Como cada mes de septiembre la Librería Desnivel acoge los desvelos y las esperanzas de muchos, el debate de otros, la incertidumbre, el triunfo, la derrota…
Este año nos juntamos con Sebastián Álvaro, Javier Arruga (ganador de la pasada edición), Carmen Samper y yo misma… como no puede ser de otra manera con hombres inteligentes y testosterona, pues se habló de política, de montañas y por fin nos adentramos en lo que nos había llevado una tarde de otoño, calurosa y tranquila, a ese rincón del mundo.
No me gusta hablar de derrota cuando ya es un triunfo terminar un manuscrito, que el resultado sea interesante, que pase a manos de un Jurado y que llegue una parte de aquello que querías trasmitir a los que están al otro lado de tus palabras… pero como decían los inmortales “solo puede quedar uno” y el elegido se lo merece con creces. Lo que la nieve esconde, es una novela psicológica y llena de montaña que hizo decantarse al jurado tras analizar el resto de manuscritos.
Este año aterrizaron en nuestra casa 103 historias. Venidas de todas partes, como aviones de papel llenos de secretos mensajes… difícil elegir entre tantas palabras y tantos sueños, pero solo cuatro pueden llegar a manos del jurado. Así que nos sumergimos en cuatro manuscritos que reunían el espíritu del premio: aventura, montaña, lirismo, entretenimiento, poesía, misterio, viaje… estas fueron las cuatro elegidas, cada una con su propia voz.
Historias de mi mochila folio
Juan Manuel Mestre Carbonell (Elda)
Susurro de drizas, tintineo de mosquetones
Carmen Rubio Díaz (Madrid)
Acariciando el cielo
Fernando M.Cimadevila ( Santiago de Compostela)
Lo que la nieve esconde
Jokin Azketa (Pamplona)
Para la ganadora habría más bien que hablar de lo que esconde el alma humana cuando aceptamos nuestras bajezas y huimos hacia delante… a veces a la montaña, a veces a los recovecos de nuestra cabeza, a veces a las historias de los otros. Lo malo es que lo no resuelto siempre nos persigue y nos asalta, incluso en el Himalaya.
Jokin Azketa se emocionó con la llamada que le proclamaba ganador. El escritor de Pamplona ya había publicado con Desnivel su maravillosa novela Donde viven los dioses menores, que también juega con la psicología para llevar al lector a oscuros rincones. Pero no se esperaba que su obra más ambiciosa llegara a manos del jurado.
En noviembre verá la luz. Hasta entonces habrá que esperar para saber cómo estos modernos personajes, de nuestros tiempos y de otros, se enfrentan a su historia en la montaña para descubrir lo que sucede en sus atormentadas almas.
Gracias a todos por participar y confiar en que tratamos esos manuscritos con todo el cariño, y enhorabuena a los finalistas que llegaron tan lejos.
Pati Blasco
