Eder L. López de Ipiña ha cumplido su sueño en la roca, el objetivo que se había marcado después de haber realizado las repeticiones de Rainshadow 9a y Batman 9a/+ la pasada primavera. Entonces ya nos dijo en una entrevista concedida a Desnivel.com que tenía la mirada puesta en Rainman 9b. No solo eso, decía literalmente “voy a hacerla”. Ha cumplido esa palabra y se ha anotado la primera repetición de la obra maestra de Steve McClure en Malham y primer 9b británico.

Ya entonces, Eder le había dado los primeros pegues a la vía y había visto que era capaz de hacer todos los movimientos. Sin embargo, apenas llegaba a sospechar lo complicado que iba a ser todo el proceso, que verdaderamente “ha sido una experiencia increíble”, que ha ido mucho más allá del grado.
Nos lo cuenta en la siguiente entrevista, que le hemos hecho por vía telefónica aprovechando que se hallaba en un atasco en la carretera de Sheffield a Leeds, donde se dirigía para entrenar a un grupo de chicos de la cárcel. Eder L. López de Ipiña es entrenador de escalada. Dejó su empleo en el rocódromo de Jerry Moffatt donde trabajaba el año pasado para fundar la empresa New Age Climbing junto con su amigo Nick Sillem. Luego llegó la oportunidad de formar parte de la plantilla de entrenadores del equipo nacional británico, con el que sueña clasificar a un chico y una chica para los Juegos Olímpicos de Los Angeles 2028.
«Desde la primera sesión vi que me salían los pasos»
¿Cómo ha sido el proceso en Rainman?
Pues ha sido muy interesante. Empecé a probarla la primavera pasada. Desde la primera sesión vi que me salían los pasos, porque ya había hecho las dos partes más difíciles, Rainshadow y Batman.
¿Cómo es la vía?
Básicamente, haces lo más difícil de Rainshadow hasta un empotramiento difícil de rodilla (me costó varios días poder quedarme cinco segundos en él, y mucho entrenamiento de piernas específico para gemelos en invierno) y luego haces lo más difícil de Batman. En mi opinión, es como hacer dos 9a’s seguidos, separados por ese empotramiento de rodilla.
«Es muy complicado encontrar Malham con las mejores condiciones»
¿Cuánto te costó?
Hice nueve sesiones en primavera del año pasado, pero luego ya… las condiciones no acompañaron.
¿Es muy dependiente de las condiciones?
Mucho. Malham es un muro de roca blanca en un anfiteatro que da al sur. Suelo llevar un termómetro al sector y a veces allí hay 30ºC a la sombra a las ocho de la tarde, mientras al lado hay 12ºC. Ese calor provoca unas térmicas que disipan las nubes que hay por encima, a menos que sean muy densas. Así, cuando hay nubes densas, llueve, y cuando no llueve hace demasiado calor… Hay muy pocos días nublados sin lluvia. La primavera es la temporada con mejores condiciones. En verano, no se puede escalar, por el calor y por los millones de pequeños mosquitos (culicoides) que hay. Este otoño fue muy lluvioso, con muchísima humedad, sin nada de viento y con mucho calor.
«Un día encontramos el cuerpo de un suicida, otro día la mujer de mi compañero se puso de parto…»
Muy complicado…
Sí, y además se juntaron varias cosas más en otoño. Un día, me caí en el último movimiento difícil y volví ya con la idea de encadenar a los dos o tres días. Cuando llegamos al sector, nos encontramos con el cuerpo de un suicida que se había tirado desde lo alto de la pared… eso me dejó tocado y no pude volver en unos días.
En otra ocasión, nos encontramos las condiciones perfectas, con 4ºC o 5ºC y, justo cuando ya estaba con el nudo hecho y listo para darle el pegue, la mujer de Nick Sillem –que me hacía de asegurador– llamó que se había puesto de parte con dos meses de adelanto.
Así que al final el invierno se echó encima y decidí entrenar.
«El día del encadenamiento fue muy emotivo, no me lo esperaba»
¿Cómo fue el día del encadenamiento?
Pues mira, el día anterior estaba nervioso porque no iba a tener tiempo de volver en dos semanas, ya que me iba a Escocia con el equipo británico. Me fui a dormir con mucha negatividad y pensando que no me iba a dar tiempo y que luego ya vendría el calor… Pero me desperté contento y muy determinado para escalar. A pesar de que tuve una reunión estresante de trabajo por la mañana, no me afectó. Había 25ºC en el sector y el pegue de calentamiento no me fue bien, pero tampoco me afectó. Me fui a dar un paseo de 20 minutos y, cuando volví, sabía que la iba a hacer… y la hice. Fui escalando sin esfuerzo, sin cansarme. En el reposo de rodilla, ya sabía que iba a encadenar, a pesar de que todavía me quedaba un 9a por hacer. Arriba, cuando había hecho lo más difícil, ¡rompí a llorar y todavía me quedaban diez o doce metros de vía! Fue muy emotivo; no me lo esperaba.
¿Qué opinión tienes sobre el grado?
Muy buena pregunta. Es mi primera en el grado y, tras probar la vía por primera vez, me dije que no podía ser para tanto, pues ya sabía que la iba a hacer porque me caía en el último bloque. Lo que pasa es que, normalmente, si en una vía me caigo en el último bloque tardo unos pocos días en hacerla y en Rainman me he estado cayendo en el último bloque 35 días. Ganar diez centímetros más cuesta mucho. Creo que subestimé la resistencia necesaria y el entrenamiento que hace falta para conseguir esa resistencia.
Sin duda, es mucho más difícil que La Rambla, que estuve probando este invierno. Hay un mundo de diferencia entre las dos. De hecho, tanto Rainshadow como Batman son muy difíciles para ser 9a y algunos piensan que esta última podría ser incluso 9a+.
Además, Steve McClure propuso 9b y Adam Ondra la probó y le dijo a Steve que estuviera tranquilo con el grado, que era muy dura. Yo no voy a decir ningún grado abiertamente y me fío de ellos.
Impresionante es una palabra que se queda muy corta para poder expresar mi admiración, lo que esto representa para la Historia y mis felicitaciones al Aperturista y hacia el Primer Reoetidor. Increíble, sublime, magnífico…