Sebastián Álvaro es un enamorado de la figura de Maurice Herzog, a quien considera «una persona excepcional en todos los sentidos. Su vida es irrepetible. Lo que ha hecho fue grande». En el prólogo de la nueva edición de Annapurna, primer ochomil, editado por Desnivel, Sebastián Álvaro explica por qué aquella expedición fue tan importante: «Reúne las características imprescindibles para acometer una gran aventura en montaña: un grupo humano unido y bien liderado, asentado en la camaradería y el esfuerzo en pos de un objetivo compartido, la solidaridad y la entrega sin límites».
¿Cómo sitúas la primera ascensión del Annapurna?
Una de las más importantes de aquella época. Las cuatro primeras ascensiones más importantes de los ochomiles son por este orden: Annapurna, K2, Nanga Parbat y Everest.
El Everest muy por detrás de las otras. La expedición más moderna en términos actuales es la que lidera Herzog. La sabe liderar con un carácter que le hace a él y a la expedición realmente moderna. De hecho creo que desde entonces no ha habido ninguna otra expedición francesa tan innovadora; quizá se le aproxime la del Pilar Oeste del Makalu de 1971.

¿Qué personajes fueron claves en la expedición del Annapurna?
La clave del Annapurna, visto con sesenta años de perspectiva, reside en Lionel Terray y Maurice Herzog, los otros personajes son secundarios. Terray es el grandísimo alpinista, el primero que sabe leer el Dhaulagiri y se da cuenta de que estaba muy por encima de sus posibilidades.
Y por eso marchan al Annapurna. Como llegan aclimatados lo hacen tan rápido que probablemente ahora haya pocas expediciones que lo asciendan en tan poco tiempo. Fue el líder de una expedición magnífica que se adelanta a su época. Tiene la ambición necesaria porque sabe que tiene detrás a todo el país y anhela convertir esa cumbre en el primer ochomil de la historia.
¿Cómo situaríamos a Louis Lachenal en este contexto?
Lachenal sube con él a la cima pero por una equivocación, por una de esas paradojas de la historia y que además le marcará por el resto de su vida. Quien debería haber subido a la cumbre con Herzog es Terray; son los personajes más en forma y los que hubieran hecho mejor cordada, pues combinaban la fortaleza de Terray –el mejor guía y el mejor alpinista de la expedición– con la ambición y el liderazgo de Herzog. Ésa hubiera sido la cordada ideal, pero por paradojas de la vida al que le toca es a Lachenal y, sin embargo, Terray juega un papel fundamental en el descenso, sin Terray no hubieran alcanzado con vida al campo base.
¿Qué se podría destacar de Gaston Rebuffat?
Rebuffat es un personaje aún más secundario en esa expedición. Pinta poco –que no se me entienda mal–. Yo creo que es a partir del Annapurna cuando Rebuffat empieza a brillar con luz propia. El personaje que alpinísticamente hablando «explota» tras esta ascensión es Terray, porque todas las montañas que va a tocar a partir de entonces son grandes montañas.
¿En qué se diferencia esta expedición de otras de la misma época?
En la rapidez, la ligereza, la innovación y la propia ambición. Los franceses se consideran depositarios de la esencia de una nación recién salida de la Segunda Guerra Mundial sin muchos motivos para estar alegres. Los franceses han sido liberados por tropas exteriores, aunque sus maquis tuvieron una importancia relativa, buena parte de la guerra se ha realizado en territorio francés y los franceses necesitan agarrarse a expediciones como la del Annapurna, que representan el orgullo nacional, todo aquello que los franceses saben que pueden hacer. Por eso, en ese momento la expedición se convierte en un revulsivo para la nación francesa. Naciones como Francia o como Italia, devastadas por la Segunda Guerra Mundial, necesitaban expediciones como estas.
¿Cómo describirías a Maurice Herzog?
Es una persona excepcional en todos los sentidos. Su vida ha sido irrepetible. No digo que no haya tenido equivocaciones, como en la vida de cualquiera, pero todo lo que ha hecho ha sido grande. El Annapurna fue grande, los alpinistas que eligió fueron grandes y su trayectoria después del Annapurna ha sido muy grande: ministro de Charles de Gaulle, alcalde de Chamonix, miembro del Comité Olímpico Internacional…, realmente es un hombre de película. Estoy convencido de que se terminará haciendo una película sobre la vida y la trayectoria de Maurice Herzog.
¿Qué supone para ti el libro Annapurna, primer ochomil?
Este libro es la biblia de las expediciones de montaña. Es un relato intimista y muy personal que sin embargo trasciende a su tiempo por la cantidad de valores morales, éticos y alpinísticos que cuenta. De hecho empieza diciendo «Fuimos todos camaradas, hermanos en el dolor, la tragedia y la alegría», y eso es lo que hace grande e irrepetible el libro.