“Un ochomil en invierno vale una carrera de alpinista. Subir dos ochomiles es un sueño. Tres no sé ni lo que es. Cuatro me parece soñar con algo de otro planeta”, resume Simone Moro. En su currículum ya aparece la primera invernal al Shisha Pangma (2005), al Makalu (2009) y al Gasherbrum II (2011). El próximo 6 de diciembre partirá al Nanga Parbat con Tamara Lunger para intentar apuntar en su historial esa nueva línea que ahora le parece marciana.
Es la tercera vez que lo intenta. Probó una vez con Denis Urubko y el mal tiempo no les dejó subir. Después volvió con David Göttler y a 7.300 metros se dieron la vuelta por problemas estomacales. “Las veces que regresé sin cumbre no he perdido la motivación, es una exploración personal y global, una parte de la historia del alpinismo que nadie ha escrito aún”.
«Abrir una nueva ruta dentro de una primera invernal hacen de esta escalada un sueño”
Su objetivo es seguir la ruta del Diamir, la misma que intentó la primera vez con Denis Urubko y que también probó Reinhol Messner en 2000. El plan es escalar sin oxígeno, sin cuerdas fijas y sin contratar a porteadores locales. “Es la vía más linda y posible para un equipo que sube en estilo ligero y sin cuerda fija. Abrir una nueva ruta dentro de una primera invernal hace de esta escalada un sueño”. “No existen montañas fáciles, tenemos que dejar de pensar que existen montañas fáciles y difíciles, cualquier cosa que cambie, sea la temporada, meteo, nosotros mismos, hace que lo que parece fácil se convierta en difícil, extremo o imposible».

De hecho, asegura que «El Nanga Parbat en invierno es una exploración difícil cerca de ser imposible, pues es una montaña tan grande que necesita más tiempo para ser subida que los otros ochomiles. Partes de 4.000 metros mientras que en el resto de ochomiles partes de cinco mil. Es una montaña difícil, complicada y larga en la que necesitas 3 o 4 días de buen tiempo, unas condiciones muy difíciles de encontrar».
«Me encantaría regresar a mi casa con la cuarta ascensión personal a un ochomil en invierno. No es un sueño relacionado con ser el primero»
Él y Tamara no serán los únicos alpinistas que busquen la cumbre del Nanga este invierno: «Es la primera vez en la historia que coinciden cinco expediciones diferentes en el mismo ochomil invernal. No me preocupa”, asegura. “Si alguien sube antes que yo no voy a parar mi intento. Me encantaría regresar a mi casa con la cuarta ascensión personal a un ochomil en invierno. No es un sueño relacionado con ser el primero. En mi historia personal me encantaría tener la capacidad de subir cuatro ochomiles”.
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