Tras una semana de auténtico vértigo, la temporada premonzónica en el Everestse ha cerrado con un incesante goteo de expediciones de múltiplesnacionalidades que alcanzaban su cumbre. El pesimismo inicial, provocado por unaclimatología incluso peor que la de hace un año, ha desembocadoinesperadamente en un auténtico desfile de alpinistas, que apurando losúltimos y únicos días de buen tiempo antes de las nevadas monzónicas, nodesaprovecharon la oportunidad de pisar el punto más alto de la tierra.
Al destacado papel del himalayismo nacional, que contará con una altarepresentación en las estadísticas cimeras de 2001, hay que sumar la exitosalabor del alpinismo latinoamericano, y la resolución de uno de los retosreservados para el himalayismo del nuevo siglo: la cumbre central del Lhotse.
Por fin el Everest
Un popular dicho predice que, generalmente, ‘a la tercera va la vencida’.Esta máxima se ha hecho efectiva este año en el Everest, ya que para algunos denuestros himalayistas, su tercer intento ha sido el válido. Juan Vallejo,Edurne Pasabán y el veterano CarlosSoria han visto recompensada su tenacidad después de sufrir dos decepcionesanteriormente.
El primero, Juan Vallejo, lo ha hecho además de forma impecable,protagonizando una de las ascensiones más rápidas y limpias de los últimostiempos, por la cara norte y sin oxígeno. En ocho horas, se plantó en la cimadesde el campo 3 (8,350 m), y en otras ocho consiguió llegar hasta las tiendasdel campo base avanzado (6.400 m), situado en la base del Collado Norte.
La ascensión de Juan tiene connotaciones muy especiales. Hace casi tresdécadas, su padre, ÁngelRosen, alcanzó junto a Felipe Uriarte los 8.350 metros dentro de laexpedición Tximist 1974, que significó uno de los primeros pasos del alpinismovasco en los grandes gigantes nepalíes. Seis años después, Rosen volvió aintentarlo con otra expedición vasca, pero el Chomolungma sólo le dejó llegara la misma altitud. Casi 30 años después, se ha cerrado el círculo. Tras losintentos fallidos de 1993 y 2000, su hijo Juan alcanzaba el tercer polo, ‘unlugar precioso donde sientes cosas únicas’.
Los 14 sin oxígeno
Una hora después de Juan Vallejo, y también junto a Alfilo de lo imposible, JuanitoOiarzábal coronaba el único de los catorce ochomiles que logró con oxígeno en1993. Hace un año el mal tiempo les cerró las puertas. Esta vez, cumplieron loplaneado, y mientras Vallejo conseguía su cuarto ochomil (Makalu y Lhotse 1995, Annapurna 1999, Everest 2001), Juanito cerraba suandadura por los techos mundiales sin la ayuda de gas artificial.
Después vino un polémico descenso, durante el que se especuló mucho sobreel estado de Oiarzábal, que en todo momento se negó a utilizar oxígenoartificial. El éxito de la cumbre no se completó con el segundo objetivo de laexpedición: transmitir en directo desde el Techo del Mundo. La antena necesariapara ello se dio la vuelta a 8.700 dentro de la mochila de Josu Bereciartua, quedecidió abandonar la ascensión, debido a serios problemas de visión. Másabajo, sus compañeros Juanjo Garra (que el año pasado sí logró esta cima porla vertiente sur), y FerránLatorre, muy tocado físicamente, también decidieron desistir, y regresabanal campo base avanzado.
Antes de cambiar de vertiente, hay que destacar otras dos ascensiones por ellado chino. Sergi Mingote y Jorge Verdeguer, de la expedición valencia UPV,también alcanzaron la cima, con ayuda de oxígeno artificial. El primero lohacía el mismo día que Al filo, el 23 de mayo, mientras que Jorge lo lograbaal día siguiente, tras una ‘movida’ noche en el campo 3, durante la cual, juntoa sus compañeros Endika y David, se volcaron en atenciones con Juanito ante laalarmante información que sobre su estado físico llegaba desde el campamentobase.
Primeros por la sur
La vertiente nepalí también ha deparado un buen año a nuestro himalayismo.Liderando el masivo ataque a cumbre desencadenado desde el día 22 por lamayoría de grupos, Martín Ramos, Tente Lagunilla y Pedro Rodríguez, miembrosde la expedición Samuel Rubio, coronaban por la ruta sur. Tras el fallido intentode 1999, en el que ni siquiera superaron los 8.000 metros, loscastellanoleoneses, liderados por IsidoroRodríguez, lograban la primera cima del milenio por esta cara con ayudade oxígeno, equipando la última parte de la ascensión, ya que las cuerdasfijas se acababan en la Cima Sur.
