Adam Ondra suele emanar positividad en todos sus mensajes. Como casi todo el mundo, ha tenido que vivir en confinamiento durante unas semanas y todavía no se han levantado todas las restricciones a su alrededor para viajar y escalar como acostumbra a hacer desde que era un adolescente.

A pesar de ello, seguro que la situación que se vive a día de hoy en la República Checa despierta sentimientos de envidia entre los escaladores de nuestro país. Según cuenta el propio Adam, “la situación tiene buena pinta por aquí, incluso los rocódromos han abierto, aunque es básicamente imposible viajar al exterior todavía”.
Las circunstancias, pues, lo han llevado a escalar de nuevo en zonas de su país que no frecuentaba desde que era un niño. “Ha sido muy bonito revisitar algunas de las escuelas que he descuidado en los últimos años pero que tanto amé cuando era un niño. Roviste es un gran ejemplo de preciosa área de granito cerca del río Moldava que yo adoraba totalmente cuando tenía como 8 años”.
Los registros de sus ascensiones en la zona señalan que la frecuentó asiduamente entre 2001 y 2002, con 8 y 9 años de edad. Allí realizó algunas de sus primeras vías de 7c. Posteriormente, constan un par de vías encadenadas en 2014 y 2015, como la primera ascensión de Peaceful minds 8c+.
Un 9a+ duro
Ha sido allí mismo donde Adam Ondra ha ideado una cominación de líneas que ha resultado en su última creación dura… la primera después del confinamiento. Él mismo lo cuenta de este modo en sus redes sociales: “He tenido la suerte de encontrar un enlace muy difícil, muy pumpy y muy divertido de escalar”.
Además, también se mostraba asombrado por “encontrar también un buen nombre para él, Bohemian Rhapsody 9a+ (duro), que lo convierte en la vía más dura de Bohemia (la parte oeste de Chequia)”.
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