La aventura de Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko en la arista sureste del Annapurna III (7.555 m) es ya una de las ascensiones más destacadas del año, si no la que más. Los tres alpinistas ucranianos consiguieron abrir una ruta por la que alpinistas del máximo nivel habían suspirado durante cuatro décadas.
Una vez regresados a Katmandú, han dado los primeros detalles de la expedición. Los ha difundido, junto con una primera selección de fotografías, su compatriota y también alpinista Taras Pozdnii. En su conjunto, dibujan una aventura épica en mayúsculas, con todos los elementos de los grandes logros de la historia.
18 días en estilo alpino
Para empezar, la ruta salva casi 3.000 metros de desnivel a través de las paredes con mayor pendiente –casi verticales– de la arista sureste del Annapurna III. Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko invirtieron un total de dieciocho días para subir y bajar, con unas provisiones originalmente pensadas para un máximo de doce días. Obviamente, tuvieron que racionar las porciones: pasaron cuatro días con una barrita y media por persona al día, y no tuvieron nada que llevarse a la boca durante las dos últimas jornadas.
La dificultad del itinerario no les permitió recorrer más de cien metros al día en sus tramos más complicados, situados hacia la mitad de la ruta. Además, tuvieron que lidiar con las malas condiciones meteorológicas, con nevadas (no pronosticadas) y vientos fuertes a diario entre las diez de la mañana y las seis de la tarde.
El descenso fue una aventura en sí mismo. Tenían previsto bajar hacia Manang, pero se dieron cuenta de que el viento era demasiado fuerte y las energías que conservaban eran demasiado escasas para enfrentarse a 3,5 kilómetros de arista. Así pues, decidieron tirar de plan B y dirigirse hacia el campo base de la cara sur del Annapurna, a pesar de no conocer el camino.
En esta fase, fue clave la capacidad de Viacheslav Polezhaiko de leer la nieve y dibujar la única línea de descenso posible, navegando prácticamente a ciegas hasta por fin alcanzar la cota 5.400 m, dejando las mayores dificultades a sus espaldas. Con congelaciones leves, sin comida y extenuados, finalmente recibieron la ayuda de un helicóptero que los evacuó cuando se hallaban a unos 5.000 metros de altitud.
Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko en la arista sureste del Annapurna III. Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko en la arista sureste del Annapurna III. Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko en la arista sureste del Annapurna III. Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko en la arista sureste del Annapurna III. Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko en la arista sureste del Annapurna III. Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko en la arista sureste del Annapurna III. Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko en la arista sureste del Annapurna III. Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko en la arista sureste del Annapurna III. Nikita Balabanov, Mikhail Fomin y Viacheslav Polezhaiko en la arista sureste del Annapurna III.
Futuro Piolet D'or ? Brutal !