EXPLORANDO
El caribú cazador
El japonés Masatoshi Kuriaki, completaba su enésima expedición a las tierras frías de Norteamerica, haciéndose con la primera invernal en solitario a la cara Sureste del Mount Foraker, tras semanas de trabajo y de ventisca para alcanzar la cumbre, otra vez.
Masatoshi Kuriaki en la Sureste del Mount Foraker, donde se adivina algo de ventisca local en la cima.- Foto: Col. Masathosi Kuriaki
Le conocen como el «Caribú japonés». Quizá sea por demostrar un estilo elegante en sus ascensiones, o tal vez sólo sea porque no hay quien separe a este asiático de 33 años de la naturaleza. Amante sin excepción de Alaska, Masatoshi Kuriaki completaba los más de 5.300 metros del Mount Foraker el 10 de marzo, haciéndose con la primera en solitario al sexto pico más alto de Norteamerica.
Masatoshi, de sesenta kilos de peso, también tiene en su haber una invernal en solitario al Denali (MacKinley), por su cara oeste, sin contar las numerosas tentativas en las que ha bregado con el frío y las avalanchas de su cumbre. Y tampoco era la primera vez que se acercaba por el Foraker. Ya en 1999 hacía cumbre, sólo y en invierno, por la ruta Sultana Ridge, completándola un 3 de abril. Dos años después se atrevía con su Southeast Ridge, haciéndose con la primera en solitario y la tercera repetición total. ¡Y tiene un record!, es el hombre que más basura ha recogido (restos de lo que otros dejaron allí) y sacado de las severas tierras de Alaska, a pie.
Días de soledad y frío
Vista del Denali, el Hunter y el Mt.Foraker.- Foto: Col. Masatoshi Kuriaki
Kuriaki volaba sobre el glaciar de Kahiltna el pasado enero, para pasarse unas largas semanas transportando cargas, yendo y viniendo, por la raras veces ascendida cara Sureste. El japonés iba a por la ruta más expuesta, en un lugar donde las solitarias en invierno están casi prohibidas, donde no hay campos base establecidos y donde no suele haber posibilidad de rescate. Claro, que este hombre de pocas palabras parece un tipo duro: «Se me han hecho un poco largas», decía a propósito de las cerca de 850 millas que recorría de Anchorage a Prudhoe en 1998. Así que imagínense.
«Es el escalador más paciente que he conocido» o «realmente la soledad no es un problema para él» son algunas de las citas que gentes como el piloto que de Talkeetna, Roderick, usan para describir a Kuriaki, capaz de permanecer seis o siete semanas en una cueva de hielo, esperando una ventana de buen tiempo. Con las provisiones justas y su tamaño menudo, aguantó los intensos vientos que le azotaron durante su estancia en la montaña, para al final hollar su cima sin mayores percances. Aunque también ha sobrevivido, en otras ocasiones, a escalofriantes caídas. Su siguiente objetivo el Hunter. El Cazador.
Vídeo de la noticia de KTUU sobre la ascensión de Masatoshi Kuriaki en Alaska
Fuentes: climbing.com, ktuu.com y japanesecaribou.com