«¡Qué mejor regalo de cumpleaños!», exclamaba Edu Marín al teléfono desde Austria. Hoy 13 de agosto, el escalador barcelonés cumple 30 años y se autorregaló ayer Sansara (100 m, 8b+) y la exitosa conclusión de su proyecto Tha Marin’s Alps Project, realizado con su padre Novato Marín como compañero de cordada. Una aventura de dos meses y medio que los ha llevado a los Picos de Europa para escalar Orbayu (500 m, 8c) al Picu Urriellu; al macizo del Mont Blanc para hacer la Voie Petit (450 m, 8b) al Grand Capucin y Digital crack (8a+) en la Aiguille du Midi; y finalmente al Lofer austriaco para escalar Sansara en el Grubhorn.
Esta vía, creada en verano de 2008 por Alex Huber, no cuenta con muchas repeticiones y es un estilo totalmente diferente al que suele escalar Edu Marín. Sucesiones de techos con fisuras no es algo que se acostumbre a ver en la roca caliza, y la cordada de padre e hijo ha tenido que emplearse de nuevo a fondo para conseguir el encadenamiento. De hecho, tuvieron que dedicar un día más de lo previsto, después de un intento frustrado en el último largo difícil.
«Me ha costado mas de lo que pensaba»
¿Cómo es la vía?
Era la última vía del proyecto y la habíamos subestimado un poco, porque la verdad es que es una vía de unos 100 metros de calcáreo. Tiene varios techos. El primero de ellos es de 8b+ y el segundo de 8a+. El primer día que atacamos la vía superé todos los largos en el día y llegamos al último techo de 8a+ y, para mi sorpresa, me tiré dándole pegues hasta las once de la noche, porque es un techo de ocho metros y luego ya has acabado la vía. No pudimos pasar del techo porque es una fisura bastante compleja, muy técnica, y la verdad que en este estilo no iba muy suelto y al final hemos tenido que invertir otro día más para sacar la secuencia de la fisura. Y hoy hemos acabado el trabajo y hemos liberado todos los largos.
Cuéntame cómo es la vía. ¿Cuántos metros tiene, qué dificultades, cuántos largos…?
La vía tendrá unos 100 metros, con un 6c para empezar. Luego, un 8b+. Luego un 7b o 7b+. Y un 8a+. Creo que no tiene muchas repeticiones, sobre todo por el estilo de escalada, porque es muy, muy técnico. Son fisuras en techo y realmente tienes que estar muy curtido en este estilo porque hacer un 8a+ de fisura es muy complicado -la gente que hace este estilo lo sabe-, y más si es un techo cortito, de 8 metros, con una fisura perfecta. Me ha sorprendido la vía, es muy buena, y me ha costado más de lo que pensaba. Al final hemos tenido que invertir dos días y medio.
«Veníamos de hacer grandes paredes y creíamos que incluir esta vía que es muy diferente a todo lo demás podía ser muy positivo»
¿Cuánto os ha llevado en total?
El primer día liberamos todos los largos menos el último largo, y hoy hemos atacado el de abajo y la hemos hecho entera.
¿Cuántos largos tiene en total?
En total son seis largos.
Serán cortos… ¿tiene mucha travesía?
La vía no es muy larga. Son unos 100 metros, pero es espectacular porque tiene unos techos muy grandes, con fisuras en los techos. La verdad es que es una vía muy peculiar y muy bonita. Veníamos de hacer grandes paredes y creíamos que incluir esta vía que es muy diferente a todo lo demás podía ser muy positivo.
La vía, ¿estaba equipada?
Es semiequipada. En las fisuras no hay nada, está todo limpio; sólo están las reuniones y alguna chapa intermedia. Tienes que ir protegiendo.
«Ha sido uno de mis mejores años. He hecho cuatro 8c+’s y un 9a, luego Orbayu, la Voie Petit, Sansara, la Digital crack. Ahora voy a por el último objetivo…».
Ha sido un verano con proyectos bastante diferentes, desde Orbayu en el Naranjo a Chamonix con la Voie Petit, y ahora terminar con esta vía…
Sí, la verdad es que estamos muy felices por eso, porque es un proyecto que sabíamos que era muy ambicioso, por todos los estilos que hay: el calcáreo, el granito, las fisuras en techo, la altura, crampones, nieve, la placa… Pienso que para hacer este proyecto hay que ser un escalador súper completo; tuvimos dudas hasta el final de si lo haríamos y súper contentos. Ha llegado el día de finalizar el proyecto y estamos muy contentos por haber hecho todo lo que hemos hecho. Sin duda ha sido uno de mis mejores años. En pretemporada hice cuatro 8c+’s y un 9a, luego Orbayu, la Voie Petit, Sansara, la Digital crack y ahora voy a por el último objetivo que es Chilam Balam.
