EXPLORANDO

Israel Blanco, correrías en Francia y Suiza

Cascadas de WI6 y 6+, mixtos en vías multi-pitch como Jedi Master (M11) y una propuesta de mixto deportivo de M13 con el encadenamiento de Tsunami sin espuelas, son el balance de la última escapada de Israel Blanco.

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Israel Blanco, de pie, y Carlos Logroño Citro antes del penúltimo largo de Nuit blanche.- Foto: col. Israel BlancoIsrael Blanco, de pie, y Carlos Logroño Citro antes del penúltimo largo de Nuit blanche.- Foto: col. Israel Blanco

A mediados de mes de Febrero y pasados unos días desde mi paso por la Fuenfría para comprobar el estado físico con el que acometería mis objetivos, me planté en Chamonix. Ya tenía planes esos días por allí, había quedado con Jonathan Larrañaga y con Lemon, más conocido como Citro «El Señor de los Monólogos»… lo que nos pudimos reír con él esos días fue bestial.


Jon y yo planeamos, semanas antes, el darnos un vuelta por Suiza y Francia así que allí estábamos, en Chamonix, sin objetivos confirmados, pues no se sabíamos que líneas estarían formadas, y la méteo de las primeras semanas de febrero nos había dejado muy claro que de «alpinazas» nada de nada. Mucha nieve y temperaturas de Himalaya (-30º solo en el Midi), nos obligaban a esperar. Paciencia para aguardar al final del invierno, a que llegasen las subidas de temperaturas, y las transformaciones. Por la zona solo las cascadas de Argentiere nos planteaban un desafío, y con dos días tenemos suficiente para hacernos con las dos cascadas mas representativas: Nuit Blanche, que ya hice unos años, y en un buen WI6 a -14º con Jonathan y Citro, llamado Shiva Lingam. Esta vez Jonás y yo peleamos más que en la anterior y en el WI6+, con fractura de la columna incluida mientras escalaba, lo que me deja de piedra, decido que no tengo más ganas de escalar al sol tal y como está la ruta.

Recibimiento al estilo suizo

Negociando el primer largo (M10) (M8+/9 para Israel Blanco)de Jedi Master.- Foto: col. Israel BlancoNegociando el primer largo (M10) (M8+/9 para Israel Blanco)de Jedi Master.- Foto: col. Israel Blanco

Luego, la meteo cambia y las posibilidades se abren en Suiza: Staubbach, Oeschinenwald y Breitwangflue, todo en la zona de Kandersteg. La misma tarde que llegamos se puso a nevar y no paró en 24 horas. Con tanta nieve teníamos que escoger bien la zona pues había riesgo 5/5 de avalanchas.

El primer día salimos dirección Staubbach para hacer Rübezahl, WI 6, con 215 metros del maestro Bongard. Vía con formaciones espectaculares, coliflores, lenguas, túneles de hielo y colmillos con un final en goulotte guapísimo.

El siguiente día tengo la intención de hacer Almendudler M9+/-10 WI6+/7 y 350 metros que ya inauguró el año pasado Robert Jasper para su trilogía. Pero tras acercarnos bien al punto de partida nos damos cuenta de que hay demasiada nieve encima del hielo y por la orientación que tiene (W) son fechas tardías. Enero es el mes bueno para esa ruta, así que no tenemos un mínimo de seguridad como para acometer la línea. Ese día escalamos en la zona más cercana al camping (Oeschinenwald). Es tarde y tras ver la cantidad de cordadas por todas las rutas nos decantamos por algo fuera de lo transitado y tras mirar por aquí y allá veo un spit que da comienzo a una ruta de mixto que nos lleva a una reunión colgada de tornillos tras un colmillo difícil. Tras consultar la guía nos damos cuenta de que el aperturista es Ueli Steck y entendemos los alejes entre seguros y las pocas repeticiones en esa ruta pues apenas hay marcas en la roca: se trata de Mako: M7 WI6 y 120 metros.

Al día siguiente temprano partimos para la zona de Breitwangflue sabiendo que nos toca abrir una profunda huella durante tres horas, el doble de lo normal. Tras ojear las diferentes rutas mientras subimos nos damos cuenta que todas han sufrido una fuerte transformación y están fracturadas unas en las cortinas de salida, otras en sus columnas centrales y de que la única «medio medio» es Mach 3 (M9 WI6 220 m) vía que no pudimos terminar por no encontrar hielo suficiente como para conectar con el techo de salida. Preferimos unas cuantas palabras en hebreo y para abajo sin más.

Regreso a Chamonix

Aproximación a Shiva Lingamz (WI6), que escalaron con temperaturas de -14º.- Foto: col. Israel BlancoAproximación a Shiva Lingamz (WI6), que escalaron con temperaturas de -14º.- Foto: col. Israel Blanco

Al día siguiente partimos para Chamonix ya que siguen las nevadas y el riesgo de avalanchas es muy alto. Además hemos quedado con otro incombustible fanático, Jordi Tosas, con el que ya tenía planes para la última semana de febrero: escalar dos rutas duras.

Tras un día de descanso en Chamonix, salimos en dirección Aosta con intención de fijar el CB en el pueblo de Cogne, punto de partida para mi pequeño proyecto. La verdad que no me costo mucho engañar a Jonathan y Tosas para esta historia porque no se quien es más fanático de los tres.

Mi intención era hacer dos de las tres rutas multi-pitch más duras en versión mixto. En el transcurso de una semana caen Jedi Master (L1 M10, L2 M11/11+, L3 M9+ y L4 WI6) y The empire strikes back (L1 M8 E4, L2 M11, L3 M6 y L4 WI6+/7). Instalamos una cuerda para filmar la ascensión de las dos rutas.

