El arnés es un elemento importante en la cadena dinámica de seguridad. Si bien es cierto que no absorbe energía más allá de la leve deformación de sus materiales durante un impacto, y por ello podemos considerarlo una pieza estática, es el sistema de conexión por excelencia y el transmisor del choque producido por la caída.

Para amortiguar convenientemente la energía del impacto es necesario repartir de forma óptima la presión en toda la superficie de contacto con el cuerpo. Del diseño y ajuste del arnés depende que el escalador quede suspendido de forma cómoda y sin daños para su anatomía.
La elección de la talla es, junto a la del modelo idóneo para cada actividad, crucial. El ajuste no es menos importante. Los sistemas multirregulables destacan por conseguir una adaptación perfecta, a condición de un incremento de hebillas que aumenta levemente el peso.
Los escaladores deportivos, e incluso alpinistas y escaladores de hielo y mixto que buscan rebajar hasta el último gramo, tal vez no se fijen en ellos. Pero si eres de los que escalan tanto en verano como en invierno y usas el mismo arnés para encadenar vías de roca, corredores y cascadas, nada como escoger un compañero ajustable con, como mínimo, una hebilla en cintura y una en cada pernera.
Los básicos
Seguridad, comodidad y ergonomía conforman el abc de cualquier arnés. La herramienta empleada habitualmente por los escaladores es el arnés de cintura, también conocido como “pélvico” o “de asiento”. Se trata de un conjunto simétrico formado por un cinturón y dos perneras unidas por un anillo cosido que se sitúa más o menos a la altura de la pelvis.
Seguridad, comodidad y ergonomía conforman el abc de cualquier arnés
En la parte posterior unas cintas, generalmente elásticas, impiden que las perneras se caigan impidiendo los movimientos del escalador. Pueden anclarse de forma independiente a la parte posterior del cinturón, o de modo conjunto confluyendo en una sola hebilla. Los arneses indicados para escalada deportiva tienen perneras fijas, no regulables, y sólo el cinturón tiene un elemento de ajuste.
Los diseñados para alpinismo, e incluso grupos que se intercambian el arnés, lucen, además, una hebilla para variar el contorno de cada pernera, ajustándolo al perímetro del muslo del escalador.
Este sistema, en el que nos centraremos, es práctico y ofrece una regulación micrométrica independientemente de la musculatura, la fisonomía o el grosor de la ropa que llevemos ese día.
Perneras regulables
La adaptación micrométrica en relación al volumen de las piernas, equipadas o no con gruesos pantalones, es uno de los principales atractivos de este tipo de arnés. Pero no es la única ventaja: los arneses con pernera regulable permiten ser colocados sin necesidad de quitarse las botas, los crampones o incluso los esquís.
En cuanto a los sistemas de regulación, apuntar que existen, básicamente, dos tipos. Uno de ellos es el clásico de hebillas metálicas. Es el que ofrece mayor rango perimetral.
Por lo general la cinta puede liberarse por completo, lo que hace catalogar a los arneses equipados con este método como auténticos “perneras regulables”, que pueden ser colocados, como decíamos antes, con botas, crampones, esquís.
Otro es el que algunos fabricantes denominan Dynamic-Fit o trakFIT, un método que permite ganar o reducir unos centímetros del contorno de perneras deslizando unas hebillas plásticas limitadas por la costura de unión y ambos extremos del acolchado. Podríamos denominar este sistema de “perneras ajustables”, dejando el término regulable para posibilidades de modificación más amplias.
De hecho, muchos de los arneses con perneras fijas también incorporan un elástico que ayuda a ceñir sin presiones. Por supuesto, y a pesar de sus ventajas, un sistema de esta naturaleza no puede ser llamado regulable en ningún caso.
Cinturones con dos hebillas
Existen cinturones que, en lugar de contar con una hebilla de regulación, presentan dos, una a cada lado del anillo cosido, también llamado anillo ventral.
Aunque su punto negativo puede ser un leve incremento de peso, permiten una adaptación más precisa pues tanto el anillo delantero como el posterior –si lo presenta– o los anclajes posteriores de las perneras siempre están centrados.
Ello repercute positivamente en la comodidad, sin molestas tracciones diagonales de la parte trasera de las perneras, tanto al elevar las piernas como al recibir el impacto de la caída.
El sistema de construcción garantiza además una regulación perimetral extra de la cintura que no ofrecen los arneses de hebilla única. Si tuviésemos que poner un pero apuntamos el citado incremento de peso pero también la presencia de un accesorio metálico que puede ser molesto si no está correctamente protegido y acolchado.
La mayoría de fabricantes son muy cuidadosos en este aspecto, pero no está de más que estudies en profundidad si hay zonas duras que te puedan molestar, sobre todo cuando lleves poca ropa, algo que verás fácilmente cuando te pruebes el arnés en una tienda.
Acolchado, anchura y portamateriales
Más estrechito y con menos acolchado si tu intención es centrarte en escalada deportiva o lo usas en invierno con mucha ropa. Ancho, especialmente en el dorso –donde también podrá tener alguna pieza algo más rígida que reparta la carga y aumente el confort–, con muchos portamateriales y un bucle de izado en el dorso si lo tuyo es el big wall.
De anchura y acolchado medio, pero gran ventilación (algo a tener en cuenta sobre todo si pasas mucho tiempo suspendido en pared, te gusta la escalada clásica y el alpinismo invernal) –no olvides también un buen número de portamateriales y si cuenta con algún lugar donde situar portatornillos–, son algunos de los elementos a tener en cuenta al elegir un arnés regulable.
Grivel ha presentado recientemente un accesorio que puede colocarse en el dorso de cualquier arnés, aumenta la comodidad en suspensión y ayuda al reparto y disipación del choque en caso de caída; se llama The Shield y es muy interesante para quienes escogen arneses regulables más sencillos y ligeros pero los usan en decorados muy variados.
¿Qué talla elegir?
Del mismo modo que los arneses convencionales cuentan con un gran surtido de tallas para adaptarse mejor al usuario, los arneses regulables suelen ofrecerse en dos tamaños.
Estudia con atención las medidas e instrucciones del fabricante y, si estás en la frontera entre dos tallas, piensa si vas a emplear mucha ropa, sueles ganar peso, etcétera, porque de lo contrario siempre te irá mejor llevar el arnés justito (prefiriendo el de la medida inferior), a excepción de que veas que las cintas de regulación quedan tan extendidas que casi no te protege ningún acolchado.
Precauciones
Revisa periódicamente el estado de las cintas, hebillas, costuras y portamateriales; no lo guardes húmedo; lee las instrucciones del fabricante y toma precauciones acerca de puntos de encordamiento y del paso de las cintas por las hebillas (repasando si es preciso para que no se deslicen).
Un correcto mantenimiento es la mejor manera de ahorrar y la garantía de que un componente de seguridad siga siendo fiable.
Arneses para esquí y otras actividades
Dentro de los regulables, existen arneses con escaso acolchado e incluso sin acolchado en perneras para evitar su congelación o/y aumento de peso en uso invernal. Inspiradas en los antiguos Whillans de Troll, auténticos padres de los arneses de cintura, algunas marcas ofrecen arneses regulables para esquí y recorridos sencillos de montaña.
Están desarrollados para permitir su colocación con esquís y crampones y algunos tienen hebillas magnéticas de ajuste que permiten su colocación incluso con guantes. Los hay, también, con sistema de localización RECCO © incorporado.
José Isidro Gordito
- Etiquetas: arnés, Artículos técnicos