La zona de Patagonia donde se concentran el Fitz Roy, el Cerro Torre y otro buen puñado de impresionantes cumbres es cada día una lugar más concurrido por escaladores de medio mundo. Incluso llegaron a dejarse oír algunos comentarios sobre una supuesta masificación en el Cerro Torre durante los días de mejor tiempo de la temporada de verano austral (durante el invierno español). Sin embargo, la película es muy diferente cuando las condiciones se vuelven invernales.
De hecho, mientras la Ragni Route fue ascendida a principios de año por docenas de personas, hasta este pasado 30 de julio sólo una cordada la había escalado en invierno. En realidad, sólo dos cordadas habían escalado la también conocida como ‘montaña imposible’ en invierno. La primera invernal correspondió a los italianos Ermanno Salvaterra, Paolo Caruso, Maurizio Giarolli y Andrea Sarchi, quienes invirtieron once días de julio de 1985 en la montaña para ascenderla a través de la hoy inexistente Vía del Compresor de la arista sureste.
Catorce años más tarde, el julio de 1999, los suizos Thomas Ulrich, Stephan Siegrist y David Fasel y el estadounidense Greg Crouch lograban la segunda invernal, realizada en su caso a través de la Ragni Route de la cara oeste. Aunque en aquella ocasión, decidieron no escalar los últimos ocho metros del hongo somital debido a la llegada de una amenazadora tormenta.
Stephan Siegrist de nuevo
Quizás con la espina clavada de no haberse subido al hongo, Stephan Siegrist regresaba este invierno a Patagonia formando parte de un potente equipo internacional con su compatriota Dani Arnold, el alemán Thomas Huber y el argentino Matías Villavicencio, con el objetivo de volver a ascender la Ragni Route. Además, Siegrist es un buen conocedor del invierno patagónico, como demuestra su trilogía invernal en la que, además del Cerro Torre, figuran el Cerro Standhardt en 2012 y la primera invernal de la Torre Egger en 2009, con Dani Arnold y Thomas Senf.
Así pues, planificaron con detalle su ascensión para finales de julio. El día 28, partían del Chaltén con todo el material y la ayuda de Luis y Héctor Soto con dirección al campamento Niponino. Y al día siguiente continuaban la marcha superando en collado Standhardt y alcanzando el vivac bajo el collado de la Esperanza, antes de lanzarse a por el headwall en la absoluta oscuridad de primera hora de la mañana del día 30.
El cuarteto progresó con eficacia, y logró hacer cumbre en el día. Ya por la tarde, alcanzaban la base del hongo, que en esta ocasión escalaron sin problemas. Hacia las cinco y media de la tarde, iniciaban el descenso desde la cima, alcanzando de nuevo el vivac a las once de la noche.
Thomas Huber «Siempre quise esperar a que llegara un momento especial para escalar el Cerro Torre».
Thomas Huber fue el impulsor de esta expedición al Cerro Torre. A pesar de su larga experiencia en Patagonia, nunca había hecho cumbre en su montaña más conocida.
¿Cómo es que no habías ascendido antes al Cerro Torre?
Siempre quise esperar a que llegara un momento especial para escalar el Cerro Torre. Es un gran pico, más que una simple montaña para el mundo del montañismo. Es una montaña de pasión, de deseo, de esperanza y felicidad, y ha mostrado a lo largo de las décadas el desarrollo de la escalada. En mi época, visité Patagonia y me planteé varias veces escalar el Torre, pero nunca quise hacerlo… me decía a mí mismo, que si tocaba esta cumbre debía ser para mí de una forma grande. Quisé hacer la travesía, pero fallé varias veces… y al final, encontré la idea en una ascensión invernal, cuando no hay nadie allí. Fue grande, el momento justo de tocar la cumbre. No teníamos viento, no hubo épica, ¡fue un regalo de dios!
¿Puedes explicar esos sentimientos de allí arriba, cuando haces cumbre?
Fue tan, tan especial para mí, que no puedo describir ese momento… Tenía lágrimas en los ojos.
«En invierno no hay nadie… es como sentirse en Patagonia hace 20 años…»
¿Cuáles son las principales diferencias entre una ascensión en verano y en invierno en el Cerro Torre?
Que no hay nadie… es como sentirse en Patagonia hace 20 años… y por supuesto hay más nieve, los días son más cortos y normalmente no se dan las mejores condiciones de escalada… ¡pero tuvimos suerte!
¿Cómo comenzó este proyecto?
Tuve la idea justo cuando me marché de Patagonia la temporada estival, el pasado febrero, y hablé con Luis sobre este proyecto. ¡Luis es mi gran amigo del Chaltén! Y es también un gran fotógrafo. Él estaba muy motivado y me animó en este proyecto. Yo conocía a grandes escaladores que tenían experiencia en Patagonia invernal: Stephan Siegrist, que estuvo conmigo en la Antártida, y Dani Arnold, que ya había intentado una vez el Torre y no lo había conseguido… Tibu (Matís Villavicencio), un gran escalador y amigo del Chaltén… ¡y el equipo estaba listo!
Hicisteis una ascensión muy eficaz y rápida, incluso parece fácil. ¿Por qué no hay más ascensiones invernales en Patagonia?
El invierno allí abajo puede ser desagradable, pero también puedes tener suerte. Y cuando tienes un gran equipo, sólo tienes que ir a por ello… por supuesto que tuvimos suerte y lo sabemos. Pero, ¿por qué no hay muchas ascensiones invernales en Patagonia?: Esta pregunta quizás se la tienes que hacer a los escaladores que van en verano, a disfrutar del sol o las expediciones al Himalaya.