Escierto que, etimológicamente, cualquier zapatilla con la que se realice una aproximación puede ser llamada “zapatilla de aproximación”. Pero si se quiere ser estricto no se debe confundir el hecho de utilizar una herramienta para determinada función con que dicho útil sea adecuado para la misma.
Con la finalidad de llegar a la base de una pared, a un sector de escalada, a una zona de búlder o de superar en verano un contrafuerte rocoso que da acceso a una aguja en media e incluso alta montaña, los usuarios emplean un calzado muy variado. Desde zapatillas de atletismo a pesadas botas, pasando por avanzados modelos para trail running, trekking o hiking. Y, aunque casi con cualquier cosa se puede “salir del paso”, prácticamente todas ellas presentan alguna debilidad en esos terrenos agrestes que deterioran notablemente sus materiales y estructura.
Conscientes de ello, los fabricantes han creado productos que, aunque pueden parecer tremendamente versátiles, y de hecho lo son si solo atendemos a su adaptación a diferentes terrenos, se trata de artículos focalizados en una tarea: permitir aproximar con seguridad, comodidad, precisión y robustez, proporcionando a la vez un excelente agarre.
¿Qué es una zapatilla de aproximación?
Alcanzar la base de una pared o de una zona de escalada comporta caminar por terreno irregular, pedregoso, resbaladizo y, en ocasiones, con fuerte desnivel. El calzado debe adaptarse a zonas de hierba, roca lisa, bloques sueltos, áreas resbaladizas, grava, arena e incluso pequeños arroyos.
Se exige una polivalencia extrema, pero sobre todo un espíritu camaleónico que ofrezca alto rendimiento en cada uno de los apartados, lo que es decisivo para la seguridad del usuario. Es evidente que no todos los artículos ofrecen simultáneamente esas características que, resumidas, son:
- La robustez de una bota de alta montaña o de trekking exigente.
- La ligereza, comodidad, movilidad y en algunos casos amortiguación de una zapatilla de atletismo o de trail running.
- La precisión y el agarre de un pie de gato.
El calzado de aproximación nace de la fusión de las cualidades de esos distintos productos, pero poniendo énfasis en las prestaciones para la escalada. La apariencia, con anillo colgador posterior, bandas de goma en puntera, talón y muchas veces en todo el perímetro, recuerda un pie de gato.
La caña baja o media aporta movilidad de tobillo. La cordonera suele llegar hasta la misma base de los dedos para mantener firme el pie en toda su extensión. Aunque son más anchas que un zapato de escalada, sus punteras han sido afinadas para contar con mayor precisión y poder ser alojadas en presas pequeñas y oquedades estrechas.
Construidas en piel o material sintético, muchas veces tejido a base de poliamida, aúnan robustez y bajo peso, obtenido por la eliminación de detalles superfluos y la reducción del espesor de una suela flexible que, en su base, cuenta con escaso relieve (casi siempre unos circulitos a modo de pequeñas ventosas) y una zona lisa bajo los dedos (generalmente llamada climb zone) que mejora el agarre en presas reducidas.
Todo ello para ser de utilidad en aproximaciones técnicas y escaladas sencillas pero sin perder un look que incluso algunos aprecian para uso urbano.
La suela de goma ofrece un gran agarre en seco. Pero también es cierto que, sobre todo en placas lisas de roca que presenten algo de humedad, pueden deslizar con relativa facilidad. No con la de un pie de gato, pero recomendamos poner atención cuando se use este calzado versátil que, como cualquier otra herramienta, no es perfecto en todos los decorados.
El barro tampoco es su terreno ideal. El escaso relieve de las suelas no aporta una gran tracción en esos terrenos que es mejor evitar. Sin embargo, sus prestaciones para progresar por terreno de escalada son tan altas que muchas veces permiten completar escaladas de dificultad media sin perder un minuto para extraer los “gatos” de la mochila, y lo que es más importante: sin castigar los pies que van alojados en un espacio más amplio y cómodo que el que ofrecen los habituales “potros de tortura” de nombre felino.
