Han tenido que pasar 13 años para que Dani Andrada regresase al Naranjo de Bulnes, y lo ha hecho con la maquinaria a pleno rendimiento. El “viejomutante”, como se le ha rebautizado a sus recién cumplidos 33 años, lograba repetir Lurgorri, una vía de 250 metros que abrían Iker y Enero Pou a mediados de julio de 2006 y que liberaban apenas un par de semanas después, cotando todo el itinerario como 8c+.
Andrada se había preparado a conciencia, probando distintas rocas y paredes y llevándose unos cuantos puntos rojos en las últimas semanas; Black pearl, un 8c+ del sector La Piscineta de Rodellar, por ejemplo. Un corte de pelo después, marchaba a por los seis largos del itinerario que recorre la cara Oeste del Naranjo, más concretamente a través del lado derecho de su contrafuerte. Le esperaba la máxima exponencia del libre en el Picu, una ruta que se desglosa como: L1 8c, L2 7b, L3 6c+, L4 V, L5 7c y L6 IV.
El trabajo empezó el primer día, cuando Dani afrontaba el primer y más duro largo de Lurgorri, llevándose una “tremenda decepción al ver que estaba empapado”. Finalmente pudieron las ganas y después de tres horas alcanzaba la primera reunión, tras equipar aquellos 25 metros que empiezan en una cueva y recorre una larga fisura que no cuenta con ningún seguro de expansión. “Lo más duro del largo es el bloque de salida”, comentaba el escalador madrileño.
“El segundo día fuimos a ver la parte de arriba”, resolviendo Andrada a vista el segundo largo, de 7b, y llegando con éxito a la tercera y cuarta reunión. “Los problemas vinieron en el quinto largo”, afirma Dani. “Empecé a escalar y se me rompía cada canto que cogía”, así que decidieron echarle un vistazo por arriba, limpiarlo con tiento y dejarlo listo para que Andrada, poco después, se embolsase sus 55 metros al primer intento. “Es un largo relativamente fácil cuando lo conoces”, Dani dixit. Solo restaba una “excursión” por la última tirada para llegar a los Tiros de la Torca, donde concluye el itinerario.
Pero el objetivo no se había cumplido, faltaba encadenar el primer largo, algo que conseguiría la jornada siguiente tras un pegue de calentamiento, a las 12 del mediodía. “Podía haber continuado y repetir los largos de arriba, pero no me merecía la pena. Pienso que es más una vía deportiva que una ruta larga, no tiene una dificultad mantenida”.
Y Dani, antes de regresar al paraiso veraniego de Rodellar, se mojaba con el grado: “En mi opinión, aunque respeto al opinión de Iker Pou, pienso que podría ser 8c en lugar de 8c+, ya que encontré muchos empotres de rodilla que me permitieron reposar bien”.
Fuente: Blog de Dani Andrada