Iker Pou y Eneko Pou han regresado una vez más a uno de sus patios de juegos favorito, el Picu Urriellu. Los hermanos Pou han estado allí muchas veces, realizando varias actividades innovadoras entre las que destacó la apertura y primera ascensión de Orbayu, que se mantiene como una de las vías de largos más duras del mundo.

Esta vez, los escaladores alaveses no tienen una apertura en mente, sino una liberación. Siguiendo la línea que marcaron en su momento con las ascensiones en libre de vías como Pilar del Cantábrico (500 m, 8a+), Zunbeltz (8b+), Quinto imperio (500 m, propuesta inicial de 8b) o Lurgorri (propuesta inicial de 8c+), en esta ocasión se han fijado en una línea abierta en 1985. Se trata de Marejada Fuerza 6, abierta por José Manuel de la Fuente y Manolo González y hasta ahora sólo repetida por Juanjo Cano e Iñaki Casillas en 2012.
Hablamos con Iker Pou justo antes de que empiecen a caer los intentos de encadenar la vía desde abajo hasta arriba. Todos los largos ya han sido liberados individualmente, así que ya saben que escalarla es posible.
«Es una vía que exige mucha navegación y que a la vez es bastante expuesta»
¿Cómo está siendo Marejada Fuerza 6?
Está siendo complicada, un poco más complicada de lo que nos esperábamos en un primer momento. La vía es una gran apertura, que está bastante limpia de material y donde sobre todo hay que leer muy bien el recorrido y ver por dónde va, ya que los aperturistas y repetidores no han dejado mucho rastro. Entonces es una vía complicada para escalar en libre, hay que dar muchas vueltas, de navegación técnica típica del Picu. Muy entretenido, la verdad.
Sería vuestra quinta gran ascensión en el Picu Urriellu… ¿En qué se diferencia de las otras?
En cuanto a las diferencias con otras vías, diría sobre todo que la navegación. En otras vías hemos visto más claro por dónde van las líneas para liberarlas mientras que en este caso ha habido que dar muchas vueltas, utilizar mucho material flotante (friends, fisureros…). A la vez, es una vía bastante expuesta comparando con alguna otra.
¿Cuál es la historia de la vía? ¿Tenía repeticiones?
Fue abierta en 1985 y repetida por primera vez por Juanjo Cano e Iñaki Casillas en 2012 en artificial. Desde entonces no tiene ninguna repetición más. Y yo creo que es una de las grandes vías del Picu.
¿Cuántos largos tiene?
Lo que es Marejada Fuerza 6 diría que son 13 o 14 largos y luego, al llegar a Rocasolano, se junta con la salida de la Rabadá o puedes salir por cualquiera de las muchas vías que se juntan ahí. De abajo hasta arriba, creo que te salen 18 largos, o sea que es una vía muy larga.
«Todavía no sabemos el grado exacto, pero en libre rondará el 8a+ u 8b»
¿Qué dificultades tiene la vía?
Todavía no las sabemos exactamente, pero en libre rondará el 8a+ u 8b. Aunque la característica de esta vía es sobre todo su exposición. No es una vía en la que sigas una línea de parabolts y se trate de escalar; en este caso, hay que buscarse mucho la vida, saber protegerse bien y escalarla con el temple muy fuerte para forzar los largos en libre.
¿Cuáles son los largos claves, ya sean a nivel de exposición o de dificultad?
Lo más difícil es hasta la mitad, hasta el séptimo largo. Desde el principio –empieza con el Desplome de la Bermeja–, son largos con dificultades bastante duras. Sales a la parte más vertical, donde cruzas con Mediterráneo y vas cerca de Orbayu también; y sigue siendo duro. Vienen largos de A4 de artificial que en libre son muy expuestos; tiradas de A2+ que en libre siguen siendo bastante expuestos. Hasta la mitad es una vía complicada, luego viene un tramo que se deja por navegación y con un grado no muy alto; y luego por arriba, hacia el L12 viene alguna otra sorpresa con un largo difícil… No sabemos todavía concretamente qué dificultad va a tener, pero va a ser alta.
¿El largo más difícil, qué grado tiene?
No sabemos seguro si 8a+ u 8b.
