Las ascensiones invernales en Patagonia acostumbran a ir asociadas a épicas expediciones con días y días bajo condiciones de tiempo horribles por culpa del frío, el viento y las tormentas de nieve. La primera invernal de la torre Egger (2.685 m) no se podía apartar más de ese patrón: los alpinistas suizos Stephan Siegrist y Dani Arnold y el alemán Thomas Senf disfrutaron de tres días de tiempo inmejorable para inscribir su nombre en esta montaña.
Siegrist, Arnold y Senf viajaron desde Suiza a El Chaltén, donde llegaron el pasado 27 de julio. Cuatro días más tarde, el último día del mes, empezaban a trabajar en la parte baja de la ruta. Al disponer de un parte meteorológico que no indicaba muy malas condiciones, decidieron seguir adelante.
Al día siguiente, con una inesperada ausencia total de viento, los tres alcanzaron el vivac situado entre la Torre Egger y Cerro Standhard. Dani Arnold incluso tuvo tiempo de escalar un par de largos más, antes de que la gélida noche patagónica se cerniera sobre ellos.
Hielo y dificultades
Rapidez en la ejecución no significa facilidades extraordinarias. De hecho, las fisuras amanecieron completamente heladas el tercer día de actividad y las complicaciones siguieron con el largo vuelo de Thomas Senf, aunque sin mayores consecuencias. Además, al llegar la noche no fueron capaces de encontrar una ubicación adecuada para vivaquear, con lo que decidieron seguir escalando.
Tras 22 horas seguidas de esfuerzos, y con un tiempo que empezaba a dar muestras de empeoramiento, los tres llegaron a la base del gran hongo de hielo de la cima. Como necesitaban luz diurna para atacar este último tramo de ascensión, excavaron una pequeña repisa para sentarse y descansar en la medida de lo posible durante las cuatro horas que faltaban para el amanecer.
Final feliz Final feliz
Las primeras luces del 3 de agosto llegaron con un viento frío y signos evidentes de un brusco cambio meteorológico. Siegrist, Arnold y Senf se dieron prisa para lanzar su ataque a la cumbre. Stephan Siegrist, que conocía bien la montaña después de su ascensión de Titanic tres años atrás, recordó la chimenea de hielo de la cara sur. Los tres alpinistas se dirigieron allí inmediatamente para superar los tres últimos largos y alcanzar la cima de la torre Egger hacia el mediodía.
Al finalizar la actividad, Siegrist reconoció que “vamos a necesitar unos días para entender del todo la suerte que hemos tenido; estábamos preparados para cualquier cosa, excepto para que las cosas salieran tan rápidamente”. Ahora tendrán que buscarse nuevos proyectos para llenar su estancia prevista en Patagonia.
Stephan Siegrist es uno de los grandes nombres del alpinismo suizo. Ha realizado actividades con compañeros tan prestigiosos como Alex Huber –aperturas en la Antártida o en la Desmochada también en Patagonia-, Ueli Steck –liberando Paciencia (900 m, 27 largos, 8a) en la norte del Eiger- o Ines Papert –liberando Herbstzeitlose (10 largos, 7c) en los Alpes Berneses o la célebre Muchachito Bombo Infierno (300 m, 6 largos, 7c+) en El Chorro-. Con el alemán Thomas Senf ya habían colaborado anteriormente en proyectos de alto nivel, como la apertura de una nueva ruta en el Arwa Tower (6.352 m) en el Himalaya.