Ya han pasado muchos días desde que se estropeara la radio en el refugio Victory de Galayos. Y todavía nadie se ha presentado para arreglarla, lo que deja en una situación muy complicada a José María Alonso Gallego, guarda del refugio, a la hora de establecer una comunicación con el exterior de la montaña en caso de accidente. La única posibilidad, desde el 18 de junio que se estropeara la radio de Protección Civil, es el contacto a través del teléfono móvil, aunque, rodeados por las alturas de Galayos, confiar en la cobertura y el funcionamiento de las redes es, según palabras de J.M. Alonso, una lotería.
El refugio Victory se yergue a unos 1.950 metros de altura, al pie de la pared. Es una cabaña de piedra, inaugurada en 1949, con un acceso empedrado para senderistas o escaladores desde el Nogal del Barranco (1.160). Una vez arriba la vista disfruta del galayar completo, lo que hace que la ascensión valga la pena. Sin embargo, si uno no tiene suerte y sufre un resbalón, o cae cuando escalaba la Punta Maria Luisa, el Capuchino, la Aguja Negra o la Vela lo primero que debe saber es que nadie ha arrimado el hombro para arreglar las comunicaciones, poniendo en juego la vida o el dolor de otros por motivos desconocidos, o que son mejor no conocer.
Las vidas de otros
«Estamos muy cansados de ver a miembros barrigudos de Protección Civil con todoterrenos nuevos, en la puerta de los bares, sin hacer nada», exponía J.M. Alonso, que ve como los problemas telefónicos están poniendo en peligro los posibles rescates que deben llevarse a cabo en la zona. «Es increíble que desde el 18 de junio no hayan venido a arreglarlo, mientras observas como otros tiene juguetes nuevos aquí la situación se complica y alguien tiene que poner remedio», continuaba Alonso, iniciando una protesta a la que se han sumando montañeros de la zona como Francisco Javier Reguero, Francisco Blázquez, Oscar Cod Hernáez o Félix Lozano.
El asunto está a punto de convertirse en una cuestión incendiaria, nos explicaba Alonso, cuya fácil solución no llega por ninguna parte. José María ya ha avisado en varias ocasiones a las autoridades, así como al gobierno de Ávila, pero quizá el tema no sea considerado de vital importancia, cuando en realidad se trata de un servicio fundamental en la montaña, en el refugio y en las tareas de protección para los montañistas. Un servicio que lleva más de un mes sin funcionamiento y que exige medidas de solución urgentes.