
Beth Rodden resolvía Meltdown y la definía como «improbable». La americana firmaba, a finales de febrero, la ascensión de dicha línea en Yosemite, cerca de Cascade Falls, probablemente la vía más dura que ha escalado una mujer en estilo tradicional. Y es que la línea, a pesar de ser de corte deportivo, fue encadenada por Beth cargando con ocho piezas —friends de tres levas (TCU) y empotradores— y poniendo los seguros mientras ascendía, lo que en fisura puede hacer que la vía suba hasta medio grado. «Duros movimientos con un potencial enorme de caida» para los que Beth sugiere 8c/c+. Por cierto, hizo caso a las recomendaciones y en vez de llevar el material mosquetoneado en el arnés lo llevaba adherido con cinta americana, lo que hacía que la colocación de seguros fuese más rápida, pudiendo así ahorrar energía.
Meltodwn se estira durante 15 metros con una inclinación de 70 grados, sobre granito oscuro y plagada de presas infímas. «La encadené realmente rápido, aunque sufrí mucho. La vía requiere mucha potencia y es complicado asegurar bien los pies».
La línea ya había tentado a escaladores de la talla de Ron Kauk, quien poco después de resolver Magic line (8c, 1997) intentaba Meltdown, aunque nunca llegaría a establecer el punto rojo para esta corta y explosiva vía. Beth la descubría en 2007 y proyectaba el intento para los últimos meses de este invierno. «No es la mejor estación para intentar nada en Yosemite —avisa—, las tormentas pueden ser brutales». Y ella misma sufrió las condiciones del invierno en el Parque Nacional americano, encontrándose en alguno de sus intentos una preocupante cantidad de nieve.
Rodden ya había encadenado algunas líneas de 8a o superior en Yosemite. Fue la segunda mujer en escalar en libre una ruta de El Capitán, firmando la primera ascensión femenina de Optimist (8c), sacándose a vista Phoenix (7c+) y repitiendo en libre The Nose y otro buen puñado de itinerarios junto a su marido, el gran Tommy Caldwell. «He trabajado más duro en esta vía que en cualquier otra. Encadenar ha sido una pequeña recompensa. Otros quizá lo hubiesen dejado, tanto por las condiciones de la línea como por el tiempo, pero tenía que seguir y hacerme más fuerte».
Fuente: alpinist.com
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