Desde sus orígenes en la escalada y su aprendizaje en solitario, con un inmediato viaje a Yosemite para escalar Zodiac «sin tener ni idea» a su última actividad en Serranía Avalancha donde abrió Espiadimonis, en la que pasó 32 días completamente aislada, sin teléfono no sólo para avisar en caso de emergencia –cosa que no le importa demasiado: si estoy sola, estoy sola (explica) y en una pared técnica tampoco va a ir nadie a rescatarla– sino tampoco para saber la previsión del tiempo y disolver las problemáticas incertidumbres que le provocan. Esto se llama compromiso. Salpicado de escenas de sus escaladas, en este vídeo Sílvia Vidal explica bajo el escenario de las montañas de Montserrat sus motivaciones y lo que le impulsa a buscar objetivos solitarios y remotos.
