El 29 de noviembre de 2001, Tommy Caldwell sufría un grave accidente al perder parte de su dedo índice mientras trabajaba con una sierra en lasobras de ampliación que estaba realizando en su casa. Tras varias operaciones infructuosas, Cladwell tuvo que afrontar la realidad: su dedo índice(seccionado a la altura del primer nudillo) no se recuperaría. Comenzaba entonces el reto más ambicioso al que el americano se había enfrentadojamás: volver a escalar…
Han pasado tres meses desde aquel trágico accidente y la moral del mutante americano parece recuperarse poco a poco. Y es que nada más operarseya se pegaba una sesiones de entrenamiento de infarto en su plafón casero, aunque eso sí, con una sola mano. En las últimas semanas se ha vuelto asubir a las piedras y por la calidad de sus últimos encadenes no parece que haya perdido mucho nivel. Tanto en bloque como en vías, Tommy vuelvesaborear los placeres que produce el encadenamiento de bonitas y difíciles escaladas.
Dos clásicos para empezar
Para su regreso a la escalada de alto nivel, Caldwell eligió una de las vías con más historia en el panorama mundial de la escalada: GrandIllusion, el primer octavo grado de la historia abierto y encadenado por Tony Yaniro allá por 1979. Su compañera Beth Rodden también se hizocon este clásico de la escalada americana afirmando que le pareció algo más fácil que Sphinx Crack, otro clásico itinerario que ya sehabía apuntado pocos meses antes. Grand Illusion discurre por un diedro fisurado de 45 grados en el que la técnica de empotramientos y lacapacidad de sufrimiento (movimientos muy físicos e imposibles de reproducir en plafón) son clave.
Y como Tommy también sabe hacer bloque decidió probar suerte con The Force, un 8a abierto por Jerry Moffat y situado en el Camp IV deYosemite. La sesión de ensayos duró más bien poco, ya que el americano resolvió la secuencia de este tsunami en apenas dos intentos.