Al segundo día toca solo hielo en una mítica de Damilano y Grassi; Renpentace super (WI6 220 m) y en condiciones de 5 que acometemos Jordi, Jonathan y yo, que con la tontería de subir un poco por encima de Jonathan para hacerle unas tomas de vídeo la hago en solo integral… Eso si, Jonathan y Jordi me van diciendo el estado del hielo en cada largo y es de gran ayuda para saber lo que hay. Unos colegas estupendos para una vía «diez» con día espectacular. No se puede pedir mas…

Al tercer día Jonathan se nos pone muy malo y tenemos que dejarle en cama. Esa vez le toco el turno al encadenamiento íntegro de Jedi Master: considerada la segunda vía más dura de mixto en pared (multi-pitch), por detrás de Illuminati. ¡Que casualidad que las tres rutas se encuentren en Italia y dos de ellas juntas!

Comienzo la escalada y voy encadenando, largo tras largo a vista, excepto el segundo que me lleva dos pegues. He de decir que el primer largo cotado de M10+ me pareció que estaba mas entre el M8+ o M9. Esa misma noche se cae la cortina del tercer largo que comienza con un buen M9+ y da la salida a treinta metros de hielo. Nos libramos por pelos. Realizamos la vía integra de toda la pared, ya que la mayoría se baja del final del L3 y no terminan el L4 solo de hielo, o bien por falta de hielo o bien por mal estado de la última columna que encontramos un poco expuesta, de WI6, y fracturada en la parte superior. Solo el escalador Steve Haston salió por el último largo como nosotros y graduó de WI7. Estamos muy cansados pero contentos con la ascensión, ya que además es la más rápida en cuanto a pegues y a días.

Esta vía, junto con los dos primeros largos de Flying Circus, que también hice a vista (E4 y M10 de autoprotección) y Misión Imposible (M11) son las vías más duras y expuestas que he escalado en este estilo en mi vida.

El cuarto día nos lo tomamos de medio descanso. Tomamos dirección Valsavaranche con intención de probar Tsunami (M12). Tras un par de pegues me doy cuenta de la dureza de esta ruta. Nos marchamos temprano ya que no quiero gastar mas fuerzas por que al día siguiente me toca The empire strike.

Al amanecer, Jonathan sigue en cama. No me extraña: el muy bestia no ha parado en 15 días. Nosotros nos levantamos con la intención de hacer los mismo que hicimos con Jedi Master, pero esta vez las altas temperaturas de las dos semanas seguidas de buen tiempo ya han dejado en muy mal estado la mayoría de las rutas. El primer largo que saco a vista (M8 E4 de exposición, creo que protegiendo con un par de clavos se puede reducir esa exposición), me doy una importante ducha terminando el L1. En el final del segundo largo encuentro la chapa de hielo, por la que tienes que salir, chorreando y separada de la pared y los bloques de debajo del hielo están poco soldados. Veo que se ha terminado la historia del encadene y que mis planes han de cambiar. Quizás antes de que termine el año pueda volver.

Mirando la cortina del tercer largo que se desprendió el otro día y la ducha de agua que cae de los largos superiores me doy cuenta de que estamos muy al límite en cuanto a condiciones para continuar, así que para abajo. Al llegar al parking hemos podido ver numerosas avalanchas que pasan por las canales en las que se encuentra muchas cordadas escalando. En una de esas nos quedamos de piedra cuando vemos una gran avalancha que barre una de esas canales con cordadas (tres). Enseguida miramos con los prismáticos para ver si alguien ha resultado herido, pero parece que no. Aún así una cordada sigue subiendo… ¡que locura! Cuando llegamos al Hostal de Cogne nos damos cuenta de que alguien al final ha tenido un accidente, ya que el helicóptero de rescate no para de hacer viajes.

Última parada

Al sexto día salimos dirección Chamonix, se termina el viaje ya que no hay condiciones, pero antes hacemos otra parada en Valsavaranche ya que voy con muchas ganas de darle otro pegue a Tsunami antes de irme. Al llegar vemos la cantidad de agua que baja de la cortina de hielo y por la misma pared. A la ruta le da el sol desde primera hora de la mañana y no son de extrañar estas condiciones. Le quedan horas a este hielo, así que con muchas ganas le doy y a mitad de vía mis brazos dicen stop. Cuando me bajo mi sensación es de que no lo veo nada claro, creo que tenía que haber calentado antes. Tras descansar un rato y asegurar a Jordi, que le da un pegue, le vuelvo a meter con más rabia y ¡Zas! Encadeno la vía. Es la cuarta repetición absoluta y segunda sin espuelas, por lo que propongo M13 para este estilo.

Cinco pegues hacen de esta la más rápida ascensión tras los nueve que necesito Erik Svab, el primer encadenador sin espuelas, y tras comparar con otros M13 creo que es una buena propuesta. La guinda para terminar el viaje, ya que no estaba en mis planes hacer vías de un mixto deportivo de un solo largo…

Han sido dos semanas sin parar, y ahora toca volver a casa. Además tenemos mas planes para Gavarnie antes de que sea tarde.

Gracias a Jonathan y a Jordi, que desde el primer día que le comente mi intención de realizar este proyecto, se puso a entrenar muy duro conmigo para llevarlo a cabo. ¡Un millón de gracias! Ahora me toca a mí ponerme las pilas para su durísimo proyecto del verano. Ese era el trato. Una vez más, gracias a los dos por compartir estas escaladas tan gélidas.

Israel BLANCO

 

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