Peti qui peti es una expresión catalana equivalente al ‘sí o sí’ castellano. Nada más adecuado como nombre para la vía que le da el grado 8c a Helena Alemán, mujer de cara o cruz que no contempla hacer las cosas a medias: “Soy perfeccionista y doy el 100% en todo lo que hago; si no, ya no me meto”, asegura como declaración de intenciones. El octavo grado es el hábitat natural de esta escaladora nacida hace 25 años en Sant Boi de Llobregat, en plena área metropolitana de Barcelona. El verano pasado sumó más de veinte vías cotadas en el 8 y su currículum deportiva contempla ya casi un centenar de ellas. Su progresión es constante y lineal, tanto en roca como en competición. En 2008 subió su máximo grado hasta el 8b+ con Àgora, de la escuela de Sadernes, pero lo de la última semana ha sido algo único. No en vano son sólo un puñado las escaladoras españolas capaces de escalar un 8c. Unas semanas atrás lo conseguía por primera vez Daila Ojeda. Y antes que ella lo habían hecho Josune Bereciartu, Irati Anda y Eva López.
Campeona de España un sábado y quinta española con 8c el miércoles, ¿cómo te sientes ahora? La verdad es que no lo estoy asimilando. Junio ha sido un mes en el que todo ha pasado muy deprisa: acabar la carrera de comunicación audiovisual, entregar el proyecto, el Campeonato de España, y ahora esto… No sé ni cómo me siento. Muy contenta y feliz, eso sí, como encima de una nube. ¿En quiénes piensas en estos momentos de éxito? ¿Qué personas te han ayudado a llegar hasta aquí? Mis agradecimientos son para mis padres, mi pareja Vicent Palau, mi entrenador Xavi Ruiz y también su mujer Isa. Con todos ellos he compartido mucho. ¿Quién de ellos es el ‘sensey’ al que aludes a menudo en tu blog y en las reseñas de tus encadenamientos? [Risas] Ese es mi entrenador. Lo llamo así por la serie aquella de Son Goku. ¿Cómo es la vía Peti qui peti, tu primer 8c? Es una vía de resistencia corta, de fuerza, con unos 25 metros de recorrido. Tiene un bloque muy marcado en el medio y otro al final. Está formada por cantos muy malos y pequeños. Es física y desplomada.
Según todos los datos, esta línea sólo contaba con una ascensión, de Ramon Julián hace casi siete años. ¿Cómo la preparaste hasta llegar a encadenarla? Fui a probarla un día, sin pretensiones, más o menos hacia el 10 de junio. Le di un par de pegues y las sensaciones fueron muy buenas. Vi que se me daban muy bien todos los movimientos y los pude hacer todos el primer día. Eso me motivó muchísimo y pensé ‘aquí monto yo la tienda de campaña y no me echan hasta que la encadene’. Desde entonces fui una vez por semana, y la semana antes del Campeonato de España me caí dos veces desde arriba del todo el lunes y otra vez el jueves. La tenía al puntito. Entonces, nada más volver de La Coruña, ¿encadenaste? Más o menos. El lunes después de la compe volví a caerme cuatro veces arriba: era una secuencia muy cabrona, en la que tenía que ir a buscar una regleta con la izquierda, mientras la derecha la tenía en un romo… iba muy justa y siempre me tiraba. Así que tuve que hacer un cambio en esa secuencia, introduciendo un monodedo corto y encontrando otro pie. El martes, descansé, y el miércoles volví otra vez. Hacía mucho calor y me caí otra vez en el primer pegue. Me concentré, descansé un poco esperando que el calor no la hiciera impracticable, ya que se necesita mucho tacto para encadenarla, y al segundo la hice. ¿Cómo te sentías allá arriba? No me lo creía. Después de esa regleta me fui a un canto grande y grité porque sabía que ya la tenía. Sólo podía pensar en no equivocarme al chapar la cadena y liarla en el último instante. Fue un momento muy bonito. Y ahora, ¿qué? Ahora estoy fanática por vías duras, pero creo que me voy a dar una semanita de vidilla, a tomármelo con calma. Después, seguiré apretando con motivación, sin más. No tengo ningún proyecto en mente. Quizás me dedicaré a escalar un poco más a vista.
¿Qué tipos de vías se ajustan más a tu estilo? Soy una tía de conti. Me van las vías de continuidad y, si son de bidedos, mejor. Aunque este año he hecho de todo (bloque, corta…). Lo que menos me va son las chorreras, todavía no he cogido eso de las bicicletas y no sé nunca si tienen que ir hacia un lado o hacia el otro… me hago unos líos… Y en cuanto a las zonas, ¿qué escuelas son tus favoritas? Margalef for ever. Soy pro-Margalef a muerte. También me gustan otras escuelas como Montgrony, Sant Llorenç del Munt, Racó de Missa en Montsant, Rodellar… Has terminado la carrera académica y estás en lo más alto de tu carrera deportiva, ¿qué planteamiento te haces de cara al futuro? De momento, me daré vidilla para escalar hasta septiembre, octubre, noviembre… y después buscaré trabajo y lo intentaré compaginar como hasta ahora. Me gusta hacer muchas cosas y creo que no podría sólo escalar; tengo necesidad de hacer otras cosas. A ver, si tuviera la oportunidad de vivir de la escalada, bienvenido sea, pero soy realista. También se puede vincular la carrera de comunicación audiovisual con la escalada. Si hiciera algo de comunicación audiovisual, no iría hacia la escalada. Me tira más el cine: rodajes, fotografía… Prefiero dejar la escalada como un hobby. ¿De esta manera consigues no obsesionarte? ¡Sí me obsesiono! Soy perfeccionista y siempre voy al 100%. Si no, no me meto.