Mientras su hermano Thomas se las veía con el Ogro y su contundente pilar sur,Alex Huber ha vuelto este verano a las Tres Cimas de Lavaredo. Concretamente asu torre oeste, donde el invierno del año pasado abrió una nueva línea a laizquierda de la Ruta Suiza: ‘Bellavista’, 240 metros sobre esta desplomada caranorte, en la que tuvo que echar mano del artificial, con largos de A4 y 7b.
Esta vez, el polivalente escalador alemán, volvía a las Torres de Lavaredosin los ‘pedales’ y con mentalidad ‘free’, buscado la liberación íntegra su ‘Bellavista’,incluidos los desplomados largos del techo que durante su apertura se tradujeronen dos tiradas de A4 y otra de A3. Además escogió para ello el estilo másduro y comprometido: sin espits y usando exclusivamente protecciones naturales.
Una decisión que le supuso cinco semanas de ensayos antes de decidirse arealizar un intento definitivo de encadenar, unos por uno, los diez largos de ‘Bellavista’.El pasado 18 de julio, el alemán conseguía por fin su objetivo, completandoíntegramente en libre las diez tiradas de la vía. Otro rotpunkt ‘de altura’para el menor de los Huber, que consideraba esta liberación como el primer 8cen una pared alpina, y todo un E9 de Gritstone (escala tradicional inglesa quegradúa conjuntamente dureza física, dificultad de protección de la vía yriesgo en caso de caída).
La ‘Couzy’ en libre, un precedente
En 1999, el mismo escenario, la Cima Oeste de Lavaredo, fue testigo de otraliberación en sus verticales muros. El italiano Mauro Bole ‘Bubu’ completaba enestilo ‘free’ la ruta ‘Couzy’ (A4, V+/A3), abierta por Rene Desmaison y PierreMazeaud en verano de 1959 en honor a Jean Couzy (compañero de Lionel Terray enla primera al Makalu, 1955), y referente en su día de la máxima dificultadsobre la roca de Dolomitas. ¿El motivo? Su 40º aniversario.
El escalador italiano, conocido también por sus encadenamientos sobre rutasde mixto extremo en hielo y roca, se enfrentó a una línea con cuatro décadasde historia, que encierra en sus doce primeros largos, lo más complicado einteresante de sus 500 metros. Concretamente, son ocho los tramos de la ‘Couzy’que le hicieron sudar de lo lindo: un largo de 8b, otro de 8a+, dos tiradas de8a, una de 7c+, dos 7c y un 7b+. En total, 300 metros.
Y si mágica es la línea de Desmaison y Mazeaud -en palabras del propio Bubu-,no menos especial fue el día escogido para el encadenamiento de la ‘Couzy’: el11 de agosto de 1999, día de eclipse total. Por eso, y con razón, cuando todoquedó a oscuras el italiano temió que una tormenta le sorprendiera en plenaescalada. Lejos de eso, fue completando limpiamente todos los largos ensayados,y con un certero lanzamiento, el paso clave de la tirada crucial, en medio deltecho. Quizá por ello, se sintió poco después ‘en el séptimo cielo’.
Polivalencia y dificultad
Quizá estos dos términos definan bien la trayectoria de Alex Huber durantelos últimos años. Y es que nos vamos acostumbrando a unir su nombre (enocasiones junto al de su hermano Thomas) a escaladas extremas sobre los murosmás exigentes del planeta. Fue el primero en liberar la ‘Salathé’ al Capitán(1995), donde también ha firmado al grito de ‘no aid wall (no al artificial)’El Niño’ (1998) y ‘Golden Gate’ (2000), ambas junto a Thomas. En 1994, y denuevo con su hermano, se mete en el primer 8c en pared con ‘The end of silence’,12 largos incrustados en un muro de los Alpes de Berchtesgaden.
El mismo año de ‘Salathé’ fracasó en su intento de apertura al Latok II,pero se conformó con la ascensión del Ogro Thumb en 17 horas. Tres añosdespués cumple por fin su objetivo, y acompañado de Thomas y el americanoConrad Anker, trazan el primer itinerario en la cara oeste de esta torre delKarakorum, traducida en 1.100 metros, 6b+ y A3. Dos años después, en estemismo grupo, escala la oeste del Latok IV en estilo alpino.
La cosa no acaba aquí, porque su búsqueda por la dificultad en cualquiertipo de terreno le ha llevado a coleccionar un buen puñado de octavos (entreellos ‘La Rambla’, 8c+ de Siurana sólo repetido por Dani Andrada) en suvertiente de escalador deportivo. Y por encima de estos dos 9a: ‘Om’ (1992), enlos Berchtesgadener, y ‘Open air’, en la impronunciable Schleierwasserfälle, elaño pasado. ¿Otra prueba de su polivalencia? Hace dos años se apuntó suprimer ochomil, el Cho Oyu (8.201 metros).