«Hay una o dos chapas por largo y el resto es limpio y difícil de proteger»
¿Ese qué largo es?
Ese es el L3 y por debajo tiene un largo mantenido… es lo que decíamos de la exposición: son largos de 7c o 7c+ pero limpios, todo a friends. Y así todas las tiradas. La tirada de dificultad del L4 tiene sólo dos parabolts y son 40 metros bastante difíciles de cubrir para libre, con grandes saques. De ahí para arriba, todo el rato igual tienes una o dos chapas por largo y el resto de largo de 40 metros es limpio y nada fácil de proteger. La verdad que es una vía digamos que completa. Una gran vía de libre que no es una línea lógica de parabolts.
Además dices, por ejemplo en ese largo de 7c+, que no te puedes caer…
Pensamos que sale un grado por ahí, es un largo de A4 de artificial y en ciertos momentos no permite la caída. Hay repisas cerca y en los pasos clave no se debería producir una caída porque es muy peligrosa: tumba demasiado abajo, sales de una repisa y casi seguro que tocarías repisa. Hay que hilar fino y no caerse.
¿Qué tal son las reuniones?
Hay de todo. Hubo reuniones que se reequiparon, que Juanjo Cano e Iñaki Casillas tuvieron permiso en la repetición para reequiparlas cambiando uno de los buriles por un parabolt. Pero hay algunas reuniones que son a clavos, así que hay que triangular bien y dejarlo todo bien para colgarse todos de ahí. No son reuniones cómodas con parabolts claros. Hay que triangular bien, meter algun friend también en las reuniones… le da su ambientillo.
¿Lleva mucho trabajo forzar en libre una vía de este tipo?
Lleva mucho trabajo. No es una repetición. Imagino que los que vengan detrás nuestro a repetirla van a tener más claro todo el croquis y, sabiendo qué dificultades salen y cómo van los largos para libre, va a ser más fácil. Pero no es nada fácil. No es una línea lógica como por ejemplo coger el Pilar del Cantábrico y seguir el material que está puesto. En este caso, implica mucha navegación y mucho dolor de cabeza. Hay que estar centrado y seguir bien la línea.
«Lo que más me preocupa es unir psicológicamente todos los largos»
¿En qué fase tenéis la vía ahora?
A ver si puede ser en la fase terminal, pero todavía nos queda. Estamos ya con intención de ver si podemos darle los pegues finales para hacer la vía. Los largos están encadenados por separado y nuestra intención es poder intentar enlazarlo todo del tirón. Hemos ascendido la vía, pero queremos ponerle el punto rojo a toda la línea.
¿Cuál sería la parte que más te preocupa?
Es todo el conjunto. Más que la dificultad que te da la roca, lo que más me preocupa es unir psicológicamente todos los largos. Se trata de tener la cabeza bien fría y no caer, porque al final hay muchos largos comprometidos para subir. Hay mucho dolor de cabeza hasta llegar a Rocasolano, porque la vía no perdona hasta que llegas a la Rabadá.
¿Vuestro objetivo es encadenarla desde abajo y en el día?
Ese sería el súmmum para nosotros. Primero vamos a intentar subirla lo mejor que podamos para intentar hacer todos los largos y luego, si podemos hacerla en una tacada, sería genial. Y eso podría ser vivaqueando o sin vivaquear. Si es sin vivaquear y subimos en 24 horas, sería genial. Pero bueno, todavía no le hemos dado pegues definitivos desde abajo, y ahora toca, una vez explorada la vía, intentar hacerla.
«Creo que es una de las grandes y últimas líneas que quedan por liberar en el Picu»
¿Por qué elegisteis Marejada Fuerza 6?
Es una vía que siempre nos había atraído. Aparte del nombre, que siempre nos había parecido buenísimo porque creo que representa muy bien lo que es esta vía, en la que hay que navegar un montón y no perdona. Un nombre genial para una ruta muy estética que siempre había estado ahí y muy poca gente se había atrevido a meterse. Yo creo que es una de las grandes y últimas líneas que quedan por liberar en el Picu.
Hagamos un repaso a vuestras otras cinco ascensiones en libre en el Picu. ¿Cuál fue la primera?