Al día siguiente, Carlos Soria cumplía su sueño de alcanzar la cima delEverest a los 62 años. Un codiciado objetivo que ya se le había escapado endos ocasiones. En 1986 llegó a los 7.600 metros de altitud y el año pasado,una intratable climatología le privó por muy poquito de la cumbre, tras dosintentos desde el Collado Sur. Esta temporada la mala fortuna apunto estuvo deprivarle de nuevo de la cima , ya que uno de los alpinistas con los quecompartía permiso, el austriaco Peter Granner, perdía la vida durante elataque final, tras sufrir una caída en el Escalón Hillary.
Con esta ascensión, en la que Carlos sólo usó oxígeno desde el Collado sur hasta el Escalón Hillary -debido a problemas técnicos del aparato-, continuando hasta la cumbre y descendiendo sin él, el abulense ya cuenta concuatro ochomiles en su haber: NangaParbat (1990), Gasherbrum2 (1994), ChoOyu (1999) y Everest (2001). Detrás de estas cuatro montañas, hay un largohistorial de intentos en los que la suerte le ha acompañado pocas veces. Havisitado en tres ocasiones el Manaslu(1973, 75 y 99) y el BroadPeak (1979, 92 y 99), sin conseguir la cima, así como el Nanga en 1988, Cho Oyu en 1997, Dhaulagirien 1998 y Everest en 1986 y 2000, con el mismo resultado.
El mismo día que Carlos, y también en su tercera expedición al Everest,Edurne Pasabán se convertía en la primera alpinista vasca en pisar el puntomás elevado del planeta, con ayuda de oxígeno. Este año, Edurne decidióascender por la ruta sur, después de dos intentos fallidos por la cara norte,en los que las condiciones de la montaña fueron bastante adversos. Un agriorecuerdo son las congelaciones que sufrió el año pasado, de las queafortunadamente no ha llegado a resentirse, a pesar del intenso frío que tuvoque afrontar durante el ataque final a cumbre.
Por último, los navarros Iñaki Ochoa y Patxi Goñi, el alavés Julen Reketa y el bilbaíno Mikel Álvarez también consiguieron la cumbre por la cara sur. Iñaki, como guía deuna expedición comercial de Himalayan Guides y acompañado de una clienteamericana el día 24. Patxi, que ascendió el Gasherbrum 2 en 1989, Julen y Mikel lo lograban elmismo día que Edurne Pasabán, dentro de la Expedición de la Amistad.
Primeras ascensiones para latinoamerica
El alpinismo suramericano ha cerrado un excelente año, con tres primeras alTecho del Mundo. Tres alpinistas chilenas se convertían en las primeras mujeresdel continente en pisar su cumbre. Vivianne Cuq, Cristina Prieto y Patricia Sotocoronaron el 23 de mayo por la ruta sur con oxígeno, acompañados por PhilippeReuter y Christian Cuq -encargados de la filmación- así como de Kame Sherpa,Chhongba Sherpa, Wangchhu Sherpa y Phura Dorje Sherpa. La cuarta componente dela expedición, Andrea Muñoz alcanzó los 8.500, donde decidió darse la vueltapor problemas respiratorios.
El mismo día, pero por la cara norte, Marcus Tobias y José Antonio Delgado,acompañados los sherpas Lakpa y Pasang, conseguían con ayuda de oxígeno laprimera ascensión al Everest por una expedición íntegramente venezolana,Proyecto Cumbre, que concluye así un largo y ambicioso proyecto, que el añopasado cerró también con éxito su primer objetivo: Gasherbrum 2.
Por la misma vertiente y ruta, un equipo colombiano de 9 alpinistasconseguía la primera de este país al Chomolungma. Cuatro miembros de laexpedición Manantial, repartidos en dos cordadas, culminaban el trabajo delgrupo. Manuel Arturo Barrios y Fernando González lograba la cumbre el 22 demayo, mientras que sus compañeros Juan Pablo Ruiz y Marcelo Arbeláez lohacían dos días más tarde, dedicando su ascensión a Lennin Granados,compañero de antiguas expediciones que fallecía en el Manaslu en 1998.
