Alizée Dufraisse es una de las escaladoras más fuertes del panorama de la deportiva mundial. La francesa se sitúa entre las escasas cinco mujeres que hasta ahora han flirteado con el noveno grado. De hecho, ella sitúa su encadenamiento de La reina mora en enero de 2012 en el terreno del 9a, opinión apoyada por Dani Andrada, quien rectificó el grado de aquella vía al alza después de reequiparla. Anteriormente, la mayoría de repetidores la situaban en el 8c+ y algunos apuntan que actualmente no pasaría del 8c+/9a.
Independientemente del grado exacto de La reina mora, está claro que Alizée Dufraisse tiene nivel para escalar vías de dificultad extrema. Aquel mismo invierno de 2012 sea anotó también Pati noso 8c+ y El rastro 8c+, y hace escasos meses (en noviembre de 2013) repetía grado con Coma Sant Pere 8c+. Esta última vía se encuentra situada en Margalef, mientras que las otras tres mencionadas se hallan en el sector El Pati de Siurana.
La escaladora provenzal es buena conocedora de Siurana. Hace ya años que viaja a la escuela tarraconense con cierta frecuencia, y la primera femenina de numerosas vías duras lleva su firma: además de las mencionadas, Renegoide 8b+ o El món de Sofia 8b+/c. Pero su máximo objetivo en la zona todavía está por llegar. Alizée Dufraisse es una de las más fervientes admiradoras de La Rambla 9a+, en la que lleva un buen número de sesiones de trabajo e intentos. Este mismo invierno ha dedicado horas y horas a su sueño y, como demuestra en el vídeo adjunto a esta información, lleva una progresión muy significativa. No sería de extrañar que consiguiera su tan ansiado encadenamiento en un futuro más o menos cercano.
Máxima dificultad femenina
Si Alizée Dufraisse o cualquier otra escaladora –Sasha DiGiulian también declaró su amor por La Rambla cierto tiempo atrás- consiguiera encadenar La Rambla, se situaría inmediatamente en el escalón más alto de la máxima dificultad femenina. Hoy en día, esa posición corresponde a Josune Bereziartu. La escaladora guipuzcoana, que ya había hecho los primeros 8c y 8c+ femeninos, subió el listón hasta el 9a hace ya casi 12 años, en otoño de 2002, con el encadenamiento de Bain de Sang en Saint Loup (Suiza).
Aunque la dificultad de esa vía sería posteriormente consensuada en 8c+/9a, Josune Bereziartu se aseguraría el mantenerse en el noveno grado con sus dos siguientes encadenamientos de Logical progression 9a en Joyama (Japón) y de Bimbaluna 9a/+ de nuevo en Saint Loup. Por ahora, y desde aquel mes de junio de 2005, esta última vía es la mayor dificultad escalada jamás por una mujer.
Seis largos años, hasta el verano 2011, tuvo que esperar la escalada femenina para situar a otra mujer en la novena dimensión. La protagonista fue Charlotte Durif, gracias a su encadenamiento de la vía PPP 9a en el Verdon. Una realización no exenta de polémica y que generó ciertas dudas sobre su veracidad entre la prensa especializada.
Aquel mismo 2011, otra escaladora anunciaba haberse subido al noveno grado. Era el primer gran logro de Sasha DiGiulian, quien encadenaba Pure imagination en Red River Gorge. La posterior decotación de aquella vía hasta 8c+ no dejó fuera de la nómina de novenogradistas a la escaladora estadounidense, quien ya por entonces había logrado subirse a la cadena de Era vella 9a en Margalef (abril de 2012).
La última escaladora en acceder a este prestigioso club femenino del noveno grado fue la gran campeona belga Muriel Sarkany, quien el pasado mes de noviembre de 2013 conseguía el encadenamiento de PuntX en Gorges du Loup, una vía extraordinariamente dura que inicialmente había sido propuesta de 9a+ aunque su grado se terminó asentando en el 9a.