ZULÚ DEMENTE A LA VISERA

Urko Carmona, amputado de una pierna: “Cuanto más alto estoy, antes llego a la cumbre”

Acostumbrado a las vías largas y a escalar, casi, casi, como los bípedos. Urko Carmona se acaba de apuntar la Zulú demente a la Visera de Riglos junto a dos compañeros: Iván Germán, amputado de una pierna, como él, y Javier Aguilar, invidente.

Urko Carmona (fondo), Iván Germán (izq) y Javier Aguilar en la 'Zulú demente' de Riglos. 2018
Urko Carmona (fondo), Iván Germán (izq) y Javier Aguilar en la ‘Zulú demente’ de Riglos. 2018
Darío Rodríguez | 6 comentarios |

Pura vida es el lema que da cuerda a Urko Carmona, dos veces campeón del mundo de paraescalada y capaz de escalar hasta 8a+ y 7c+ a vista. Hace unos días se apuntó la Zulú demente a la Visera de Riglos junto con Iván Germán, amputado de una pierna, como él, y Javier Aguilar, invidente. La actividad tenía dos vertientes: divertirse (“La vía es una gozada para nosotros”, decía) y apoyar la actividad solidaria de su amigo Chabi Sánchez.

¿Cómo es la Zulú demente?
Nos la planteamos de tal forma que yo tirase de primero al principio. También pensamos en poner una cuerda auxiliar para meter en el petate todas las muletas, porque llevábamos dos pares y eso era ir demasiado cargados. Total, que pusimos la cuerda auxiliar y fuimos izando el petate para arriba como si estuviéramos en un big wall. Yo hice los primeros 100 metros hasta llegar a la repisa grande y hasta ahí el petate sí que iba más arrastrando y costaba más subirlo, pero los siguientes largos, que eran 6b y 6b+ y hasta 7a+, fueron geniales. La vía es una gozada para nosotros.

«Iván me miraba con cara de no saber quién estaba más loco»

¿Por qué?
La llamamos vía de bolotracción porque son todo bolos y piedras espectaculares. La hemos disfrutado mucho, Javi subió como un campeón. Iván iba flasheando y en el último largo sí le tocó empezar más en artificial para buscarse la vida, poder llegar a los siguientes seguros y salir. El cansancio ya se notaba ahí.

La anécdota más divertida fue que cuando estábamos arriba y faltaban siete u ocho metros hasta la cumbre, estaban las cuerdas un poco liadas por el viento y le dije a Javi que tirase de primero y que hiciese cumbre. Y él no se lo creía, estaba todo emocionado. Le dije que fuera recto, que luego había un parabolt a la izquierda que yo podía ver… y luego ya no veía más cómo seguía. Iván me miraba con cara de no saber quién estaba más loco: si yo que le decía al ciego que subiese de primero o él que subía emocionado sin saber a dónde iba.

¿Cómo es la experiencia de compartir actividad con alguien que no ve?
Al día siguiente hicimos la normal del Puro juntos y le encantó, ahí sí que no le dije nada, solo un pequeño flasheo de algunos pasos cuando salía, pero se la hizo casi toda súper bien. Los primeros largos fueron sin nada de comunicación. Escaló todo perfecto, hasta un grado de 6b+ o así él va autónomo. Era la primera vez que venía a Riglos y le encantó.

¿Cómo haces los rápeles con él?
Bajo yo primero y le dejo las instrucciones. Javi sabe cómo rapelar y me sigue. Él se lo monta, sabe cómo tiene que ponerse el reverso, el prusik…

¿Qué es lo más complicado de escalar juntos?
Tienes que estar muy atento a todas las cuerdas y montar bien las maniobras porque él se entera poco de dónde están las cosas. Hay que tener mucho cuidado con que no se líen las cuerdas. Si yo estoy arriba y a él le pasa se monta un follón muy grande.

«El desplome es mi terreno»

Volvamos a la Zulú. ¿Cómo es la vía comparada con otras que has hecho?
Para mí es una vía muy bonita, solo que tiene el paso duro arriba y te exige bastante resistencia. Es una de mejores por el ambiente y por su desplome tan largo y pino.

¿Cómo es escalar la Visera sin una pierna? Que sea tan aérea, ¿ayuda?
Claro, en vías así estamos más cómodos y menos limitados que en otras. El desplome es mi terreno y el de Iván, aunque el factor psicológico también era importante. Como decía Iván, “con esos alejes y la altura…”. Pero bueno, yo ya estoy acostumbrado a las vías largas y veo la altura como una compañera. Sé que cuanto más alto estoy antes llego a la cumbre.

Comentabas antes que necesitabais subir las muletas.
Claro, dos pares, para luego poder bajar. No es como en el Puro, donde las dejas a pie de vía porque vuelves abajo rapelando. En la Zulú cargas con ellas porque hay una hora de bajada.

La actividad tenía también una vertiente solidaria.
Todo esto fue un reto que había emprendido el escalador Chabi Sánchez para hacer 9.000 metros de escalada en 21 días [y donar el dinero recaudado a la Asociación de Amputados y Agenesias ADAMPI-Aragón]. Al final lo consiguió y, para cerrar el reto, nos invitó a participar. El día de la Zulú él subió con Nuria Rivas [presidenta de la asociación], amputada de una pierna, al Mallo Colorado.

Estás motivado con las vías largas. ¿Qué planes tienes a corto plazo?
Las vías largas me vienen muy bien para tener un poco de continuidad. Después me pondré a entrenar para las competiciones de este año. El mes que viene hay un master de paraescalada en Austria y en septiembre se celebrará el Campeonato del Mundo.

Comentarios
6 comentarios
  1. Me alegro mucho mucho de ver que seguis caminando juntos.. Aún me acuerdo de aquella mañana que nos despertó la guardia civil en entrepeñas y cuando vieron que de los sacos de dormir solo salian amputados no sabían donde mirar.. Un abrazo!

  2. Sí, Desnivel, más artículos así, en vez del ya requeterepetidísimo: «Uno más en el 9a».

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