Además, el ecuatoriano Iván Vallejo, que este año compartía permiso conEdurne Pasabán y Koke Lasa, lograba la cima por segunda vez y sin oxígeno, através de la ruta sur y junto a la alpinista vasca. Hace dos años ya loconsiguió por la cara norte y también sin la ayuda de botellas. Por último, elguatemalteco Jaime Viñals coronaba junto al danés Asmus Norreslet y elnorteamericano Andy Lapkass, dentro de una expedición comercial por la caranorte. Aunque la ascensión terminó bien, Jaime tuvo que realizar un vivacdurante el descenso a 8.700 metros de altura.
Volando desde la cima
Este año, tampoco han faltado espectaculares descensos en el Everest. Si la temporada pasada Davo Karnikar conseguía descender íntegramente con esquís la ruta sur, esta primavera laimaginación y el compromiso se lo repartieron Bertrand y Claire Roche, y eljoven ‘surfero’ italiano Marco Siffredi.
Siffreddi, de 23 años, ha protagonizado el primer descenso del Chomolungmacon snow, desde la cumbre hasta el campo base avanzado de la vertiente china. Elitaliano se decidió finalmente por el directo Corredor Norton, aunque la ideainicial era bajar por el Horbein, de 3.000 metros de desnivel. El jueves 24,un día después de su cumpleaños, Marco pisaba la cima e iniciaba un descenso,que 200 metros por debajo de la cumbre, le obligó ha realizar un rápel de 150metros.
En total, este joven ‘surfero’, que ya cuenta con un amplio currículum dedescensos extremos en los Alpes-1º integral de la norte del Mont Blanc de Tacul, corredor Mallorya la Aiguille du Midi-, empleó dos horas en cubrir los casi 2.500 metros dedesnivel desde la cima al campo base avanzado (6.400 m), en los que encontró tramos denieve de calidad muy cambiante.
Por encima de él y con el mismo destino, los franceses Bertrand y ClaireRoche también eligieron la cara norte para su particular descenso en parapentebiplaza, emulando a su compatriota Jean-MarcBoivin, que en 1988 realizó un descenso en el Everest, saltando muy cerca de la cumbre. Dentro de suproyecto de volar desde las Siete Cumbres, la pareja francesa ha completado enel Everest el sexto capítulo, y culminarán próximamente su aérea aventuraen la Pirámide de Carstenz, techo de Oceanía.
Himalayismo del Siglo XXI
Así se definió en su día la ascensión Lhotse Central (8.413 m). Un reto de futuroque ha sido resuelto esta primavera por una potente expedición rusa de 11 decomponentes, que el pasado miércoles colocaba a cuatro alpinistas, entre ellosSerguei Timofeev, líder de la expedición, en el único ochomil que todavíapermanecía inescalado.
Lo que no está tan claro es la ruta que emplearon los rusos. En unprincipio, su intención era alcanzar el LhotseCentral desde la vertiente norte del macizo. Así, tras ascender hasta ColladoSur, que une esta montaña con el vecino Everest, y buscar un paso hacia la caranorte, los rusos pretendían realizar una expuesta travesía hasta alcanzar elcollado que separa las cimas central y principal del Lhotse .
Pocos días antes de conseguir la cumbre, uno de los componentes de laexpedición, Yuri Khoselenko, informaba que habían localizado el camino haciala norte del Lhotse a través del Espolón de los Ginebrinos, y que si el buentiempo aguantaba durante dos días, su plan inicial de abrir una nueva líneahasta el Lhotse Central por esta cara era perfectamente posible. A pesar deestos, los rusos modificaron a última hora su plan de ataque, ya que el Ministerio de Turismode esta país informaba que habían hecho cima por la cara oeste del cuarto ochomil del planeta.
Precisamente, OscarCadiach y Alberto Zerain eligieron esta misma vertiente que acoge la rutanormal del Lhotse para coronar su cima principal el mismo día, dentro delcuádruple proyecto de Al filo para esta temporada en el Himalaya. A laefectividad de esta potente pareja -era la primera vez que acudían al Lhotse-no pudo sumarse la culminación de su objetivo principal: el Lhotse Central. Finalmente acabaron renunciando, aunque la peor parte fue para el jovenEloi Callado, que tuvo que darse la vueltajunto a José María Oñate a 8.200 metros, con problemas de congelaciones enlos pies.