
Los eslovenos Tomaz Jakofcic y Grega Lacen liberaban una nueva variante de la línea principal del Fitz Roy en su cara Norte, bajo una espectacular tormenta. Era el 27 de enero cuando ambos se encaramaban a la ruta, entre Tehuelche y Afanasieff Ridge y escalaban cerca de 2.000 pies (600 metros) de roca desconocida, alcanzando grados de hasta 6c/A2. Cuando el tiempo comenzó su cruzada y la noche caía sobre ellos, empezaron a trabajar por la derecha de la Afanasieff Ridge, hasta ensamblar ambas líneas. Alcanzaron la cima al día siguiente sobre las diez post meridiam, aún con la terrible tormenta cerniéndose sobre Patagonia. Dos días de oscura actividad, sobre pared inexplorada, y batidos por la ventisca y el aguacero.
Tras ello, los eslovenos rapelaron la vía Franco-Argentina de la cara sur. Durante aquellas jornadas que Bean Bowers, habitual poblador de las agujas patagónicas, definió como «unos de los días más duros y con más viento de la temporada», Jakofcic sufrió congelaciones en su mano izquierda. Después regresaron, rodeando el Fitz Roy, hasta su su vivac, 71 horas después de su salida hacia la cima. Su nueva variante tenía nombre (Los últimos días del Paraiso) y era dedicada a su amigo Ozbej Povsod, fallecido el pasado año.
Rolando Garibotti, del que sobran descripciones, nos ofrecía su opinión: «Me parece impresionante la ascensión de Grega y Jaka, el hecho que hayan hecho gran parte de ella con muy mal tiempo. Obviamente los dos son escaladores muy experimentados y con la cabeza muy dura. Parece no haberles preocupado mucho el increíble clima adverso. A pesar del mal tiempo se movieron muy rápido, eso también es impresionante, ya que fisuras heladas, viento y demás usualmente hacen cualquier tipo de progresión mucho mas lenta. Me parece genial que las paredes más largas del Fitz estén empezando a recibir repeticiones».
Esclavos del barómetro

Tomaz Jakofcic es habitual de las meteos difíciles. Junto a su chica, Tina Di Batista, abrían una nueva vía en la Torre Norte del Paine el último día del 2002, las placas limpias y la roca seca se convertían en quimeras del primer día y aparecían congeladas en las siguientes jornadas, entre tormentas de nieve y con varios centímetros de escarcha en las fisuras. Esclavos del barómetro (VII, A2/ V-VI, A1, 500 m) nacía tras un parto complicado. Eso sí, habían tenido una «línea preciosa». Durante aquellos días de 2002, caía también La última esperanza (5.11, A1,500 m), vía de Piola Sprungli de 1992.
Grega Lacen también ha tenido lo suyo, y es que junto a Tomaz Jakofcic, realizaban la actividad más importante de la temporada 2004 en el macizo del Paine, abriendo una vía en la arista noroeste del cerro Paine Chico, expuestos a un fuerte viento y bautizada, por ello, como Eolo. 650 metros en 12 horas y con dificultades de hasta 6b+, aunque no era su primer intento.
La temporada está caliente. A principios de enero, en sólo dos días de frenética actividad, Kelly Cordes y Colin Hailey lograban la mejor actividad del año en Patagonia. «Fantástica» para Rolando Garibotti, que ya es sacar buena nota. La cordada firmaba el único encadenamiento de la Marsigny-Parkin a la Arista oeste del Cerro Torre. Una primera «para quitarse el sombrero» a estas bellas agujas.