«Lo alucinante es que Olayo tenía 17 años cuando realizó el viaje y 22 cuando escribió Por donde sale el sol, un libro que nos hace soñar con los viajes auténticos, con la aventura en estado puro, un soplo de aire fresco en los tiempos que corren…».
Ramón Portilla
Como cada año, en el jurado estábamos Ramón Portilla que venía de abrir una ruta de 450 metros, «de acompañar a los chavales» como él dice, Chus Lago —ganadora de la pasada edición con esa maravilla que es El espejo de hielo—, y yo misma. En esta XXIII edición eran 140 los manuscritos que concursaban invitándonos a sumergirnos en sus tripas y descifrar todos sus misterios. Como cada año, aterrizaban desde todas partes migrando y migrándonos a otros mundos y otras realidades. Siempre hemos agradecido el privilegio de tener entre nuestras manos tantos tesoros y el esfuerzo, la creatividad y la confianza de cada participante.
Esta vez hemos hecho una apuesta por la ilusión, los sueños y la aventura
Cada año, primero en la preselección de finalistas y luego mano a mano con los miembros del jurado, valoramos diferentes aspectos para decidir el manuscrito ganador: que sea un proyecto literario cerrado, que tenga una estructura que lo sostenga con coherencia, un lenguaje cuidado y que nuestro público se pueda identificar. Que sea acorde a nuestro espíritu de aventura, montaña o viajes… que no podamos parar de leer. No se cumplen todos los requisitos necesariamente y, a la vez, es necesario que algo brille, palpite para que podamos comprometernos con esa historia frágil y espléndida.
«Lo que busco en un libro es que me trasmita algo y este es sencillo, es fresco, me fascinó. Me ha hecho soñar, me ha hecho reír y me he sentido identificado».
Ramón Portilla
Ramón ha hecho el viaje que se cuenta en Por donde sale el sol, pero en sentido inverso y en moto. Así que vibró mucho con la historia de Olayo.
Olayo Reynaud viajó en su bicicleta Pegaso durante un año desde Gap (Francia) a Kasgar (China), parando un par de meses durante el invierno para recorrer Malasia —donde trabajó de recepcionista en un albergue de mochileros— y Tailandia… Y en el libro nos cuenta la realidad de una travesía en bicicleta, los largos momentos de soledad, la gente que se encuentra, los lugares donde vive más tiempo, la relaciones que entabla. Está narrado de forma directa, sin adornos, como dijo Carmen Samper, editora de Desnivel: «no hay postureo, hay mucha veracidad». Abarca temas muy variados: historia, conflictos sociales, religión, el miedo, la inseguridad y la valentía, o simplemente los pequeños placeres y contratiempos que conforman el día a día de un cicloviajero.
«Por donde sale el sol es un libro fresco, de ritmo animado que no decae ni tiene tiempos muertos. El autor nos sorprende no solo con vivencias, sino con datos locales e históricos sin apabullar, que hacen que el relato sea constructivo, fácil de leer, ameno».
Chus Lago
Olayo Reynaud nació a finales de 1997 y, en junio de 2015, justo antes de entrar en la universidad, se da cuenta de que necesita aventura. Siempre ha tenido una gran inquietud por conocer el mundo que le rodea y otras formas de vivir. Duerme en una cama deseando estar pasando frío en una tienda de campaña, pasa horas delante de un mapamundi imaginándose cómo serán los pueblos de «por ahí».
«—¿Qué vas a hacer cuando acabes el viaje?—, quiso saber una amiga, una tarde, en Malasia.
—Pues meterme en la universidad y empezar la vida real, supongo.
—¿Y si esto es la vida real?
—Tú vas a pillar, ¿no?— sonreí.»
Por donde sale el sol
A finales de julio, con 17 años, sale de casa con el apoyo incondicional de sus padres y sin más equipaje que una bicicleta con el material justo y un pasaporte en blanco. Ni siquiera sabe muy bien hasta dónde va a llegar. Sin apenas darse cuenta, Olayo seguirá las huellas de Marco Polo durante 336 días y doce mil kilómetros hasta alcanzar China, en un viaje sin prisas: no le dará importancia a la meta sino al camino. Como dijo Darío Rodríguez, «Este libro no habla de récords, es una buena aventura humana».
«“¡No sería una aventura si fuese demasiado fácil!”, es lo que decía Romain, un buen compañero durante el viaje, siempre que surgía algún percance. Yo en las mismas situaciones prefería decir, «Otra aventurilla, para recordarnos que seguimos vivos y que estamos aquí». Y es que pienso que durante nuestra vida sedentaria y acomodada a veces nos olvidamos incluso de nuestra propia existencia. Sobre todo yo, con lo despistado que soy, es algo de lo que me olvido con frecuencia».
Por donde sale el sol
Con este libro no te olvidarás, quizá sí te apetecerá armar la mochila o las alforjas, y salir a recorrer el mundo o a habitar la vida con la intensidad y la curiosidad de un viaje iniciático. Porque sus inspiradoras páginas te animan a lanzarte y a decir ¿por qué no? Justo lo que nos pasó a todo el jurado cuando decidimos que, esta vez, queríamos apostar por esta historia tierna, fresca, joven, atemporal, porque es aventura y viaje en estado puro.
Y no puedes dejar de sonreír desde el principio hasta el final con sus anécdotas y ocurrencias, con esa autenticidad que te atrapa entre sus ruedas. ¡No serás la misma niña, el mismo niño, al acabar este viaje!
«Un viaje en bicicleta donde lo importante está en lo que te depara el camino. Junto a su autor seremos testigos de su transformación a lo largo de esta bonita experiencia, de su viaje vital».
Chus Lago
Habrá que esperar hasta diciembre para tener la aventura entre las manos. De momento, seguimos soñando con recorrer caminos, montañas y paredes, y agradeciendo todas las historias que cada año dan sentido al Premio Desnivel.