A principios de enero, y rápidos, muy rápidos (dos días de actividad), Kelly Cordes y Colin Hailey lograban la mejor actividad de la temporada en Patagonia. «Impresionante», según el asiduo, activo y buen conocedor de la historia y actividad en estas estéticas agujas, Rolando Garibotti, buena referencia para calibrar el valor de la ascensión de la cordada americana. Bueno, y que en 1994, un infructuoso y titánico intento a cargo de François Marsigny y Andy Parkin, les valió el Piolet d’Or, aunque su tentativa quedara sin cima, y bastantes metros por debajo de ésta.
Como Cordes y Hailey este año, Marsigny y Parkin pretendía hilar la arista oeste del Torre desde el Collado de la Esperanza, tras haber abierto su A La Recherche du Temps Perdu. Comienzo serio, porque su apertura, esto es, entrar al Torre desde abajo por el oeste supuso (y supone) exponerse a los constantes desprendimientos de hielo de la cara sur, así como jugársela bajo la enorme banda de seracs que amenaza su vía desde el oeste del collado.
Para evitarlo, Cordes y Hailey fueron rápido, muy rápido, escalando en ensamble para evitar los desprendimientos. Entraron a la vía a primera hora del día 5, y poco después de mediodía (1:30 pm) ya estaban en el Collado de la Esperanza, y entonces descansaron. Después tocaba mirar hacia arriba, hacia la arista oeste, por la Ferrari del 74 (Via di Ragni).