Benjamin Védrines repitió el pasado 14 de agosto una travesía del Monte Rosa que comienza a crecer en popularidad. Se trata del Spaghetti Tour, bautizado así por Ueli Steck durante su proyecto de ascender los 82 cuatromiles de los Alpes en 62 días en 2015. La Máquina Suiza, encordado con Andreas Steindl, enlazó las catorce cimas de más de 4.000 metros de esta sección de los Alpes en apenas 14 horas y 35 minutos.
El año pasado, en condiciones pandémicas, los suizos Nicolas Hojac y Adrian Zurbrügg repitieron el Spaghetti Tour recortando en una hora el crono de Ueli Steck, para dejarlo en 13 horas y 39 minutos.
Tras las huellas de Ueli Steck
El alpinista francés quiso ir “tras las huellas de Ueli Steck” por un recorrido “bastante técnico sin ser nunca extremo, que se desarrolla durante mucho tiempo por encima de los 4.000 metros; una bonita visita de un rincón de los Alpes que no suelo frecuentar demasiado”.
Partió desde el refugio del Monte Rosa en Zermatt a las 3:40 horas de la madrugada, con la idea de minimizar las horas de actividad alpinística nocturna. El menú que fue engullendo por el camino, de unos 31 kilómetros de distancia, incluyó las siguientes 18 cimas: Nordend (4.609 m), Pointe Dufour (4.634 m), Zumsteinspitze (4.563 m), Pointe Gnifetti (4.554 m), Pointe Parrot (4.436 m), Ludwigshöhe (4.342 m), Corno Nero (4.322 m), Pyramide Vincent (4.215 m), Pointe Giordani (4.046 m), Liskamm Oriental (4.527 m), Liskamm Occidental (4.481 m), Castor (4.228 m), Pollux (4.092 m), Roccia Nera (4.075 m), Breithorn Oriental (4.141 m), Breithornzwillinge (4.106 m), Breithorn Central (4.160 m) y Breithorn Occidental (4.165 m).
Según sus propias apreciaciones, la parte más dura fue la ascensión, por hielo pulido y roca lisa, a la Pointe Dufour desde el Silbersattel. Benjamin Védrines fue capaz de sobreponerse a los varios obstáculos y dificultades inesperadas que fue encontrando por el camino, como el no encontrar un depósito de litro y medio de agua que había dejado camino de la Pointe Giordani y la cantidad de gente superior a lo previsto con que se cruzó en el macizo, en plena temporada alta turística.
Quiere más
Al final, el balance fue tan positivo que Benjamin Védrines ya piensa en otros proyectos de este estilo pero incluso más ambiciosos que el Spaghetti Tour: “La próxima vez volveré para la gran corona imperial del Dirruhorn al Weisshorn, un proyecto más salvaje, más duro, un súper desafío para extender durante más días”.
Vale la pena tener en cuenta que lo que estos alpinistas de alto nivel completan en apenas media jornada, suele llevar cuatro días a un montañero normal.
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