Las previsiones meteorológicas se han cumplido y, una vez más, una ventana de buen tiempo se abre para los alpinistas que se encuentran intentando realizar la primera ascensión invernal al Nanga Parbat. Las dos expediciones que tratan de escalar la montaña por la ruta Schell de la vertiente Rupal, la de The North Face (con Simone Moro y David Göttler) y la polaca de Justice for All, están de nuevo en los campamentos de altura. Por su parte, Daniele Nardi prosigue con sus propios planes en la vertiente Diamir y espera alcanzar mañana el campo base de aquel lado del Nanga Parbat para intentar la ascensión en solitario por el espolón Mummery.
Mientras todo eso ocurre en la montaña, una autorizada voz ha dejado escuchar su opinión o, mejor dicho, su consejo, sobre la actual campaña del Nanga Parbat invernal. En un mensaje dirigido a Simone Moro, Krzysztof Wielicki ha pedido «prudencia» a los alpinistas que se hallan en el penúltimo ochomil principal que se mantiene virgen en invierno. Lo contaba Simone Moro en su blog la semana pasada: «Ayer me mandé un sms Wielicki, dándome ánimos y recomendaciones. Prudencia, nos dice. Él sabe perfectamente cómo es la arista sobre la que estuvimos ayer y ahora que le he dicho que ha sido equipada nos recomienda velocidad y atención. Él es el padre de las ascensiones invernales en el Himalaya y nos hace felices que siga a sus herederos, que su vez siempre lo hemos seguido en estas exploraciones invernales».
Las palabras de respeto de Simone Moro a Krzysztof Wielicki son, justamente, las del alumno aventajado al maestro. Un maestro cuyo historial incluye las primeras invernales a las tres montañas más altas escaladas en esta estación: el Everest en 1980 (con Laszek Cichy), el Kangchenjunga en 1986 (con Jerzy Kukuczka) y el Lhotse en 1988 (en solitario). Además, lideró el pasado invierno la expedición polaca que logró la primera invernal al Broad Peak y que terminó con la tragedia de la muerte de Maciej Berbeka y Tomaszk Kowalski.
El hielo negro de la arista camino del C3
Las palabras de advertencia de Krzysztof Wielicki vienen a colación del estado de la arista situada por encima del C2 (6.100 m), generosamente dotada de un hielo oscuro que dificulta todavía más si cabe la progresión, haciéndola significativamente más peligrosa y lenta de lo habitual. El propio Simone Moro lo explicaba anteriormente, y terminó por publicar una ilustrativa fotografía con el siguiente pie de foto: «Cuando decimos helada, queremos decir esto».
De todos modos, las dificultades técnicas no son obstáculo suficiente para amedrentar a los alpinistas, que el domingo partieron otra vez hacia los campamentos de altura para intentar avanzar un poco más en su progreso en pos de la cumbre del Nanga Parbat. El objetivo en esta ocasión es superar la barrera de los 7.000 metros para instalar el campo 3 en algún punto cercano a los 7.100 metros.
Una vez realizada esta parte del trabajo en la ruta, y teniendo en cuenta que la cumbre del Nanga Parbat se encuentra situada a 8.126 metros de altura, los montañeros ya comenzarán a pensar en esa cima, a la que deberán acceder realizando una larga travesía por la todavía más helada vertiente Diamir para enlazar con el tramo final de la ruta Kinshofer, la más transitada de la montaña.
De momento, por lo que cuentan en su blog, Simone Moro y David Göttler avanzan a buen ritmo. Su nivel de aclimatación es muy correcto, a tenor de los reducidos horarios que invirtieron el domingo en subir desde el campo base hasta el C1, y que han dedicado este lunes para ascender desde el C1 hasta el C2. Por su parte, también consta que los polacos andan igualmente por los campamentos de altura, aunque los problemas con sus equipos informáticos provocan que las informaciones sobre su evolución no sean tan puntuales.