandes personas cercanas que hacen que el entorno sea perfecto. Ibon, Mono, Ibaniko, Irati, Kongi, Kara… son con quienes he escalado últimamente con la cuerda, y son ellos realmente los que hacen que me motive de lo a gusto que me encuentro. Siempre estoy con gente de la que pueda aprender y que me aporte; un defecto que tengo es que soy demasiado tajante, pero del que me consume esprinto, y por eso soy un privilegiado al poder disfrutar de esta compañía. Así, creamos un grupo motivado para darle caña a los últimos coletazos que La Hoya permite por el tiempo.
¿Cuánto tiempo le has dedicado?
Ha sido corto, pero estamos enchufadísimos para cuando empiece la temporada allí de nuevo e ir desde el principio.
¿Qué te ha aportado este objetivo?
Realmente no ha sido un objetivo en sí, ni la primera línea que probé ni la que primero hice. Elegí esta vía por muchos motivos: porque Zirrias le estaría dando hasta arriba, por el ambiente que se creó, porque me ha servido como rodaje para coger el feeling a la resis y a las chapas, para hacer la R1 y cuando se pueda volver tirar hacia arriba a por líneas más ambiciosas, y porque es buenísima y tiene 30 metros y 70 movimientos (hacer vías a bloque y cortitas no veo que sea ninguna polivalencia, es seguir haciendo bloque pero atado, y aunque se me darían mejor no me iban a aportar lo que las vías de La Hoya). En resumen… porque me apetecía , porque estaba a gusto, porque me lo pasaba bien, porque aprendía.
Al preguntarme por objetivos te he dicho que no lo era porque ni los tengo ni nunca me los pongo, simplemente me marco proyectos. Pero no como objetivos, si no como caminos para intentarlo y en caminos donde quiero estar. Creo que muchas veces se peca en no discernir el matiz anterior, y de ahí los canicazos mentales que se crean.
¿Cuáles son tus próximos planes? ¿Algún viaje en mente?
Tengo un coctel de lugares y cosas donde quiero estar: Siurana, la temporada de bloque, La Hoya, las tapias, en algún lugar del hemisferio sur: Sudáfrica, Australia o Sudamérica… En todas las anteriores estaré, hay que planificarse, aunque sea un poco…