Tommy Caldwell empezó el sábado su intento de escalar en libre el proyecto más audaz de los últimos años en Yosemite. Se trata de una línea que coincide con partes de la Mescalito y de Dawn wall y que promete convertirse en el big wall más duro del mundo. Sus credenciales son incontestables: 900 metros de altura y una dificultad máxima de 8c+. Una dificultad, además, muy sostenida, con siete largos por encima del 8b+, otros siete entre 8a y 8b, y sólo dos por debajo de 7a+.
El escalador estadounidense es seguramente el más sólido liberador de Yosemite. En su currículum figuran vías míticas como The nose (900 m, 8b+), Dihedral wall (900 m, 8b+), Magic mushroom (900 m, 8b/+), las tres en el Capitán, o Direct NW face (23 largos, 8b+) al Half Dome. Pero su obra maestra debe ser este nuevo proyecto en el Capitán.
Caldwell empezó a trabajar en la línea seis años atrás, aunque lo más serio se ha sucedido en las últimas dos temporadas, haciendo cordada con Kevin Jorgeson. Sin embargo, en el intento que ha iniciado ahora no ha podido contar con este compañero, que se lesionó unas semanas atrás en un tobillo un par de semanas atrás.
La lesión de Jorgeson
Kevin Jorgeson cuenta en su blog que se lesionó mientras trabajaba el largo 15 de su proyecto, en un dinámico lateral de casi dos metros y medio. “En el primer intento de la temporada, lancé con todo lo que tenía, con la esperanza de clavar el movimiento con la memoria muscular del año pasado”, cuenta en su blog, donde continúa narrando que “cogí la presa y empecé a aguantar la puerta. Normalmente, el pie izquierdo se desliza, deteniéndose cuando llega al canto, deteniendo la puerta. En lugar de deslizarse, mi pie se quedó adherido, y se torció. Después continuó deslizándose hasta que golpeó el canto y se torció otra vez”.
A pesar de no tener nada roto, el esguince le ha supuesto fuertes dolores y una recuperación obligatoria de cuatro semanas de reposo absoluto. Los sentimientos de Kevin Jorgeson en este momento son de frustración: “Me siento fuera de lugar sin el patio bajo mis pies, el magnesio en mis manos, el sonido de los chapajes, el dolor de esas presas afiladas en mis dedos, y la tarea monumental por la que hemos trabajado tanto tiempo”.
De todos modos, lo avanzado de la estación, que amenaza con cerrarse en cualquier momento con la llegada de las primeras nevadas, no dan opción a la espera. Jorgeson lo admite: “Tommy por supuesto está tirando para delante. Desde octubre de 2009, este ha sido un esfuerzo de equipo. Ser miembro de un equipo significa actuar con altruismo en nombre del éxito común. Si Tommy encadena sin mí, voy a estar feliz de haber ayudado a llevar este proyecto hasta su culminación. Si no, volveremos”.
Primeros progresos de Caldwell
Según se puede leer en el seguimiento diario que de esta ascensión realiza Tom Evans en ElCap Report, Tommy Caldwell inició su asalto a la línea el sábado 29 de octubre, con su mujer Beth como aseguradora y segunda de cuerda. Ese día consiguió escalar los seis primeros largos sin ninguna caída, según las observaciones de Evans. “Tommy escaló muy fuerte y rápido en una escalada extremadamente ardua y delicada”, cuenta ElCap Report de ese día, que añade que “se le vio muy pruedente y con un trabajo de pies excepcional. ¡Un gran inicio para la esperanza del encadenamiento!”. Las dificultades de ese día llegaron hasta el 5.14-/8b+.
El domingo, Caldwell avanzó tres largos más (L7 5.14a/8b+, L8 5.13c/8a+ y L9 5.13d/8b). “Se mostró sólido la mayoría del tiempo”, describe de nuevo Evans en ElCap Report de ese día, con un pequeño fallo en el largo 9, cuando cruzó los pies en una secuencia errónea. Rápidamente limpió el largo de material y lo volvió a escalar sin más incidentes”.
Ayer lunes, Tommy Caldwell se tomó la jornada de descanso. El escalador se acerca a la parte clave de la ruta, la conocida como The Molar Traverse, que tiene su inicio en el largo 12 e incluye el dinámico de casi dos metros y medio en el que se lesionó Jorgeson.