La temporada invernal en el Nanga Parbat entra en su fase más emocionante. Por primera vez, ha sido pronunciada la palabra «cumbre», aunque todavía está lejos el ataque definitivo a la primera ascensión al penúltimo ochomil virgen en invierno. Quien la ha dicho ha sido Simone Moro, que ha comentado que «en las próximas horas pensaremos bien cómo proseguir y si intentaremos ya la cima en la próxima ventana de buen tiempo, o si volvemos a hacer otra incursión antes del intento verdadero».
Estas palabras eran pronunciadas a su regreso al campo base de la vertiente Rupal (3.800 m) desde los 7.000 metros que alcanzaron con David Göttler por primera vez en esta expedición. Aunque la idea original consistía en situar el C3 a una altura algo por encima de esa cota, finalmente, el italiano y el alemán instalaron ese campamento entre los 6.700 y los 6.800 m, y allí pasaron una noche. El día siguiente tenían intención de alcanzar la arista Mazeno (7.000 m), reseguirla unos 250 metros más y cruzarla para penetrar en la vertiente Diamir y comprobar el estado del tramo final de la ruta.
Esa es, ahora mismo, la gran incógnita a la que se enfrentan las dos expediciones que intentan la ascensión del Nanga Parbat por la ruta Schell de la vertiente Rupal y el principal motivo de duda para Simone Moro de cara a decidir su ataque definitivo para la próxima oportunidad o dejarlo para la siguiente. Tampoco es que los alpinistas vayan completamente a ciegas en este sentido. De hecho, la llegada de Daniele Nardi al campo base de la vertiente Diamir ha contribuido a ofrecer información de vital importancia a sus compañeros del otro lado de la montaña: «De las fotografías que Daniele Nardi ha publicado de la vertiente a su llegada al campo base, parece que la pared esté realmente muy cargada de nieve; lo que no nos desagradaría, porque el peligro hasta ahora ha sido el hielo negro que hemos encontrado con frecuencia y que ha obligado a colocar cuerdas fijas en aquellos pasos», apuntaba Simone Moro, quien añadía que «la nieve nos permitiría avanzar un poco más tranquilos».
Temperaturas de -40ºC y llegada del viento
Simone Moro y David Göttler decidieron no continuar un poco más y ver con sus propios ojos la pared del Diamir a causa de un frío muy intenso (temperaturas de -40ºC a 7.000 m) y de las previsiones de la intensificación del viento a partir de hoy, según el meteorólogo Karl Gabl. Además, el alpinista italiano explicaba que tampoco iban suficientemente equipados, ya que todavía no han subido la ropa para cima, con el objetivo de ir lo más ligeros posible en pos de una mayor rapidez.
Bastante diferente es la estrategia en la montaña de la expedición polaca Justice for All. Según los datos, Pawel Dunaj y Michal Dzikowski andarían algo por detrás de Simone Moro y David Göttler, seguidos una jornada más tarde por Tomasz Mackiewicz. Mientras el italiano y el alemán pasaba la noche en C3, los polacos lo habrían hecho en C2, con la intención de montar su propio C3 a unos 6.600 metros. Su idea es continuar en la montaña hasta el domingo, que es cuando ellos preven un empeoramiento más radical de las condiciones meteorológicas. Para entonces, deberían haber sido capaces de cruzar la arista Mazeno y echar esa ojeada pendiente a la vertiente Diamir.
Daniele Nardi, aclimatando
Mientras tanto, al otro lado de la montaña, en el campo base de la pared del Diamir, Daniele Nardi ha iniciado la tarea de aclimatación de cara a su intento en solitario del espolón Mummery. En su página de Facebook, el alpinista italiano ha explicado que «las fuertes nevadas de los últimos días han cargado la vertiente de nieve que está provocando varias avalanchas, entre ellas un impresionante desprendimiento de hielo y nieve justamente sobre el espolón Mummery. Acercarse al Nanga Parbat es por ahora demasiado peligroso, en los próximos días el viento comenzará a intensificarse y para principios de febrero aumentarán las perturbaciones… tendré que esperar y ser paciente«. Ha elegido un pico cercano, el Ganalo Peak, para realizar la aclimatación.