Una cena a base de pizza y cerveza en casa de Luca Moroni con Tommaso Lamantia fue la génesis de una de las líneas más difíciles de los Alpes peninos. Su nombre es RücknRoll (500 m, ED+, 7b+) y asciende la famosa cara este del Mittelrück, en el piamontés valle de Ossola.
Este pico ocupa una posición muy central aunque no demasiado elevada, con sus 3.363 metros. Se localiza en la línea de la frontera italo-suiza. A pesar de que la vertiente helvética no tiene interés desde la perspectiva escaladora, suele conocerse a ambos lados más bien por el nombre Mittelrück que por el italiano Pizzo di Loranco.

Resulta que ya hacía años que la comunidad alpinística local había planteado el debate de si había espacio para abrir un nuevo itinerario entre la Diretta de 1978 y la Direttissima de 1986. Cuando los dos jóvenes escaladores comenzaron a recabar información, surgió el nombre de Fabrizio Mononi, el veterano montañero que más empeño había puesto en la idea de esa nueva ruta.
Entre la aventura y la deportiva
Finalmente, los tres se encordaron este verano en la vertical de la pared, durante varias jornadas de ambiente frío y con nieblas espesas. Invirtieron mucho esfuerzo en trazar una línea que no pisara en ningún punto a las dos precedentes. Un itinerario que encuentra su camino entre paños de roca lisa –especialmente en el zócalo– atraviesa el famoso escudo tan característico de la vertiente y concluye con una fisura de 50 metros de 6c bastante expuesta.
Según definen ellos mismos, es una escalada que mezcla lo deportivo con lo aventurero y que quizás se halla más cerca de la escalada de aventura que de la seguridad deportiva.
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