¿CON O SIN TACÓN?
La precisión es una de las características esenciales de las zapatillas de aproximación. Por eso muchas de ellas tienen una suela completamente plana, aunque otras incorporan un pequeño tacón. Este último es interesante para aportar una mayor retención en bajadas, para añadir algo de amortiguación que permita un descanso del pie en periplos largos y resulta decisivo si se progresa por estructuras metálicas angulosas o tubulares como los peldaños y barrotes que se pueden encontrar en vía ferrata. Las planas te irán de maravilla si tu campo habitual de juegos son las placas lisas de granito. Pero si te mueves por media-alta montaña en verano y eres aficionado a las “ferrata”, nada como escoger una zapatilla con algo de tacón.

¿Por qué caña baja o media?
Varias son las razones por las que los fabricantes se centran en ofrecer prioritariamente zapatos o botas de caña media en lugar de calzado de caña alta. La principal es, sin duda, aportar una gran movilidad de tobillo que permita resolver pasos de escalada.
Y, claro está, reducir unos gramos eliminando un material superfluo que un deportista con una musculatura adaptada y una buena movilidad articular no suelen necesitar.
Es cierto que, cuando los pies se empotran en una fisura o se camina por terreno muy accidentado, una caña elevada protege de verdad. Pero la ligereza y compacidad que proporciona una zapatilla dentro de una mochila de pared o colgada de un arnés no es la misma que la que ofrece una bota. Renunciar a pequeñas ventajas puede derivar en notables beneficios.
Membranas impermeables
La aproximación por terreno húmedo recomienda, a priori, el uso de calzado impermeable-transpirable. Pero en el caso que nos ocupa hay que tener en cuenta que la adición de una barrera protectora del agua aumenta ligeramente el volumen, el peso de la zapatilla y, por supuesto, ralentiza la transpiración.
Teniendo en cuenta que la humedad se puede introducir por la parte superior (la caña), que las suelas adherentes sugieren alejarse de lugares húmedos y que el uso predominante de este calzado tiene lugar durante el caluroso verano, una membrana puede resultar un estorbo y no un valor añadido.
Amortiguación y longevidad
Los fabricantes reducen el espesor de las suelas, sobre todo en el antepie y la puntera, con la finalidad de aportar una mayor sensibilidad. Acercar el centro de gravedad al terreno aporta no solo ese “mejor tacto” necesario en trepadas y escaladas, sino una mayor estabilidad.
Eliminar capas superfluas, como entresuelas rígidas y bandas amortiguadoras de EVA, es lo primero que hacen los diseñadores. Por supuesto esa supresión actúa directamente sobre la comodidad y destina este calzado a recorridos no excesivamente largos.
El cansancio en el pie se hace notar en periplos importantes, por muy adaptada que esté la musculatura del usuario. Si se prevé una aproximación o un descenso largos puede ser recomendable alternar las zapatillas con otras más amortiguadas en los tramos donde no sea imprescindible una gran precisión o un enorme agarre.
Precisamente debido a este último, las suelas tampoco son demasiado duraderas. Y, aunque algunos zapateros pueden sustituirlas por otras con relativa sencillez, es fácil comprobar que “el piso” es el elemento más débil de un calzado cuya robusta estructura suele quedar intacta cuando la goma que va en contacto con el suelo prácticamente ha desaparecido.
De nuevo ese uso en los lugares donde sea absolutamente necesario, y no un “abuso” pensando que estas zapatillas son capaces de todo, en cualquier terreno y durante mucho tiempo, permite alargar la vida de un interesante producto con limitaciones que es bueno conocer.
José I. GORDITO
Y que es necesario Victor? Puedes escalar con el material de Terray y seguro que no lo haces. El mercado lanza cosas cada vez mas específicas y nos beneficiamos todos, los que compran por marketing lo último y tienen 6 pares de botas y 6 parejas de piolets y los que nos esperamos a encontrar saldos, segundas marcas y segunda mano.
Todo un dosier, para hablar de algo que realmente no es ni necesario, pero bueno, hay que opinar , no?