La difícil meteorología de Patagonia puede ser una tortura para quien espera una ventana de buen tiempo. “¡Así es! Frustrante!”, escribía Siebe Vanhee en sus redes sociales, y por eso hay que buscar maneras de controlar la impaciencia y mantenerse en forma. Él y Sean Villanueva encontraron una forma de canalizar su energía abriendo una nueva vía en la cara Este de la Aguja desconocida, en las Torres del Paine, aprovechando una pequeñísima ventana de tiempo “favorable”.
La han llamado El Matédor, es un 5.11c (6c+), tiene 13 largos, 500 metros y la consiguieron en 12 horas a finales de enero. Hay que recordar que la temporada del verano austral 2017/2018 no pasará a la historia por sus buenas condiciones para los escaladores, pues la nieve, el hielo y los prolongados periodos de mal tiempo han malogrado muchos de los planes de quienes están allí.
El día de la escalada amaneció muy ventoso, pero la cordada tenían a su favor varias caras este entre las que elegir, todas protegidas de los vientos que soplan del oeste. Como sabían que disponían de pocas horas de buen tiempo y que el terreno estaba en malas condiciones, optaron por una de las formaciones más cortas. Es una vía clásica de granito y su punto más complicado se encuentra en el largo 11.
Escalaron convencidos que de eran los primeros que iban a pisar la cumbre
El Matédor no sigue exactamente la línea más lógica de la pared, pero es la más seca que encontraron. Al llegar arriba tuvieron que batallar con el viento y por eso hicieron un sprint en los últimos diez metros, llegaron a la cima y se dieron la vuelta tan rápido como pudieron para resguardarse de nuevo en la pared.
La Aguja Desconocida se encuentra entre La Máscara y La Hoja y Venhee, en el Valle Bader, y Vanhee y Villanueva pensaron que aún no tenía nombre. Escalaron convencidos que de eran los primeros que iban a pisar su cumbre hasta que descubrieron un viejo pitó oxidado debajo de la cima que, supieron después, perteneció a un equipo italiano que ya había bautizado el pico.
Vanhee y Villanueva habían viajado hasta allí para intentar liberar la cara este de la Torre Central del Paine, pero la meteorología patagónica no les dio tregua. Más adelante probaron dos objetivos menores cansados de soportar los días de mal tiempo a base de yoga, meditación y entrenamiento. “Las opciones más realistas que tenemos son…”, arranca Villanueva en un vídeo mirando hacia arriba, como si buscara las palabras para describir una de las líneas en la que se habían metido, “¡bajarnos por aquí o bajarnos por allá!”. Efectivamente, al final se dieron la vuelta a causa del viento.