La primavera se consolida y, con ella, el frío riguroso comienza a retirarse de tierras escandinavas, dando pie a que los escaladores deportivos regresen a Flatanger (Noruega) una de las zonas de referencia de la máxima dificultad. La escuela donde Adam Ondra trazó el primer 9b+ de la historia ofrece una amplia diversidad de opciones por encima del noveno grado, atractivo irresistibles para las figuras más destacadas de este mundillo.
Dos de ellos son Domen Skofic y Jakob Schubert. El esloveno y el austriaco figuran entre los primeros en el ranking de competiciones internacionales y han coincidido en la cueva de Hanshelleren de Flatanger, haciendo gala de un buen apetito encadenador. De hecho, ambos han coincidido también en encadenar sendos 9a+ en la misma jornada, el pasado domingo.
«Oh yeah! Ayer, Jakob Schubert y yo saltamos a un tren encadenador. ¡Él se hizo con el 9a+ más corto de la cueva y yo con el más largo!», escribía ayer lunes Domen Skofic en su perfil de Facebook. Se refería a Kangaroo’s limb y a Thor’s hammer, ambas vías con primera ascensión de Adam Ondra, en 2013 y 2012, respectivamente.
El escalador esloveno apuntaba también que «después de cuatro días de trabajo, fui capaz de terminar la que es, de largo, mi vía más larga, bonita y dura hasta ahora, Thor’s hammer«. De hecho, este ‘martillo de Thor’ ha seducido a muchos. No en vano se sitúa como la cuarta vía de 9a+ más repetida del mundo, por detrás de las tres destacadas líderes: Papichulo de Oliana, La Rambla de Siurana y Biographie de Céüse.
Nordic flower por la vía rápida
Cualquiera diría que encadenar un 9a+ es botín suficiente para dar el día por terminado y entregarse a celebraciones. Sin embargo, no es así para estos dos. A continuación, ambos se centraron en otra de las vías más clásicas de la cueva de Hanshelleren, Nordic flower. Esta vía fue resuelta inicialmente por Jorg Verhoeven, quien la propuso de 9a, aunque Adam Ondra la rebajaría posteriormente a 8c+ y ahora las continuas rebejas la han llevado hasta el 8c.
Según comenta también Domen Skofic, primero fue Jakob Schubert quien la resolvía a vista, para posteriormente él mismo anotársela al flash.