¡Aún quedan tantas remotas líneas sin explorar! Una cordada alemana-venezolana formada por Stefan Glowacz, Kurt Albert (su habitual compañero en correrías free alrededor del mundo, con el que abría en 2001 La conjura de los necios), Iván Calderón y Holger Heuber (y junto a ellos un fotógrafo y un cámara, ¡espectacular vídeo a la vista!) abrían entre diciembre y enero pasados una nueva vía en el Pilar norte del Acopan Tepui, enclavado en el majestuoso altiplano del Macizo Guayanés (Venezuela). Veinte largos forzados en libre con dificultades entre 6c y 7b, que se levantan verticales sobre el espectáculo visual de la Gran Sabana.
Ya en su aproximación, pasada por agua y atravesando la selva, comenzó su purgatorio: tuvieron que tirar de canoas y sufrir las torrenciales lluvias de estas latitudes. Al fin bajo el tepui, el grupo se ponía manos a la obra. Y para empezar, una sección de roca extremadamente blanda («podías hacer agujeros con el dedo», aseguran) que acaba con una «escalada de ensueño» superados los 700 metros. Quizá de ahí el nombre de la ruta: Purgatory. Los números avalan el bautizo, porque hablamos de «dificultad contínua» (VI, 7C) en terrenos roqueros muy inestables, y combinando tramos asegurados con parabolts con paños resueltos con equipamiento «limpio».
Una aventura solicitada
Stefan Glowacz, veterano escalador ya curtido en esto de las tapias en libre, fue el primero en completar la mítica y pionera trilogía del 8b+ en pared, (Silbergeier, Des Kaisers neue Kleider y The End of Silence), completaba así lo que los americanos Kyle Dempster y Mike Liebecki iniciaron cuatro años atrás. Y precisamente, este dúo que abrió las puertas de tal purgatorio roquero, aterrizaban poco después de su culminación para descubrir que se habían retirado su cuerdas fijas de la pared, y que su línea había sido alargada hasta la cima (13 largos más), y liberada. Ellos abrieron 200 metros iniciales en 2003, todo al natural, viéndolos ampliados ahora en pos de una escalada en libre más espectacular. Aún así los americanos resolvían la ruta en libre también, presumiendo además de haberse topado en la cima con rara fauna selvática. Por ejemplo, un escorpión negro de Venezuela que amenazó las piernas peladas de Dempster, tarántulas multicolores enormes, y tres garrapatas empeñadas en hacer, del escroto de Liebecki, su hogar.
Además, tan hetereogéneo grupo completó su estancia escalando tres rutas más en este gigantesco tepui: los diez largos de Jardineros de las grandes paredes (6c, cara sur), Unate Arête (A1, 7c) y Pizza, chocolate y cerveza, 21 largos de 7c en la cara suroriental del Acopan. Más ejemplos de hermosas y lejanas líneas roqueras, que demuestran que todavía quedan muchas actividades pendientes de remarcado carácter expedicionario. Ir, explorar y descubrir. Ir lejos, eso sí. Y aventurarse.
Fuente: climbing.com