Hélias Millerioux despejó ayer la incógnita respecto a las intenciones del equipo que conforma con Symon Welfringer y Charles Dubouloz en el Manaslu (8.163 m). Al menos lo hizo parcialmente, cuando anunció que habían llegado a la localización de su campo base, situado a 4.200 metros de altitud, bajo la cara oeste de la octava montaña más alta del mundo.
Austero y salvaje. Por el momento, estamos en pleno Monzón y no vemos la cara. Nos falta esperar al buen tiempo para leer esta vertiente gigantesca. Buscamos el itinerario que nos conducirá a la cima del pilar a 7.100 metros. Observamos, inspeccionamos, buscamos.
Esa será la vertiente en la que el potente equipo francés intentará trazar una nueva ruta en estilo alpino. Vale la pena recordar que tanto Hélias Millerioux como Symon Welfringer han sido premiados con Piolets d’Or, en 2018 y en 2021, por sus respectivas ascensiones en la cara sur del Nuptse y en el Sani Pakkush.
Solo dos ascensiones
La vertiente oeste del Manaslu solamente cuenta con dos ascensiones a lo largo de la historia, y la más moderna se dio hace más de 40 años.
Los primeros en reconocer la vertiente oeste del Manaslu fueron los japoneses de Kinji Imanishi, en 1952, cuando buscaban la mejor opción para intentar la primera ascensión de la montaña, que finalmente se anotarían en 1956. En 1970, una expedición de la Federación Metropolitana de Tokyo volvió a explorar esta parte de la montaña.
Y la primavera siguiente, en 1971, los japoneses Kazuhara Kohara y Motoyoshi Tanaka abrieron una nueva ruta que comienza en la cara oeste y termina a través de la arista oeste. Formaban parte de una expedición de once integrantes y usaron oxígeno suplementario.
Diez años más tarde, en otoño de 1981, llegó el turno de los franceses Pierre Béghin y Bernard Muller, quienes consiguieron alcanzar la cumbre tras abrir un nuevo itinerario a la derecha de la ruta japonesa, sin oxígeno suplementario. En sus notas de la ascensión, Beghin apuntó que era “una ruta muy difícil, con muchas caídas de piedras y avalanchas, con lo que había que ir rápido”. Y precisó que lo más complicado fue superar un muro de hielo de 1.000 metros, con pocas opciones para asegurar y donde la caída de rocas dañó sus cuerdas… “No recomendaría esta ruta a mi amigos”, concluía.
El intento de Yasushi Yamanoi
Desde entonces, nadie más ha coronado el Manaslu tras ascender a través de su vertiente oeste. En otoño de 1998, lo intentaron Yashushi Yamanoi y su mujer Taeko Nagao, pero se tuvieron que retirar tras sufrir un accidente cuando escalaban en la oscuridad de la 1:00 h de la madrugada por encima de los 6.100 metros, provocado por el deslizamiento de una placa de nieve.
El alpinista japonés, recientemente premiado con el Piolet d’Or 2021 por el conjunto de su carrera, explicó que su caída no se detuvo hasta después de unos 300 o 400 metros. Salvó la vida gracias a que su mujer lo desenterró. Ambos resultaron heridos y tuvieron que arrastrarse para llegar al campo base. “Esta ruta es peligrosa, con muchos seracs… y quizás no sea una ruta lógica. Esta vertiente es virgen, y por eso la quería intentar, pero no volveré otra vez después de esto”, escribía para The Himalayan Database.
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