Adam Ondra sigue midiéndose a las paredes de Yosemite, donde ha intentado uno de los objetivos que se había marcado. Se trata de The nose (900 m, 8b+), probablemente la vía más famosa y emblemática del mundo. La ha escalado con su padre en el día, aunque su deseo de encadenarla ha quedado frustrado por un largo, el famoso The Great Roof (L22, 8a+), que se le ha atragantado hasta en tres ocasiones. Posteriormente, tampoco podía hacer Changing Corners (L27, 8b+), el largo más difícil de la vía y que le da su grado.
Él mismo lo cuenta en las redes sociales de su patrocinador Black Diamond:
Ayer fue probablemente en día de escalada más largo de mi vida. Fuimos con mi padre a The nose, queriendo liberarla en el día. Empezamos con las primeras luces y hasta The Great Roof todo estaba yendo bien, haciendo a vista todos los largos en unas pocas horas. Pero el The Great Roof me detuvo.
Hice un pegue al flash bastante bueno, pillé la secuencia, descendí y le di un segundo intento pensando que lo ventilaría rápidamente, pero no me había hecho a la idea de la importancia que tienen los pies en esta escalada. Después de escalar tantos largos y de no descansar después de mi flash, estuvieron temblorosos y débiles. Caí, le di incluso un tercer pegue y caí al final de la travesía. No había razón para darle más intentos, pues sólo queríamos llegar arriba.
Tiempo de cambiar a escalada nocturna y hacer a vista todos los largos excepto Changing Corners, hacer cima a medianoche cuando empezaba a llover. Experiencia alpina completa, ya que no encontramos el camino de descenso bajo la abundante lluvia, e hicimos un vivac frío y mojado en la pequeña cueva, antes de finalmente llegar al coche a las nueve de la mañana.
The nose es una de las escaladas más famosas del mundo y estoy súper contento de haberla escalado con mi padre, incluso a pesar de que no fuera en libre. Un gran día.
Claro hombre de eso se trata precisamente.