Adam Ondra es un escalador global. El checo es uno de los ejemplos más claros de trotamundos de la escalada. Desde que era un niño ha viajado sin parar, principalmente por Europa pero también por otros continentes como América o África, dejando a su paso una ristra inabarcable de vías duras y bloques de altísima dificultad.
Su último gran logro en el extranjero fue el reciente primer 9c mundial con Silence en Flatanger (Noruega). Aunque al echar un vistazo a sus encadenamientos más duro en escalada deportiva aparecen también otros muchos países, como España, Francia, Italia, Eslovenia, Suiza, Alemania, Reino Unido, Austria… y si echamos una ojeada a sus vías largas, los viajes nos llevan a Estados Unidos, Madagascar, Suiza…
Siempre se ha entendido que los viajes de Adam Ondra eran debidos a la escasez de roca en la República Checa… aunque quizás habrá que empezar a buscar una explicación diferente. De hecho, él siempre ha aprovechado los momentos que ha estado en casa para apretar allí también, con resultados nada malos, por cierto.
Con la cuerda, Adam Ondra firmó a finales de 2013 la que es una de las cuatro propuestas más duras del mundo con Vasil Vasil 9b+ en Sloup. Además, también hizo Predátor 9a/+ en Srbsko en 2015 y Robin Ud 9b en Alternativna Stena en 2016. En cuanto al búlder, uno de los pocos 8C+ del mundo que no han sido decotados (aunque tampoco repetido) es su Terranova, en Holstejn, del que hizo la primera ascensión en 2011. En su libreta, también figuran Pata ledovce 8C en Holstejn (2011), Cháron 8C en Petrohrad (2015) y Kráter 8C duro de nuevo en Holstejn (junio de 2017).
Las microaventuras
Ahora mismo, y tras regresar de Noruega, Adam Ondra lleva unas semanas en casa, centrado en un proyecto que quiere resolver durante este otoño, tal y como nos adelantó en esta entrevista el mes pasado. Ayer mismo exponía en sus redes sociales la siguiente reflexión:
Estamos buscando constantemente nuevas aventuras, vías más duras, bloques… a menudo en lugares lejanos y a veces olvidaos lo que tenemos justo al doblar la esquina, detrás de nuestro patio trasero. Me encanta pasar tiempo en mi zona local de escalada y por eso me gusta la idea de Al Humphreys sobre la microaventura con la que me acabo de topar recientemente. Creo que todos podemos aprender de ella.
Adam Ondra hace referencia al concepto desarrollado por el aventurero, autor y orador motivacional Alastair Humphreys, que define microaventura como: “una aventura que es corta, sencilla, local, barata, sin dejar de ser divertida, emocionante, desafiante, refrescante y satisfactoria”.
Los primeros resultados de esa filosofía han sido dos nuevos y duros problemas de búlder en Holstejn: el primero, Drift 8C, cayó el 8 de octubre y Ondra lo calificó como “un problema duro y divertido”; el segundo, Vrtule 8C/+, llegó el 13 de octubre tras cuatro días de esfuerzo y lo describió como “escalada de potencia sobre invertidos que llevan a un salto con una puerta de helicóptero”.