Barbara Zangerl es una de las más polivalentes escaladoras del panorama internacional. Bloque, vías de deportiva, big walls… nada se le resiste a la escaladora austriaca, que desarrolla todas las modalidades roqueras al máximo nivel. Entre sus realizaciones en vía larga sobresale el hecho de haber sido la primera mujer (y única hasta el momento) en completar la famosa Trilogía Alpina, tras escalar End of silence (8b+, 350 m) en el Graubhorn, Silbergeier (8b+, 200 m) en el Rätikon y Des kaisers neue kleider (8b+, 300 m) al Wilder Kaiser. También ha inscrito en su currículum otras líneas de mérito como Delicatessen (8b, 150 m) en Córcega, Super cirill (8a/+, 200 m) en Ticino o el Hotel Supramonte en Cerdeña.

Y sus ansias de escalar más y más no se frenan ahí, sino todo lo contrario. Acaba de sumar una nueva vía emblemática del big wall europeo con la repetición de Bellavista (8b+, 240 m) en la Cima Ovest de Lavaredo (Dolomitas). Una línea creada por Alex Huber en 1999 y liberada por él mismo en 2001. Aunque inicialmente el grado máximo se situó en el 8c, posteriores repeticiones lo fueron asentando más bien en el 8b+. En verano de 2013, Sasha DiGiulian realizó la primera ascensión femenina, haciendo cordada con Edu Marín, y aseguró haber vivido la aventura más épica de su vida.
Ya conocía Barbara Zangerl la Cima Ovest de Lavaredo. De hecho, la escaló en 2010 como primera experiencia en vía larga, cuando hizo de segunda de cordada de su compatriota Hansjörg Auer cuando este realizó la primera repetición de Pan aroma (8c, 500 m). Pero todavía no había hecho nada por ella misma en una de las más célebres paredes de Dolomitas, hasta que se fijó como objetivo ‘la otra’ vía de Alex Huber en el lugar.
Encadenamiento por sorpresa
El trabajo de Barbara Zangerl en Bellavista comenzó ya el año pasado y desde entonces había dedicado unos quince días a la vía. El pasado domingo, tenía la idea de seguir trabajándola y se puso manos a la obra con tranquilidad hacia las diez de la mañana, con Christian Winklmair como compañero de cordada. La austriaca fue de primera de cordada durante toda la vía hasta llegar a la repisa a media altura donde terminan las mayores dificultades a las siete de la tarde y sin haber sufrido ninguna caída.
Aprovechando la situación, decidieron continuar para arriba, conectando con la Cassin, por la que Bellavista sale para alcanzar la cumbre de la Cima Ovest. Se les hizo de noche cuando todavía les quedaban nueve largos por resolver, que hicieron a la luz de las linternas frontales. Al final, se hicieron la foto en la cruz de la cumbre a las dos de la madrugada. No se demoraron en descender y alcanzaron el coche a las cinco de la mañana para conducir cuatro horas hasta su casa y poder ir a trabajar.
En su página de Facebook, Zangerl escribía que «un gran día ha terminado. Esta vía fue un verdadero desafío mental para mí, yendo de primera en todos estos largos de locura. Después de los últimos nueve largos en la oscuridad, alcanzamos la cumbre de la Cima Ovest a las dos de la madrugada. Nos llevó algo de tiempo encontrar el camino correcto para bajar. Súper cansados a las cinco de la mañana estábamos de vuelta en nuestro coche. Una verdadera aventura».