Empezamos con vías más emblemáticas. En 1997 fue El pilar del Cantábrico, del que hicimos la ascensión en el día y en libre.
¿Cómo fue en El pilar del Cantábrico?
Fue una gran aventura. Para la edad que teníamos en aquel entonces –Eneko tenía 23 y yo me metí con 20–, nos metimos sin muchas referencias y con el material justo. La verdad es que piensas ahora cómo nos metimos… Me acuerdo que fui con un forro fino atado a la cintura, unos pantalones normales, una camiseta de tirantes porque hacía bueno y allí fuimos, sin saber lo que era esa gran vía. La gente le metía normalmente dos días para hacerla y nosotros salimos en el día, con unas chancletas atadas al arnés y una bajada épica… Llegamos de noche arriba, se nos echó la niebla, rapelamos porque conocíamos bien los rápeles, pero una vez rapelado nos perdimos totalmente. Me acuerdo que íbamos con unas chancletas normales, que ni ataban el tobillo, con un montón de nieve por el glaciar de atrás, no veíamos nada… desde el pie del rápel hasta el refugio, creo que fueron tres horas y media perdidos dando vueltas. Lo recuerdo como una gran aventura.
¿Cuál fue la siguiente que hicisteis?
El siguiente gran reto fue en 2003, la liberación de Zunbeltz, y la recuerdo como algo duro. Entramos muy tarde de fechas a probarla, en agosto ya, y terminamos a mediados de octubre con la liberación. Pasamos tensión y mucho frío. Acabamos probándola y dando los pegues definitivos y me acuerdo que en el refugio había -1ºC casi todos los días. Teníamos que intentar calentar las manos como podíamos y pasar mucho frío, porque además es sombra prácticamente todo el día… No nos dio el sol hasta salir por arriba. Recuerdo que fue una experiencia en la que nos curtimos. Una experiencia dura en una vía dura por sí misma, con un artificial complicado, unos largos difíciles de repetir en libre y donde arriesgamos bastante. Salió bien, pero es una vía comprometida.
Después de eso, creo que fue la Quinto imperio en 2006. Es una línea más sencilla, diríamos. No es tan espectacular como las otras vías, ya que llega a Tiros de Torca que, como muchos sabrán, es como un gran anfiteatro como un campo de fútbol, y justo la tirada más dura (8b) sale de esa repisa. O sea, que es como si estuvieras haciendo un largo de deportiva en una escuela. No es tan impresionante. Es una vía de muy buena calidad, pero yo me quedaría con El pilar del Cantábrico o con cualquier otra vía antes que con Quinto imperio.
«Casi seguro que Orbayu quedará como nuestra obra maestra»
Luego ya viene Orbayu…
La siguiente es, para nosotros, la gran obra maestra que fue Orbayu, que es la combinación de largos nuevos con la salida de Mediterráneo. Nosotros tratamos de seguir buscando líneas tan buenas como esta, pero casi seguro que será nuestra obra maestra en el Picu. Es una vía mágica, con largos de mucha calidad, con roca excelente, desplomados, atléticos… Tienen de todo: placa vertical, seguros lejos, otros cerca… Son largos muy completos y, sin lugar a dudas, una de las grandes líneas que hayamos escalado jamás en caliza. Seguramente, de lo mejor que hayamos hecho.
¿Qué presentaría Marejada Fuerza 6 en el contexto de todas estas vías?
Representaría otra gran ruta del Picu. Esta roca, esta calidad y esta estética del Picu en sí no se puede encontrar en ningún lado. Marejada Fuerza 6 es un paso más adelante hacia la liberación de las vías que quedan más expuestas del Picu. Son vías con más compromiso que las que se han liberado hasta ahora. Se trata de buscarse más la vida en cuanto a escalada, no sabemos qué dificultad va a salir exactamente. Podemos decir que, aun teniendo dificultad, es una vía más de aventura que las otras. Hay que haber escalado mucho en el Pico para saber leer los largos e identificar por dónde abrieron esta gente la vía.
¿Será el definitivo? ¿Cómo ves lo que os queda ahora?
Bueno, vamso a ver. Nosotros insistiremos con la vía. Estamos motivadísimos y esperemos que, después de haber sufrido tanto en la vía, pueda salir bien y que podamos hacerla.