Por tercer año consecutivo, Ramón Larramendi ha vuelto al platógroenlandés a bordo de los innovadores y revolucionarios catamaranes tiradospor velas, que han ampliado horizontes en el helado terreno de las travesías polares, en cuanto a autonomía, distancias y sobre todo rapidez. De hecho, el año pasado, junto a José Manuel Naranjo, batieron el establecían unnuevo récordde distancia recorrida en 24 horas, pulverizando la anterior marca de losbelgas Alain Hubert y Didier Daxencoerd (271 km) hasta situarla en 421kilómetros en un solo día.
Y haciendo cuentas al final de la expedición, consiguieron una media de 70kilómetros diarios, superando también los 43 que el noruego Borge Ouslandestableció en 1997 en la Antártida. Es decir, completaron la travesía polaren total autonomía más rápida de la Historia: 2.225 km en 32 días. Esta vez,Larramendi ha formado equipo con Roberto García-Lema y Carlos Mengíbar, quientambién colaboró el año pasado en la expedición Trans-Groenlandia2001 como operador de cámara. En 2002 el objetivo era similar: cruzar Groenlandia de sur a norte sin ningún tipo de avituallamiento o ayudasmecánicas, a lo largo de 2.300 kilómetros. Y según las últimascomunicaciones, la llegada a la población de Qaanaq, punto final de latravesía, está ya al alcance de la mano.
Buscando el hielo
Pero el comienzo del deshielo ha dificultado el final de la travesía, ya queen la comunicación de ayer, día en el que pretendían bajar definitivamentedel glaciar, contaban como su contacto en Qaanaq, Hans Jensen, les comunicabaque la recogida no sería posible debido al inicio del deshielo en el Fiordo McCormick, que tenía ya mucha agua.
Aunque se creían ya bloqueados y sin poder salir, barajando incluso laposibilidad de avisar a un helicóptero, la suerte no ha sido esquiva del todo. También desde Qaanaq les «abrían» otro fiordo cercano, todavía congelado firmemente. Si todo seguía lo previsto, según este ultimo mensaje llegado a la weboficial de la expedición (www.greenland-adventure.com), los tres deberían haber alcanzado hoy esta localidad groenlandesa.
Susto inicial
Lo habrán logrado prácticamente un mes después de abandonar Narsaq, desde donde iniciaron latravesía el pasado 11 de mayo. Y lo hicieron con susto incluido, porque en labahía y glaciar de Fletanes, se desprendió un enorme bloque de hielo desde elfrente glaciar, justo en el momento del desembarque. Una ola de 2 o 3 metros dealto estuvo a punto de hacerles perder la carga y el «Iridium»,embarcación que debía situarlos en el punto de partida. Fue cuestión desegundos, pero pudieron desembarcar finalmente y situarse sobre el hielo.
Y después, casi cinco semanas que han combinado jornadas de vertiginoso avance yvelocidades de hasta 30-35 kilómetros por hora usando las cometas más grandes,con tediosos días recluidos en la tienda que monta el catamarán -que permiteturnarse a los mandos de la velas sin tener que parar- debido a fuertestormentas polares con vientos de hasta 120 km/h.
Ahora falta confirmar que Ramón, Carlos y Roberto han alcanzadodefinitivamente la localidad de Qaanaq, culminando exitosamente una travesíaque hasta la fecha sólo se ha completado en cinco ocasiones. Y por supuesto,saber si este tercer test groenlandés (tras las travesía de 2000 -con Al filo-y 2001) pondrá a Larramendi y compañía rumbo a su proyecto más ambicioso:4.500 kilómetros sin apoyo a través de la casi desconocida región oriental de laAntártida…