Gordon McArthur es uno de los máximos exponentes del drytooling canadiense. A sus 37 años, acumula una dilatada experiencia en esta especialidad, tanto en roca por todo el mundo como en competición, en la Copa del Mundo de Escalada en Hielo en la que el año pasado quedó de nuevo entre los 20 primeros.
Residente en el oeste de Canadá, no es ajeno a algunas de las líneas más extremas de drytooling del planeta. Las ha probado casi todas. Un repertorio que ha crecido exponencialmente en los últimos años, con la adición de vías como A line above the sky D15 y French connection D15- de Tom Ballard en Tomorrow’s World (Dolomitas), Saphira M15- de Lucie Hrozová en Vail (Colorado), Black eagle D15- de Young-Hye Kwon en Jovi (Corea) o Iron man D14+ de Robert Jasper en Eptingen (Suiza).
Con ese bagaje en la mochila, Gordon McArthur sabía que el proyecto tras el que llevaba tres años sería la vía más dura de drytooling del mundo… si es que al final resultaba posible escalarlo.
Una vía imposible
La historia comenzó cuando un amigo le descubrió una cueva de roca deleznable situada en las afueras de Fernie (British Columbia), a una hora de su casa. El drytooler canadiense se quedó con la boca abierta ante ese techazo de más de 80 metros de recorrido que presentaba una línea de ciencia ficción.
Se puso a equipar el proyecto de inmediato, aunque esa fase inicial se extendió durante año y medio. La poca calidad de la roca y las dificultades logísticas finalmente se rindieron a sus esfuerzos y el proyecto cobró vida con 50 parabolts.
A continuación comenzó el trabajo para sacar los movimientos y secuencias. Intento tras intento, Gordon McArthur fue invirtiendo días y luego semanas y luego meses en un proyecto que muchas veces le pareció imposible.
Finalmente, dos meses atrás el ingente trabajo comenzó a dar sus frutos en forma de avances significativos. La progresión era evidente y ya parecía que el encadenamiento iba a ser sólo cuestión de tiempo. El último paso clave, situado a poco más de cinco metros de la cadena, era el único obstáculo que le quedaba. Al final, resolvió que la única manera de pasarlo era saltándose las cintas de esa sección. Así lo hizo y, tras más de 45 minutos de escalada, consiguió hacerse con la primera ascensión el pasado jueves 17 de agosto.
Él mismo lo contó así en sus redes sociales:
Hoy he matado al gigante. Cuando menos, ha sido un viaje. Tres años, intentando, fracasando. Lo que parecía imposible se convirtió en un descubrimiento sobre lo lejos que puedo llevar a mi cuerpo. Durante 80 metros de escalada cabeza abajo, chapando más de 50 cintas, y después de 45 minutos de escalada hoy… chapé la cadena. Surrealista.
Para Gordon McArthur, encadenar Storm giant, que así ha sido como ha bautizado a su creación, ha requerido “apretar hasta mi límite absoluto, y luego apretar todavía más”. Habida cuenta que para él es la vía más dura que ha probado jamás, y que además es sustancialmente más larga que las otras líneas de D15, ha propuesto para ella un grado de D16, el primero de la historia.