«La escalada artificial parecía muerta, pero viendo todo esto te das cuenta que es todo lo contrario», fueron las palabras de Santi Llop al ver el exitazo de asistencia de las I Jornadas Técnicas de Escalada Artificial que él mismo organizó, apoyado por la Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña (FEEC) y la Escuela Catalana de Alta Montaña (ECAM). Un ambientazo, mucha participación femenina y un encuentro donde pudimos comprobar que a la gente le interesa compartir, aprender y disfrutar de la aventura en compañía de fanáticos semejantes, allá por las paredes de Vilanova de Meiá.
La idea era discutir la nueva propuesta de graduación del artifo, que pretendía ser un sistema para informar a las nuevas generaciones y ayudarles a entrar en esta especialidad de la escalada. «Dar más información y más riqueza para las nuevas hornadas de escaladores», aclara Santi. Mas si hay discusiones en libre…imaginaos una concentración de «artificieros», a la hora de la siesta y recién comidos. Basada en la ética, la exposición, la técnica y el material, el sistema propuesto por Llop gozó de más aceptación de la que podíamos esperar, aunque finalmente todo quedó en el aire y a los viejos roqueros no se les bajó del burro: «el artificial no se puede graduar. No puedes graduar las emociones, los cambios en la roca, el material…», comentaba Jaume Clotet Paca, el hombretón de 120 kilos, aperturista de más de cien vías y para quién sólo hay una graduación clara, la suya: XXL.
Jornadas atrayentes
Las jornadas contaron con la presencia de algunos ilustres como Cecilia Buil, ya recuperada de su hombro, o Juan Carlos Aldeguer Pato, que encadenará ese mismo fin de semana «El placer del gesto», una hermosa joya abierta desde abajo por Armand Ballard, de cinco largos y 6b (200 m.), en la Roca dels Arcs. Y compartieron mesa con las más de 70 personas que se acercaron a la Casa Colonia de Santa María de Meiá, para disfrutar de los muros y desplomes y de los talleres (reuniones, petates, progresión…) impartidos por curtidos escaladores como Galo Muñoz o David Palmada Pelut.
Las paredes rebosando aprendizaje y buen humor, alegría e imaginación, padecieron de mucha actividad, muchas ascensiones y muchas carcajadas robadas por el eco, en este invierno caluroso y loco, que se deslizó por la roca caliente de este apartado lugar de la Cataluña profunda, próximo a la sierra de Monsec, la Roca de los Arcos o la Roca Alta. Un pueblo con cerca de 240 habitantes, que se vio invadido por los apasionados de la clásica, este pasado fin de semana. «Una pasada», en palabras de Cecilia Buil.
Hay futuro
Como conclusión; una magnífica ocasión para juntarse y escuchar el repicar de martillos, aunque la propuesta de graduación fuese algo, quizá, confusa, veremos como la trata el tiempo. La graduación en la escalada siempre será algo subjetivo, pero se puede informar y dejar constancia de unas impresiones que ayuden a la gente a conocer la bestia con la que se enfrentan. «Quizá hoy se lucha por un grado y no por la aventura; por ir, imaginar y descubrir», comentan algunas voces, pero en general se meditará la propuesta. «Repetiremos», nos ilusiona Santi Llop con la posibilidad de volver el año que viene. Una eterna discusión, amplificada con el tiempo, que siempre nos dará la oportunidad de reencontrarnos, charlar y continuar con las hombradas del artificial.