Durante muchos años la cumbre del Naranjo de Bulnes ha estado rodeada de un halo de leyenda alimentada con notas trágicas de los accidentes ocurridos en sus vías de escalada. Mientras la gente profana observaba con recelo la imponente figura de esta gran mole de caliza, los escaladores han elegido mirarla como un reto para las ascensiones por sus cuatro caras e incluso han preferido llamar a esta montaña por su denominación asturiana, Pico Urriello, como si el darle otro nombre lavara su inmerecida mala fama.

Bernabé Aguirre López, un Guardia Civil destinado como instructor en la Escuela de Montaña de la Guardia Civil (C.A.E.M.) con sede en Jaca (Huesca), tuvo su primer contacto con el Naranjo en 1.978 en una de sus prácticas como miembro del G.R.E.I.M. de Mieres. Desde su ingreso en la Guardia Civil orientó sus preferencias para el Servicio a las Unidades de Esquiadores y Escaladores que la Benemérita tenía distribuidas desde 1.967 por el territorio español.
Nacido el 21 de septiembre de 1.957 celebró su 50 cumpleaños escalando la vía Rabadá-Navarro a la cara Oeste de Pico Urriello, cuando estaba a punto de terminar la hazaña que se celebró en Sotres (Asturias), el 22 de septiembre del pasado año: sus 500 ascensiones al “Picu”.
Ayer 22 de septiembre una representación de la Guardia Civil presidida por el General 2º Jefe de Unidades Especiales y el Coronel Jefe del Servicio de Montaña escaló la cara sur del Naranjo de Bulnes por la vía “Directa de los Martínez” en la que sumaba la 517 ascensión de este Guardia Civil, acompañados de grandes amigos de Aguirre como César Pérez de Tudela o Pedro Ortega “El Ardilla”, grandes exponentes de la escalada de los años 70. Por la noche se celebró una cena en el hostal Casa Cipriano de Sotres (Asturias) donde el homenajeado recibió varios regalos conmemorativos del evento.
Desde aquel 5 de Agosto de 1904 en que Don Pedro Pidal y Bernaldo de Quirós, Marqués de Villaviciosa y Don Gregorio Pérez Demaría, apodado “El Cainejo”, fueran los primeros en conquistar la cumbre del Pico Urriello, la historia del Naranjo de Bulnes ha estado fuertemente ligada al Cuerpo de la Guardia Civil. Con el primer accidente trágico de esta montaña, en el que un vecino de Oviedo, “el Cuco”, perdió la vida en un intento de escalar en solitario la cara Sur, fue un Guardia Civil el que junto con el guía Manuel Martínez trasladaron el cadáver a hombros hasta Bulnes a disposición del Juez en el que pudo haber sido el primer rescate en montaña acaecido en “El Picu”, allá por el mes de Septiembre del año 28.
Desde entonces son muchos los miembros de la Benemérita que han escrito páginas de historia en las paredes del Naranjo. El Guardia Civil Andrés Villar ostenta todavía el record de vías abiertas y hasta la fecha ha sido el único escalador que tiene abierta una vía en cada una de sus cuatro caras. Fue Villar también, junto con el Guardia Civil Salvador Muñoz, ambos de la SEREIM de Cangas de Onís, los que abrieron en 1.990 la vía “La Diosa Turquesa”, considerado el más largo de los itinerarios abiertos en la caliza de Urriello con 1.100 metros de escalada. Anteriormente Villar e Higinio Giraldo abrieron una de las vías más clásicas de la cara Oeste: “Sagitario”.
Otros componentes de los GREIM de la Guardia Civil como Isidoro Sánchez “Chiro” y Francisco Alarcón Cava han repetido itinerarios de la cara Oeste del Naranjo de gran dificultad técnica junto a los ya nombrados Villar y Muñoz, que lograron la primera repetición invernal de la vía Sabadell en 1.989 tras tres días de escalada.
Con motivo del centenario de la primera ascensión Bernabé Aguirre y su compañero de la Unidad Especial de Montaña Salvador Arroyo ascendieron las cuatro caras del Naranjo en el tiempo casi de récord de 8 horas y media.
La gesta de Bernabé Aguirre con sus ya más de 500 ascensiones al “Picu” ha colaborado en desmitificar la inmerecida leyenda negra del Naranjo de Bulnes, una de las siluetas de nuestra orografía con más belleza del Mundo.
Como dijo en la cena César Pérez de Tudela “La Montaña tiene más de belleza que de tragedia”