La expedición polaca comandada por Krzysztof Wielicki que pretende completar la primera ascensión invernal al Broad Peak (8.047 m) se ha topado de frente con los rigores extremos del invierno del Karakórum, antes incluso de acercarse siquiera a los glaciares y al campo base. Su intención era instalarse a los pies de la duodécima montaña más alta del planeta el 15 de enero, pero ese deseo se ha visto retrasado por la intensa ola de frío que vive la región del Karakórum.
Las temperaturas se han desplomado, llegando hasta los -27ºC a altitudes de 2.200 metros donde se encuentran poblaciones como Skardú. Ese frío extremo y sus consecuencias en forma de hielo y nieve ha bloqueado prácticamente el norte de Pakistán y ha llegado a provocar víctimas mortales entre los habitantes de la zona, que hacía años que no vivían un invierno tan riguroso. Según fuentes locales, seis personas habrían fallecido por congelaciones en Skardú.
En un comunicado en la página web de la expedición, se destacan esas consecuencias para la población: “Las casas de la zona no tienen calefacción, el agua se congela, tráfico sobre hielo en calles y carreteras… las autopistas están cubiertas con una capa de hielo y en este país no tienen el hábito de utilizar pneumáticos de invierno. Las carreteras están bloqueadas. La gente está confinada en sus casas. Todo está inmerso en una espesa niebla; la alta humedad aumenta la sensación de frío. Los medios locales describen la situación como dramática. Como unas temperaturas tan bajas no se habían dado en estas ciudades desde hacía varios años, el precio de la leña y el queroseno han aumentado significativamente”, señalan los polacos.
En idénticos términos se expresa Maurizio Gallo, guía alpino italiano y director técnico del proyecto Evk2Cnr en Pakistán que se encuentra precisamente en Skardú. En declaraciones a Montagna.tv, Gallo suscribe la descripción realizada por la expedición polaca y afirma que una situación parecida no se había dado en los últimos diez años. Además, parece que las condiciones no variarán en los próximos días, según se desprende de los partes emitidos por el Pakistan Meteorological Department, que auguran la continuidad de la ola de frío procedente de Europa y que también afecta a Irán y Afganistán.
Viento en el Nanga Parbat
Mientras tanto, las expediciones que intentan la primera invernal del Nanga Parbat también tienen sus más y sus menos con la meteorología. Aunque las condiciones de temperatura no son tan extremas como en el Karakórum, sí que han tenido que vérselas con un incómodo viento. Las intensas rachas han obligado a todos los alpinistas a reforzar los anclajes de sus tiendas.
Según cuenta Daniele Nardi en su blog, precisamente tuvieron que realizar esos refuerzos a toda prisa después de haber sufrido el susto de que una ráfaga se llevara volando su tienda-dormitorio con buena parte de su equipo de alta montaña y numeroso material tecnológico en su interior. Por suerte, la tienda quedó varada en un punto cercano y los miembros de la expedición consiguieron recuperar intacto la mayor parte del material.