¿Vas a por Chilam?
Sí, en octubre bajaré a Málaga a intentarla.
¿Qué cuatro 8c+’s has hecho este año?
El primero fue La reina mora en Siurana; luego hice Matar a Platón en Villanueva del Rosario; luego el primer largo de Chilam y luego hice Chilam Malegnum…
¿Es uno de los años que te sientes más fuerte?
Sí, la verdad es que sí. No he invertido mucho tiempo entrenando pero el estado de forma aguanta. Supongo que será la madurez del cuerpo y los 30 años que cumplo…
«Hemos aprendido muchísimo de esta aventura que empezó en junio… sobre todo a seguir buscando nuestros límites»
¿Qué te ha aportado este verano?
La verdad es que este verano he aprendido muchísimo, porque nos hemos tenido que ver en diferentes adversidades: desde el calcáreo de Picos de Europa con Orbayu, hasta escalar en altura en el Grand Capucin y granito, y una vía tan dura como esa y protegiéndola, hasta venir a Austria con Sansara… Hemos aprendido muchísimo de esta aventura que empezó en junio, ya hace casi dos meses y medio, sobre todo a saber dónde están nuestros límites. Sabemos que no están aquí y seguiremos buscándolos. Ya estamos pensando en el año que viene, en nuevos objetivos. Estamos más motivados que nunca, nos sentimos súper bien, nos apoyan las marcas y me siento en mi mejor momento.
Y ahora, ¿la cordada se deshace o qué pasa con ella?
Mi padre se va ahora a Rodellar, unas vacaciones merecidísimas, y los últimos meses del año nos vamos a dedicar a la deportiva. Yo ahora tengo mes y medio para entrenar antes de bajar al sur, y él se dedicará también a sus proyectos, así que la cordada se deshace posiblemente hasta el año que viene.
El completo sería hacer Chilam Balam, ¿no?
Sí, la verdad es que en primavera estuve con Dani y me quedé bastante cerca, a ocho movimientos del top, pero hacía mucho calor. En octubre, con un poco más de condición veremos cómo va la vía… La verdad es que ha sido una temporada muy larga, pero pienso que lo puedo conseguir y eso es lo que me motiva. Y cuando algo te motiva deja de ser un sacrificio.
«La vía más dura físicamente para mí ha sido Orbayu«
De los tres proyectos que habéis hecho, ¿te quedarías con algún momento de alguno de ellos en particular?
Cada proyecto me ha puesto de alguna manera al límite y todos han tenido sus momentos duros. La vía más dura físicamente para mí ha sido Orbayu, pero también en Chamonix fue muy duro porque tuvimos muy mal tiempo y teníamos mucha presión porque sabíamos que si no la hacíamos esos días tendríamos que esperar semanas, y Sansara también me ha tenido en vilo hasta el último momento porque la última fisura es una fisura muy técnica, que es un estilo que yo nunca había escalado (un 8a+ de fisura es bastante duro). Cada vía ha sido un reto. Para mí, yo creo que la más dura de este año ha sido Orbayu.
También ha sido la que más trabajo os ha llevado, ¿no?
Sí, es la que más trabajo nos ha llevado y en la que más me he tenido que implicar para hacerla.
Esta última, Sansara, ¿se os ha quedado un poco corta o no?
Sansara, ya sabíamos lo que había. La habíamos puesto al final del proyecto porque sabíamos que posiblemente era la vía más factible de todas, pero aún así nos ha costado superar la última
«Ha sido el mejor regalo de cumpleaños que podía tener: pasar todos estos días con mi padre y sentirme realizado»
Vas a disfrutar de tu cumpleaños con los deberes hechos…
Ha sido el mejor regalo que me podían hacer, el pasar todos estos días con mi padre y sentirme realizado porque al final teníamos mucha presión. Habíamos anunciado el proyecto antes de hacerlo y eso lo lleva uno por dentro. Y la satisfacción es mucho mayor, porque es algo que ya estaba anunciado sin saber si podríamos hacerlo y cuando lo consigues es algo muy grato para uno.
Porque esto de anunciar los proyectos con tiempo crea una cierta tensión, supongo…
Sí, porque al final también la gente te está motivando, los sponsors te apoyan para llevar a cabo tus proyectos, tus metas… Sabíamos que íbamos a tener esta presión pero también es un orgullo poder realizarlo como lo hemos hecho, porque al final ha sido más complicado de lo que que pensábamos.