El Nanga Parbat (8.125 m) tendrá este verano un aspecto muy solitario, prácticamente desolado. De hecho, solamente hay noticias de una expedición con destino al ochomil más occidental del planeta. Se trata de un grupo andaluz del Club de Montaña Ama Dablam, liderado por el experimentado himalayista Manuel ‘Lolo’ González. Con él, han viajado ya a Pakistán Enrique Osiel, Íñigo Delgado, Sergio Carrascoso y Carlos M. Santafé.
El quinteto partió de Málaga a Pakistán el 5 de junio, con una semana de retraso respecto al calendario previsto debido a las restricciones a los viajes y al cambio de protocolos de llegada al país impuestos por la pandemia. Finalmente, tras sortear numerosas vicisitudes, consiguieron aterrizar en Islamabad, realizar los pedidos de última hora, recoger el permiso de ascensión y partir rápidamente hacia Chilas.
El día 11 de junio llegaron al pie de la vertiente noroeste (Diamir) de la montaña.
¿Nueva variante?
El objetivo alpinístico de la expedición está alejado de la ruta normal de esta vertiente, la conocida como ruta Kinshofer. Parten del argumento de que esta línea, que han seguido de forma mayoritaria quienes han ascendido el Nanga Parbat, presenta cada día mayores riesgos objetivos. Así pues, su idea es encontrar una ruta que pueda convertirse en una nueva normal, minimizando los peligros.
Para lograrlo, optarán por remontar el glaciar Diama e ir en busca del sector situado más a la izquierda de esta vertiente. Un recorrido menos directo y más largo en cuanto a distancia pero que también consideran menos expuesto. Eso sí, deberán enfrentarse a un glaciar que a menudo se presenta muy roto y de difícil navegación.
Una vertiente con historia
Esa sección de la montaña comenzó a contar para el alpinismo gracias a la visión del histórico Karl Herrligkoffer. El primer intento llegó en 1990, liderado por Sepp Walter, seguido de otro en 1991, en el que un grupo de alpinistas y esquiadores con Peter Worgotter a la cabeza alcanzaron los 7.400 metros con Herbert Rainer.
En el año 2000, llegó la tentativa más conocida, comandada por Reinhold Messner, con su hermano Hubert Messner, Hanspeter Eisendle y Wolgang Tomaseth. Llegaron hasta los 7.500 metros, donde su línea enlaza con la ruta eslovaca de 1978 a la cima norte del Nanga Parbat (7.816 m).
La ruta inacabada de Messner-Eisendle-Tomaseth llamó la atención de varias expediciones. En 2008, los austriacos Markus Gschwendt y Clara Kulich la llevaron hasta un collado situado a 7.760 metros, de camino a la cima norte. Posteriormente, fue un objetivo recurrente en los intentos invernales al Nanga Parbat: en invierno de 2012, Simone Moro y Denis Urubko alcanzaron los 6.800 m; en invierno de 2015, Tomasz Mackiewicz y Elisabeth Revol se fueron hasta los 7.800 m; y el mismo dúo reforzado con Arsalan Ahmed Ansari llegó hasta 7.500 m en invierno de 2016.
Finalmente, la ruta fue completada hasta la cima en invierno de 2018, en el tercer intento de Tomek Mackiewicz y Elisabeth Revol. Una expedición que terminó en tragedia por el fallecimiento del alpinista polaco durante el descenso y el rescate de la francesa realizado por Denis Urubko y Adam Bielecki, llegados desde el CB del K2.
La expedición andaluza no ha precisado exactamente si seguirá los pasos de Mackiewicz y Revol. Sí han indicado que pretenden “utilizar todas las piezas del actual puzle de rutas e intentos, para diseñar un nuevo recorrido, que se podría convertir en la ruta de ascensión más segura de la montaña”.
Magnífica aventura del más alto nivel, me imagino que ya tienen toda la ruta estudiada casi en su totalidad pero seguramente se dejan un margen de exploración inédita arriba en altura en la montaña bravo por ellos espero que el tiempo les acompañe y puedan llegar a terminarla con éxito y todos con salud