En algunas escuelas de escalada deportiva de nuestro país empieza a abundar el material antiguo y en malas condiciones. Cada vez se oyen más comentarios sobre si en tal vía ha saltado un seguro, si en tal otra hay uno suelto, si determinada reunión da miedo… Y es que el material de los primeros años de la deportiva no era tan fiable como el actual, además de la influencia que ha tenido en él el desgaste por el uso intensivo que se le ha dado y por el largo tiempo de exposición a los elementos. Ante todo ello, sólo queda una alternativa: reequipar.
Pero si prácticamente toda la comunidad de escaladores deportivos está de acuerdo en lo expuesto hasta ahora, las cosas no parecen tan claras en cuanto a la reequipación, tarea de la que buena parte de escaladores se escabulle. Y es que, como en muchos otros aspectos de nuestro deporte, no hay reglas escritas al respecto. ¿Quién debería reequipar? ¿Cuándo? ¿Cómo? Hablamos con Dani Andrada y Andoni Pérez, dos escaladores que últimamente se han dedicado a reequipar con ahínco algunas viejas vías de Siurana, algunas tan de actualidad como La rambla o La reina mora.
Siurana, destino mundial
Escaladores de todo el mundo han viajado hasta Siurana para escalar algunas de las vías más famosas de la deportiva internacional. Quizás por ese uso intensivo, además de por los años que lleva ya en el candelero esta escuela tarraconense, puede ser tomado como laboratorio de pruebas (nada científico). En sus paredes actúan denodadamente varios escaladores locales, equipando nuevas vías, pero también reequipando algunas de las viejas líneas.
La importancia del equipamiento
Para Dani Andrada, “después de 20 años al menos, muchas de las vías empiezan a estar peligrosas y la gente que no entiende mucho de equipamiento no se da cuenta de lo peligroso que puede ser. Y es que es ahora y en los próximos años cuando empezarán los problemas serios”. De hecho, él mismo cuenta que “estos días, mientras estaba reequipando, se me rompió un parabolt con tan solo aflojarlo. El material no es eterno…”
Por su parte, Andoni Pérez comenta que “en este último año he escuchado ya varios casos de seguros arrancados, o de escaladores que han partido seguros, o de chapas dobladas o muy oxidadas, y eso te da qué pensar”. En su opinión, “reequipar es muy importante, porque normalmente escalamos en escuelas de escalada deportiva y pienso que las escuelas tendrían que tener anclajes seguros, que no nos pongan en peligro; incluso habría que quitar o asegurar alguna laja, si es peligrosa. También hay material que está muy trallado y que no aguanta igual que cuando se puso, aunque en ese momento fuera de lo mejor que había”.
¿En qué consiste reequipar?
La reequipación debe consistir, llana y simplemente, “en quitar lo viejo y poner el material nuevo”, explica Dani Andrada, que añade que “si puede ser inoxidable, mejor, y por supuesto se debe respetar el equipamiento original, y si se cambia algo hacerlo con lógica”. Por su parte, reequipa vías que habían sido equipadas tanto por él como por otros, aunque antes de hacerlo “normalmente pregunto al equipador”.
Para Andoni Pérez, reequipar “consiste en reemplazar seguros en mal estado por seguros nuevos y, sobre todo, si es posible, por químicos. Si es necesario, incluso puedo añadir un seguro si es peligroso, aunque siempre con el consentimiento del equipador, que fue el que invirtió su tiempo y dinero en imaginarse esa línea y equiparla”. De hecho, él acostumbra a centrarse en sus propias vías, aunque “alguna vez sí he reequipado vías de algún amigo, siempre con su permiso y comentando la idea de dónde poner los nuevos seguros si hace falta modificarlos”.
¿Cuánto cuesta reequipar una vía?
La reequipación de una vía conlleva una inversión en tiempo y dinero. En cuanto a lo del tiempo, Dani Andrada señala que “yo reequipo tranquilo, normalmente me lleva dos días completar una vía”. Andoni Pérez precisa que “según cómo sea la vía: si es desplomada o es de placa, si tiene cinco seguros o tiene catorce… reequipar una vía te puede llevar desde 4, 5 o 6 horas hasta dos o tres días”.
La cuestión económica corre habitualmente a cargo del reequipador o, con suerte, de patrocinadores que aporten el material a la causa. Además, contabilizar el coste total –dejando de lado el tiempo invertido- implica tener en cuenta la gasolina gastada para llegar hasta el sector, los químicos, la resina, las reuniones… Dani Andrada, que recibe las chapas de Petzl sin coste y cuenta con una pequeña ayuda de la sección de escalada de Cornudella de Montsant, calcula que en sus últimas reequipaciones gastaría “como diez cartuchos de resina a casi 20 euros cada uno”, o sea unos 200 euros; mientras que Andoni Pérez, que cuenta con la colaboración en material de Edelrid, señala que por vía debe gastgar “como unos 150 euros entre químicos, resina, reunión de químicos, etc.”
¿Quién reequipa y quién debería reequipar?
Tanto Dani Andrada como Andoni Pérez nombran a varios ‘reequipadores habituales’, entre los que no faltan Kroma, Piwi, Kongui, Víctor Fernández, Jordi Pou, Iker Pou, Kim Santacatalina, David Brascó, Óscar Giménez… Para Dani Andrada, “es fundamental que, por la seguridad de todos, algunos locales” lleven a cabo esta tarea en cada escuela, aunque lo ideal sería conseguir emular el ejemplo de Francia, donde el reequipamiento “es como un trabajo, y llegan a pagarse 100 euros por vía; yo creo que en el futuro será así, con supervisores que controlen todo”.
Por su parte, Andoni Pérez apunta que “el que se quiera involucrar tiene que ser alguien que lo quiera hacer de verdad, no por sentirse obligada a hacerlo por el hecho de ser escalador. Creo que es mejor que lo haga gente que lo vaya a hacer bien, con buen material, con ganas y que tenga una pequeña experiencia”.
¿Y las instituciones?
¿Qué papel deberían jugar las instituciones? Hasta ahora, el apoyo que han brindado instituciones o federaciones ha sido puntual y más bien escaso, pero “ahora les ha llegado la hora de aplicarse y tener en cuenta el tema seriamente”, advierte Dani Andrada, quien sugiere que “lo bueno sería que la promoción de la escalada pasara, sobre todo, por la promoción de las zonas de escalada, con nuevas vías y garantizando la seguridad de las existentes. Me parece que ni la federación ni muchos negocios que viven de los escaladores estén por la labor. Creo que, si le preguntaran a los escaladores que se federan cada año en qué quieren que se invierta su dinero, más de uno pediría más apoyo real para el desarrollo de la escalada”.